Surcoreanos votan en masa tras caída del presidente Yoon Suk Yeol
Corea del Sur celebra elecciones anticipadas luego de la destitución del presidente Yoon Suk Yeol por invocar medidas de excepción contra opositores.
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La gente espera en una larga fila para emitir su voto anticipado para las elecciones presidenciales del 3 de junio cerca de un centro de votación en Seúl.
Los ciudadanos de Corea del Sur acudieron en cifras récord a los centros de votación anticipada este jueves, en el marco de las elecciones presidenciales anticipadas convocadas tras la destitución del exmandatario Yoon Suk Yeol, quien intentó imponer la ley marcial en diciembre para reprimir a movimientos sociales y simpatizantes de la República Popular Democrática de Corea (RPDC).
El proceso electoral formal concluirá el viernes a las 18:00, hora local.
Más de tres mil 500 colegios electorales fueron habilitados en todo el país, con largas filas reportadas en Seúl y otras ciudades clave, según medios locales.
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La participación elevada refleja el impacto político del intento fallido de suspender el orden constitucional y consolidar el poder mediante la supresión de sectores críticos.
Seis candidatos compiten por la presidencia
La elección presidencial enfrenta a seis aspirantes, aunque las encuestas indican la polarizacion de la competencia entre Kim Moon-soo, del oficialista Partido del Poder Popular, y Lee Jae-myung, representante del Partido Democrático (PD).
Ambos buscan suceder a Yoon y reconstruir la legitimidad institucional tras la crisis de diciembre.
Kim, exministro de Trabajo, propone una política económica basada en la desregulación y exenciones fiscales para la clase media, junto con una postura dura frente a Corea del Norte.
Por su parte, Lee consolidó una base popular entre trabajadores y sectores excluidos, al promover una narrativa de justicia social y redistribución económica.
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Crisis institucional aceleró el calendario electoral
El mandato de Yoon fue interrumpido de manera abrupta tras intentar declarar la ley marcial con el argumento de enfrentar a “fuerzas antiestatales”.
La maniobra desató el rechazo parlamentario, manifestaciones multitudinarias y un proceso de destitución avalado por el Tribunal Constitucional.
A su vez, la imposición de poderes de excepción generó alarma en la sociedad surcoreana, celosa de sus instituciones democráticas y de los recuerdos del autoritarismo militar.
La Comisión Electoral Nacional organizó un proceso urgente el cual culmina con la votación presidencial del próximo martes.
El ganador ejercerá un mandato completo de cinco años, sin posibilidad de reelección, como establece la Constitución surcoreana.
Desafíos para el nuevo gobierno
El próximo jefe de Estado enfrentará desafíos inmediatos: recuperar la confianza ciudadana, restablecer el equilibrio entre poderes, y definir una estrategia regional frente a las provocaciones de Pyongyang y la competencia entre Estados Unidos y China en el este asiático.
La economía, golpeada por la desaceleración global y el aumento de la desigualdad, también será prioridad.
Organismos internacionales y medios regionales seguirán de cerca el desarrollo de estas elecciones, consideradas un punto de inflexión para la democracia surcoreana.
Desde el fin de la dictadura militar en 1987, Corea del Sur enfrentó varios escándalos políticos, pero pocos tan graves como el intento de ley marcial ordenado por Yoon Suk Yeol.
Su caída refleja el peso de la sociedad civil y la vigilancia institucional en el país asiático.
Estas elecciones anticipadas permitirán redefinir el rumbo político en un contexto regional marcado por tensiones militares, transformaciones económicas y disputas geoestratégicas.