Cuba ratifica compromiso con la paz en América Latina y el Caribe
Hace 10 años, las jefas y jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), reunidos en La Habana durante la segunda cumbre del organismo regional, firmaron la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, ratificó el compromiso de la isla de apoyar la paz, independencia, derecho a la libre autodeterminación y soberanía de los países de América Latina y el Caribe.
Hace 10 años, las jefas y jefes de Estado y Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), reunidos en La Habana durante la segunda cumbre del organismo regional, firmaron la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
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Con este documento, los 33 países del mecanismo de integración asumieron la responsabilidad permanente con la solución pacífica de controversias a fin de desterrar el uso o la amenaza de la fuerza en la región.
La misma Celac, constituida el 23 de febrero de 2010, está regida por los principios del diálogo y la concertación política, como un mecanismo articulador para trabajar sobre la base del consenso y la defensa de la paz.
El anuncio fue considerado uno de los acuerdos más avanzados de la política regional y lo convierte en un sólido punto de partida para enfrentar, de manera conjunta, las políticas y agresiones hegemónicas.
La proclama es una herramienta para la solución de conflictos y defender las naciones latinoamericanas contra el intervencionismo.
También deviene legado para las futuras generaciones, ya que contiene la voluntad histórica de identificar a la región como pueblos de paz con propósitos comunes, bajo la premisa de la unidad en la diversidad.
Además, el texto explicitó la voluntad de los Estados a dar estricto cumplimiento a la obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.
Los países signatarios expresaron su firme intención de fomentar relaciones de amistad y de cooperación, con independencia de las diferencias existentes entre sus sistemas políticos, económicos y sociales o sus niveles de desarrollo, y practicar la tolerancia y la convivencia pacífica.
Por otro lado, acordaron contribuir con el desarme general y completo en aras de propiciar el fortalecimiento de la confianza entre las naciones.