El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) denunció el asesinato de 300 menores y heridas a más de mil 500 en Líbano desde el inicio de la agresión israelí el 8 de octubre de 2024.

La documentación presentada por la vicejefa del organismo en Beirut, Ettie Higgins, mostró un panorama sombrío sobre el estado nutricional infantil, en especial en las provincias de Baalbek y Bekaa, blancos de repetidos bombardeos.

En estas áreas, el 51 por ciento de los niños menores de dos años sufre desnutrición aguda severa, más del doble de la tasa registrada hace un año.

Cerca del 80 por ciento de las familias necesita urgente algún tipo de apoyo y la mitad de ellas están obligadas a reducir gastos en salud, mientras el 30 recorta recursos destinados a la educación para cubrir necesidades básicas.

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Además, el 31 por ciento carece de agua potable suficiente y quedan expuestas al riesgo de enfermedades. 

El 33 por ciento no tiene acceso a medicamentos esenciales para sus hijos y el 22 no posee medios de calefacción durante el invierno.

Hasta ahora, el financiamiento internacional solo cubre el 26 por ciento de las necesidades para 2025.

En la actualidad, medio millón de niños están fuera de la escuela, incluso tras el alto al fuego, debido a la baja asistencia escolar, precisó el informe.

Al momento de la encuesta realizada a finales del mes pasado, uno de cada cuatro niños (25 por ciento) sigue sin ir a clase.

Muchos centros de estudios están destruidos o dañados. Cientos de ellos son utilizadas como refugios para los desplazados internos, quienes suman aproximadamente 1,3 millones de personas como consecuencia de la ofensiva israelí.