El concepto de fronteras y las ambiciones de expansión sionista
Una vez le preguntaron a Ben-Gurion: "¿Dónde están las fronteras de 'Israel'? y este respondió que están hasta donde llegan las botas del último soldado israelí'.
Cuando abordamos el tema de las fronteras de "Israel", preguntamos ¿por qué los sucesivos gobiernos israelíes nunca ha presentado, ante las Naciones Unidas, ningún documento oficial que indicara las fronteras del "Estado de Israel" y ¿por qué "Israel" tampoco ha negociado por ciertas fronteras políticas o ha proporcionado algún mapa de las fronteras políticas que deseaba? Más bien, ha presentado percepciones vagas de límites de "seguridad". Para responder a estas preguntas, no basta con presentar nuestras convicciones, sino que debemos revisar la propia literatura política israelí.
Una vez le preguntaron a Ben-Gurion: "¿Dónde están las fronteras de Israel?", respondió que " las fronteras de “Israel” están hasta donde llegan las botas del último soldado israelí". Horas después de firmar los Acuerdos de Oslo, se le preguntó a Shimon Peres: ¿cuáles son las fronteras de “Israel?”, respondió que “hay tres tipos de fronteras: las geopolíticas que se acordarán en el futuro, las de seguridad que llegan hasta las aguas del Golfo, el Mar Arábigo y el estrecho de Bab al-Mandab, y las económicas que son mucho más amplias que eso”. Estas dos declaraciones por sí solas son suficientes para indicar la naturaleza colonial, expansionista y agresiva de "Israel".
¿Qué dicen los estudios israelíes posteriores?
La mayor parte de la literatura política israelí se refiere a la teoría de que "las fronteras son siempre líneas modificables, así han sido a lo largo de la historia, y se determinan nuevamente de acuerdo con el balance militar del poder", y que hay tres etapas históricas para determinar las fronteras:
1) Las fronteras establecidas por los militares y protegidas por el asentamiento
2) Los límites que asigna el emperador cuando está débil, o para facilitar su administración y mandato, o cuando el imperio se debilita, y cada líder devora una parte de él.
3) En cuanto al concepto moderno de fronteras, después de la Primera Guerra Mundial, se caracterizó por el declive de los imperios y la redivisión de la influencia y el control, y esto se completó después de la Segunda Guerra Mundial, con la retirada de los estados coloniales frente a las revoluciones de las naciones apoyadas por la Unión Soviética en los años 60 del siglo pasado, y la constitución de los Estados nacionales, de acuerdo con el principio de “El derecho de los pueblos a determinar su futuro”.
Lo que llama la atención es que los estudios israelíes sobre el tema de las fronteras y la seguridad de "Israel" siempre han estado acompañados de estudios comparativos con imperios históricos, como el romano, el bizantino y el persa, sin tener en cuenta ningún valor del derecho internacional moderno. Esto también indica las ambiciones expansionistas imperiales de "Israel".
Presentamos aquí la esencia de solo tres estudios, con el fin de arrojar luz sobre el tema:
En un largo estudio realizado por el investigador Gideon Burger, en octubre de 2000, bajo el título "Seguridad y Política Exterior", en el cual desmintió que las alegaciones religiosas, históricas o militares de seguridad tuvieran algún lugar en el establecimiento de afirmaciones sionistas sobre las fronteras del futuro "Estado Judío", y dijo que: “ incluso la realidad geográfica del asentamiento judío en Palestina no fue utilizada en la Conferencia de Paz de 1919 como un reclamo para demarcar las fronteras del estado judío el que fue exigido por el movimiento sionista”.
Terminando la Primera Guerra Mundial, dice Burger, el número de judíos en Palestina no superaba los 55 mil, y estaban distribuidos en pequeños puestos en una amplia geografía de Palestina, desde Metula en el norte hasta Bir Tobia en el sur. Estos asentamientos poseían muy pocas extensiones de tierra, en viviendas muy separadas, del área total deseada por el movimiento sionista.
Por eso, el liderazgo sionista no tenía la posibilidad de utilizar la distribución geográfica como base para la demanda de las fronteras, según los conceptos europeos de aquella época. Por esta razón; el movimiento sionista estableció sus reivindicaciones fronterizas más tarde basándose en los principios de Tulkovsky, Aharon Aharonson y otros. En esencia; estos principios económicos para el futuro del "país".
