Triunfa en Venezuela la voluntad popular
El Quijote de los humildes, el hombre de fe, recibió una vez más el apoyo de su pueblo.
Venezuela expresó este 28 de julio su voluntad al reelegir a Nicolás Maduro como su presidente por un nuevo período de seis años.
Maduro Moros nació en Caracas, en el seno de una familia que militaba en la izquierda. Este particular escenario llevó al niño a militar en un partido que apoyaba esta corriente cuando tan solo tenía 12 años.
En su juventud, conoció de primera mano el socialismo y ganó una beca para estudiar en la escuela cubana de formación de cuadros políticos "Ñico López".
Durante su trabajo como canciller, profundizó sus conocimientos y su amor por el socialismo, que analizó junto a Fidel y Raúl Castro en las visitas que realizó a la Isla como ministro de Relaciones Exteriores.
Maduro es conocido en Venezuela por su cercanía a las bases y a los humildes, gracias a su trabajo sindical, que lo llevó a incursionar en la política de la mano del comandante Hugo Chávez, a quien siguió tras conocerlo durante su detención.
Lleno del espíritu revolucionario de su comandante eterno, participó activamente en el movimiento popular que buscaba acabar con el neoliberalismo en su patria.
Fue en noviembre de 1992 cuando utilizó los túneles del Metro de Caracas, donde trabajaba como conductor, para movilizar a quienes trataban de acabar con los atropellos del gobierno de turno.
Este gesto lo hizo merecedor de la confianza de Chávez, quien lo convertiría en pieza clave de su movimiento incluso después de su siembra.
Pero, a pesar del apoyo recibido de parte del expresidente, para Maduro no fue sencillo convertirse en el líder de Venezuela.
Ataques de la ultraderecha nacional e internacional, así como traiciones en el seno de su propio partido, marcaron la gestión del mandatario quien hoy es ejemplo para el resto del mundo.
Y es que, con todo el panorama en contra, logró superar junto a su pueblo una de las situaciones sociales y económicas más complejas vividas por el país latinoamericano, originadas por las sanciones criminales impuestas por Washington en 2015.
Hoy, las medidas punitivas persisten, sin embargo, la nación bolivariana logró sortear cada uno de los obstáculos gracias a la visión de Nicolás Maduro, quien como buen excanciller fortaleció la diplomacia, y convirtió su amistad con pueblos soberanos del mundo en oportunidades para los venezolanos.
El Quijote de los humildes, el hombre de fe, el esposo y padre, el revolucionario y fiel defensor de la causa palestina y su pueblo, vuelve a honrarnos con su presencia en el Palacio Presidencial de Caracas por los próximos seis años.