¿Hacia una confrontación militar entre Estados Unidos e Irán en el Golfo?
Aumenta considerablemente la tensión en la región del Golfo, con el envió de parte de Estados Unidos de portaviones y bombarderos estratégicos a la región, además de la entrada en vigencia de un nuevo paquete de sanciones estadounidenses contra Irán, incrementando con ello la presión que Washington ejerce sobre Teherán para que esta acepte negociar nuevamente un acuerdo sobre su programa nuclear que incluya esta vez el desmantelamiento de su programa de misiles y desista de su apoyo a las facciones de la resistencia y a Siria en la región árabe.
En el momento en el que el presidente estadounidense Donald Trump anunció que espera que la dirigencia iraní se comunique anunciando que acepta sus demandas, y en el momento en que la dirigencia iraní responde anunciando que rehúsa comunicarse con Trump, y en momentos en el que se produce una escalada de discursos amenazantes de parte de Estados Unidos en contra de Irán, enfrentados con un discurso no menos riguroso y fuerte de parte de la dirigencia iraní, se produce un repentino acontecimiento el domingo, con noticias señalando que buques de carga emiratíes habían sido afectados tras un acto de sabotaje.
Noticias informaron que buques mercantes anclados en el puerto emiratí de Fujairah cercano al Estrecho de Ormuz, han sido afectados por actos de sabotaje, una noticia que posteriormente fue negada por los Emiratos, afirmando que cuatro buques emiratíes fueron objeto de operaciones de sabotaje estando en altamar, y mientras anunciaban las autoridades emiratíes que no hubo víctimas, afirmaron haber tomado medidas para controlar la seguridad de los buques emiratíes que cruzan el Estrecho de Ormuz; asimismo la cancillería saudí anunció que dos buques petroleros saudíes fueron atacados.
El ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de los Emiratos Árabes Unidos anunció que este acontecimiento es muy grave y pidió a la comunidad internacional que asuma sus responsabilidades para evitar que cualquiera de las partes intente socavar la seguridad del tránsito marítimo y señaló que esto es una amenaza para la seguridad internacional.
Este incidente fue seguido por un ataque de aviones no tripulados operados por unidades de los Comités Populares yemeníes y dirigido contra refinerías de petróleo y oleoductos saudíes, hecho que causó confusión en el mercado internacional de petróleo, y aunque los ataques anteriores seguían siendo de origen desconocido, el ataque del martes no dejaba un lugar para la duda, fueron los aliados de Irán y detrás de ellos, por supuesto, Irán, quienes atacaron la infraestructura petrolera en los Emiratos Árabes Unidos y en Arabia Saudita.
Este se considera un mensaje claro dirigido a Estados Unidos que señala que Teherán está preparada para enfrentarla, y para Europa afirmándole que a causa de su indecisión en adoptar una postura ante las presiones estadounidense violatorias de las leyes internacionales y del acuerdo nuclear que había sido suscrito, tendría que sufrir las consecuencias a causa de la subida de los precios del petróleo después de los recortes que sufrirían los suministros provenientes de Arabia Saudita y de Emiratos Árabes Unidos; y con esto se cumpliría la amenaza de los dirigentes iraníes que reza que, si se le impide a Irán exportar su petróleo, esta obstaculizaría la llegada del petróleo de cualquier otro país al mercado mundial.
Por otro lado, encontramos que Estados Unidos quedó sorprendido con la respuesta iraní, y su dirigencia se apresuró haciendo una serie de anuncios en los que se retractan del anterior lenguaje de amenaza e intimidación; los comandantes militares estadounidenses anunciaron que no consideran que Irán quiera provocar una escalada en el Golfo, al tiempo que el presidente estadounidense Donald Trump negó que haya tenido la intención de enviar ciento veinte mil soldados al Medio Oriente como lo había mencionado el Financial Times, esto demuestra que lo que presenciamos ahora es solo una demostración de fuerza de parte de Trump con el objeto de obtener concesiones de parte de los iraníes que pueda ofrecerlas como un logro en la campaña presidencial que comienza en octubre próximo y se prolongará por todo un año; y es que Trump no se atrevería a encarar una aventura que pueda ser costosa y que pueda conducirlo a una derrota en las elecciones presidenciales; por tal motivo se retractó ante el primer roce serio con los iraníes; queda por ver como se desarrollarían los acontecimientos y cuál sería su resultado.