Bajo este enfoque, el movimiento sionista vio que Palestina atraería a la mayoría de los judíos del mundo, por lo tanto, deben tener un "espacio vital" para el futuro, según lo cual "los principios estratégicos de seguridad/militares y los principios histórico-románticos no tenían ningún valor para sentar las bases de las fronteras del estado judío, ante los dueños de decisiones en Europa, que no “pertenecían al mundo judío”. Agrega que estas denuncias llegaron más tarde, después del "Establecimiento de Israel", especialmente en los marcos internos del movimiento sionista. Su objetivo principalmente era promover el auto-reclutamiento, por lo tanto, quedó claro que las demandas del movimiento sionista, en su comienzo, para establecer las fronteras del “Estado judío” se basaban en reclamos económicos y geográficos que satisfarían las necesidades de los colonos judíos en el futuro, y en la ambición de “cooperar al máximo con sus vecinos en el Medio Oriente”.
De acuerdo con estos fundamentos, dice Burger, el movimiento sionista exigió en 1919 que las fronteras del "Estado judío" comenzaran desde cierto punto marítimo al suroeste de Sidón, en el norte hacia el este, hasta Jisr al-Qarun en el río Litani, luego a las laderas orientales del monte al-Sheikh cerca del poblado de Beit Jinn Siria, desde allí, la frontera se extiende hacia el sur a lo largo del Ferrocarril Hejaz hasta el puerto de Áqaba.
Las alegaciones centrales sobre las cuales se basan estos reclamos son geoeconómicos y aseguran las bases económicas para el futuro del estado judío. En cuanto al área geográfica del “Estado judío”, debe ser lo más grande posible, a fin de asegurar la absorción del mayor número posible de judíos en un “Estado judío activo y moderno”. Los líderes del movimiento sionista enfatizaron que el futuro del “Estado judío” está ligado, en gran medida, “no solo al control de todas las fuentes de agua que alimentan al Estado judío, sino también a la capacidad de monitorear y controlar las fuentes de estas aguas.”
Las demandas del movimiento sionista en la Conferencia de Paz de 1919, consideraron necesario también el establecimiento de un puerto en Haifa que serviría al movimiento de comercio entre Oriente y Occidente, y estaría bajo el control del "Estado judío". También vio que el Ferrocarril Hejaz es una línea comercial y una vía vital en beneficio del "Estado Judío" y el futuro Estado Árabe, con total libertad. Este requisito era la esencia del acuerdo de Weizmann-Faisal, según Burger. Según las percepciones políticas y económicas del movimiento sionista, el desarrollo agrícola al este de Jordania y la meseta de Hauran exige una salida marítima del "Estado judío" al Mar Rojo.
En otra investigación, mediante la plataforma intelectual del Partido Laborista, el 29/9/2009, el Dr. Michael Barzohar, que era más cerca a Shimon Peres que a Ben-Gurion, en aquel momento, habló sobre "la visión de expansionista y geográfica de Ben Gurion", dice: "La ambición del Partido Mapai, encabezado por Ben-Gurion, de "El territorio Completo de Israel" era nada menos que las ambiciones de los colonos extremistas ahora. Pero la grandeza de Mapai es que se percataba de los límites del poder, cuando el precio era insoportable".
Barzohar agregó que Ben-Gurion viajó en secreto a París en octubre de 1956, días antes de la campaña militar en el Sinaí, y sugirió que cambiaran las fronteras del “Estado de Israel”: “En el norte, hasta el Litani, y que el Líbano sería solo un estado cristiano, pero la parte musulmana se volverá bajo las autoridades sirias. En el este, Jordania sería compartido entre 'Israel' e Iraq, y el río Jordán sería la frontera oriental de 'Israel'. En el sur, 'Israel' controlaría todo el Sinaí y el Canal de Suez se transformaría en una vía fluvial internacional completamente libre".
Después de la agresión tripartita en 1956, "Ben-Gurion deambuló por la Franja de Gaza", dice Barzuhr. Ben-Gurion vio que los palestinos no se iban, como sucedió en 1948, por lo que se sintió decepcionado, así escribió en su diario: " Los palestinos huyeron de las tropas israelíes". Esta convicción suya se reforzó, nuevamente, después de junio de 1967, que los palestinos no se irían. A partir de aquí, Ben-Gurion comprendió, según Barzohar, que cada expansión israelí de las fronteras aumentaría el número de palestinos dentro del “Estado judío”, lo que representa amenaza para el “carácter judío del Estado”, gracias al cual, Ben-Gurion estaba convencido de que "Israel ha alcanzado sus máximos límites".
Esto basta para llegar a una conclusión de que "Israel" nunca ha presentado una visión concreta de sus "fronteras", porque sus ambiciones siempre han sido mayores que sus declaraciones públicas. Y en sus negociaciones con la Organización para la Liberación de Palestina "OLP", "Israel" presentó concepciones sueltas de “fronteras de seguridad” o condiciones de seguridad, a través de las cuales, "Israel" pretendía proteger sus ambiciones colonialistas en el Medio Oriente, que son ambiciones económicas y expansionistas.
