"Israel" libera a Sanaa Daqqa y la pone bajo arresto domiciliario
Un tribunal israelí ordena arresto domiciliario para Sanaa Salama Daqqa, viuda del mártir Walid Daqqa, tras su arresto el pasado 29 de mayo.
-
Sanaa Daqqa dentro del tribunal de "Israel". 30 de mayo de 2025. Foto: Agencias.
El Tribunal Central de "Israel" en Haifa ordenó el martes la liberación de Sanaa Salama Daqqa, esposa del prisionero mártir Walid Daqqa, y le impuso arresto domiciliario durante cinco días.
Daqqa resultó detenida por las fuerzas de ocupación el 29 de mayo mientras cruzaba un puesto de control militar en su camino de regreso desde Ramallah a los territorios palestinos ocupados de 1948.
En ese momento viajaba con su hija, Milad Walid Daqqa, y otro niño.
Anteriormente, el Tribunal de Magistrados de Hadera extendió su detención con el pretexto de completar una investigación sobre publicaciones en las redes sociales.
Las fuerzas israelíes arrestaron en la noche del jueves a la activista Sanaa Salama Daqqa, esposa del prisionero mártir Walid Daqqa.
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) May 30, 2025
El arresto tuvo lugar en un puesto de control militar mientras regresaba de Ramallah, en Cisjordania, a los territorios palestinos ocupados en… pic.twitter.com/4kU2dphVs9
La policía de ocupación interrogó a Sanaa Daqqa por sus publicaciones en redes sociales, alegando que incluían "incitación al terrorismo" y expresaba simpatía por los actos de resistencia.
Durante su detención, Daqqa fue sometida a siete audiencias judiciales. La fiscalía israelí exigió reiteradamente la prórroga de su arresto para completar las investigaciones en curso.
Sin embargo, el tribunal de apelaciones de Haifa rechazó la solicitud de la fiscalía y ordenó su liberación bajo arresto domiciliario temporal.
El caso llamó la atención no sólo por la condición de Daqqa como viuda del destacado mártir Walid Daqqa, sino también por la presión política en torno a su detención.
Walid Daqqa fue una figura relevante del movimiento de presos palestinos, quien falleció en abril del año pasado por negligencia médica. Pasó 38 años en cárceles israelíes, sufriendo tortura sistemática y duras condiciones de castigo.
A pesar de su muerte, las autoridades de ocupación siguen reteniendo su cuerpo en un lugar refrigerado y se niegan a entregarlo a su familia, una medida ampliamente criticada por organizaciones de derechos humanos.