ONU advierte sobre grave guerra en Sudán y crímenes de guerra
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos denunció que la situación para los civiles sudaneses ya es desesperada, y existen pruebas de crímenes de guerra y otras atrocidades graves.
El alto comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, señaló este viernes que el conflicto en Sudán tomó un giro más peligroso para los civiles, tras informes sobre dos ataques de carácter étnico en el estado de Al-Jazirah, en el centro del país.
Türk expresó su preocupación por el deterioro de la situación e indicó que el escenario para los civiles ya es desesperado, y existen pruebas de crímenes de guerra y otras atrocidades graves.
A su vez, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU documentó la semana pasada la muerte de al menos 21 personas en dos ataques en Al-Jazirah, aunque Türk advirtió que las cifras reales podrían ser mayores.
Por otro lado, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), afiliada a la ONU, informó que el total de desplazados en Sudán aumentó un 27 por ciento el año pasado y ascendió a unos 11,6 millones de personas.
Además, más de 3,3 millones cruzaron las fronteras hacia países vecinos.
El informe de la OIM también destacó que el 84 por ciento de las familias desplazadas, es decir, 2,3 millones sin hogares, necesita alimentos, mientras que 78 por ciento requiere bienes no alimentarios, especialmente refugio y combustible.
Sudán rechaza sanciones de EE.UU. contra Al-Burhan
Paralelamente, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció el jueves sanciones contra el jefe del ejército sudanés, general Abdel Fattah Al-Burhan, y acusó a sus fuerzas de llevar a cabo ataques contra escuelas, mercados y hospitales, y de usar el hambre como arma de guerra.
Estas medidas se sumaron a las impuestas una semana antes contra Mohamed Hamdan Dagalo, líder de las Fuerzas de Apoyo Rápido, imputado por cometer genocidio.
El gobierno sudanés rechazó las sanciones estadounidenses contra Al-Burhan, describiéndolas como un "menosprecio" al pueblo de esa nación africana.
A través de un comunicado, la Cancillería sudanésa confirmó que la decisión carece de los principios básicos de justicia y objetividad, y se basa en pretextos infundados que no reflejan la realidad.