De acuerdo con lo anterior, las "fronteras de seguridad" o "fronteras seguras de Israel", que han sido abordadas por los gobiernos de "Israel" en cualquier negociación, solo debían servir a las fronteras económicas coloniales sobre las cuales se estableció "Israel". "Israel" fue y sigue siendo un proyecto colonialista internacional, y solo terminará cambiando el balance del poder internacional y regional a favor de los pueblos y las fuerzas anticoloniales las fuerzas de liberación y soberanía, en alianza con el apoyo regional e internacionales.
Quizá el resumen que hoy presentan los teóricos del movimiento sionista sobre la cuestión de las fronteras sea más convincente que las conclusiones de un investigador palestino antisionista. Entre estos nuevos teóricos se encuentra el miembro del Knesset, Zvi Hauser, del partido Yesh Atid (y era presidente del Comité de Asuntos Exteriores y Seguridad bajo el gobierno de Netanyahu, y antes de eso era como secretario del gobierno de Netanyahu).
En su artículo titulado "La Concretación de las límites de Israel: Notas Sobre la Estrategia Nacional", publicado en la revista hebrea "Hasheloh" el día 14 de agosto de 2021, dice: "Durante casi medio siglo, 'Israel' se ha apegado a un fallido eslogan "La tierra a cambio de la paz”, y santificó las fronteras trazadas hace mucho tiempo atrás. La nueva realidad en el Medio Oriente impone una nueva doctrina “La paz a cambio de la paz”, en lugar de la doctrina de “La tierra a cambio de la paz” como consecuencia el de la política de “gestión del riesgo” que siguió "Israel" y que aún la sigue, y que Europa debe reconocer los cambios que se han producido en la región durante las últimas décadas, y que la estabilidad en Oriente Medio exige el reconocimiento de la necesidad de la nueva demarcación de fronteras geográficas en el Medio Oriente en general, para que las unidades políticas sean, socialmente, más concuerdas.
En cuanto a los asentamientos en el Golán, Cisjordania y Jerusalén ocupada, Hauser cree que Europa también debería reconocer la nueva realidad sobre el terreno, como hizo Trump, “porque Cisjordania es la base de nuestro derecho histórico al país, como lo enfatiza Menachem Begin, que es la profundidad estratégica y la garantía de nuestra seguridad", como lo afirma una y otra vez Netanyahu. Además, Hauser se dirige al liderazgo de la ocupación israelí, y exige que el reclamo israelí también se base en el componente humanitario pragmático, que hay que tener en cuenta, que en la localidad C viven colonos judíos israelíes, y que “no es moral desarraigarlos en el marco de cualquier arreglo político”.
A partir de aquí, queda claro, una vez más, para todo seguidor objetivo, que las “fronteras geopolíticas”, según la ideología sionista, se fundaron en la ambición económica colonial y la expansión geográfica, dentro de las ambiciones de sus líderes y el papel requerido de ellos, como una base avanzada para el colonialismo occidental en el Medio Oriente. Por esta razón, los líderes del movimiento estaban discutiendo con los países coloniales que los establecieron, especialmente Francia y Gran Bretaña, sobre los "límites" necesarios para el "Estado Judío" a fin de garantizar una vida próspera para los colonos judíos, y el Medio Oriente sea “campo vital” para su desarrollo futuro, con recordar que el término “espacio vital” es el término que fue utilizado por los países coloniales entre sí para el reparto de colonias, que fue sustituido tras la Segunda Guerra Mundial, y el declive del colonialismo directo, y pasó a llamarse el término “intercambio de influencia” o áreas de influencia, entre los principales países o potencias regionales.
En cuanto a las alegaciones religiosas y de seguridad/militares, fueron utilizadas por la dirección del movimiento sionista en una etapa posterior, especialmente después de la guerra de junio de 1967, y nuevos teóricos, como Hauser, les añadieron alegatos “morales” basados en “la inadmisibilidad de desarraigar a los colonos judíos de sus asentamientos”.
En todos los casos, vemos que los nuevos teóricos han vuelto a la teoría original, según la cual los límites geopolíticos de los estados están determinados por las variables resultantes de las guerras y los asentamientos. Estos teóricos a los países europeos y al mundo en general que reconozcan las nuevas realidades. En cuanto a las alegaciones, se modifican o agregan según el balance de poder, o según los valores aceptados de vez en cuando.