Opciones de Hizbullah frente a la ofensiva terrestre de “Israel” contra Líbano
La capacidad de Hizbullah para absorber los recientes golpes de seguridad israelíes aumentaron, sobre todo tras la decisión de “Tel Aviv” de adentrarse en Líbano con una ofensiva terrestre anunciada como limitada.
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Lo más importante en la contención de la ofensiva terrestre israelí sería la infiltración de fuerzas de Hizbullah en territorio palestino.
El ataque hipersónico de Irán que golpeó toda la geografía israelí llegó en el momento más alto de la arrogancia israelí, tras sus sucesivos éxitos en materia de seguridad en Líbano y pocas horas después de que “Tel Aviv" decidiera, impulsado por esa misma arrogancia, lanzar una ofensiva terrestre contra Líbano.
¿Cómo se perfila la capacidad de Hizbullah para mantener su lucha, que ya se extiende por un año, frente a los crecientes desafíos en su territorio? ¿Cuáles son las implicaciones del combate terrestre, sobre todo tras el asesinato de su histórico líder, el honorable Sayyed Hasan Nasrallah? ¿Podrá Hizbullah sacar provecho de esta ofensiva israelí, especialmente después del masivo ataque iraní, ahora que ambos frentes de batalla se entrelazan?
La capacidad de Hizbullah para absorber los recientes golpes de seguridad israelíes aumentaron, sobre todo tras la decisión de “Israel” de adentrarse en Líbano con una ofensiva terrestre, aunque fue presentada como limitada.
Este es un esquema bien conocido, ya ensayado en Gaza durante los últimos meses, y que se apoya en la coordinación entre “Israel”, Estados Unidos y varios países árabes para preparar el terreno psicológico, militar y de seguridad que permita llevar a cabo los crímenes israelíes.
Sin embargo, hoy estos crímenes se enfrentan a realidades nuevas y complejas, muy diferentes al escenario reducido y sitiado de Gaza, que cuenta con la sombra de un gran vecino árabe.
Líbano, aunque pequeño, cuenta con fortalezas geográficas clave, especialmente en el sur, donde su terreno montañoso, lleno de valles y bosques, oculta bajo tierra una vasta red de túneles extendida bajo caminos, vehículos y posiciones militares.
A ello se suma su proximidad con Siria, país en el que Hizbullah combatió para asegurar una ruta de abastecimiento vital y un refugio seguro dentro del Eje de Resistencia.
De este modo, Hizbullah se encuentra sólidamente respaldado, asentado en la cima de las montañas del Monte Amel, con un ojo puesto en las montañas palestinas de Al-Jarmaq y otro en el monte Hermón, en Siria.
Hizbullah observa el avance terrestre del enemigo, que podría llegar desde las orillas del Wazzani o a través de los valles de Adaissah, Kfar Kila o Rmeish. Sus combatientes, distribuidos por todo el sur y el valle de la Bekaa, están en máxima alerta, listos para enfrentarse al enemigo con la determinación que les infunde su ideología.
Más aún, tras haber logrado revertir la situación luego de una serie de agresiones, asesinatos de sus líderes y masacres de civiles, parte de un intento israelí de imponer nuevas reglas que permitirían el regreso de los colonos israelíes a sus asentamientos y la separación del frente libanés de Gaza.
Ante este panorama, y en el marco del histórico ataque iraní —una venganza por los asesinatos de Ismail Haniyeh y Sayyed Hassan Nasrallah—, Hizbullah vio cómo se amplían sus perspectivas estratégicas y operativas, especialmente tras el evidente fracaso israelí para contener dicho ataque.
Especialmente donde el escudo de defensa israelí, el Domo de Hierro, el sistema Arrow y la Honda de David no lograron interceptar la mayoría de los misiles iraníes, que alcanzaron sus objetivos militares en todo el centro, norte y sur de “Israel”.
Además, “Tel Aviv” fue escenario de una operación palestina que dejó decenas de israelíes muertos y heridos, y poco después, Hizbullah respondió lanzando diez misiles contra la ciudad, en el primer ataque significativo de la operación Khaybar, en represalia por los crímenes israelíes.
Entre dos ofensivas, Hizbullah se enfrenta a la necesidad de definir varias opciones tácticas, siempre en consonancia con su postura estratégica, inamovible en su apoyo a Gaza y Cisjordania, y en su empeño por impedir el regreso de los colonos israelíes al norte de Palestina ocupada.
Así lo dejó claro el Cheikh Naim Qassem en su primera aparición pública tras el asesinato del Sayyed Nasrallah, cuando subrayó la expansión de los combates hasta el sur de Haifa y Jerusalén. Aunque este avance aún no permitió castigar suficientemente a “Israel” por sus crímenes en Líbano con operaciones de impacto decisivo, es fundamental analizar cuáles son las opciones en el marco del enfrentamiento terrestre.
Hizbullah dispone de varias estrategias para contrarrestar los recientes éxitos israelíes en seguridad, a pesar de que el ataque iraní haya mitigado su impacto.
La opción más básica sería contener el ataque terrestre israelí e impedir logre sus objetivos, ya sea el retorno de los colonos, la separación de los frentes o el desplazamiento de las fuerzas de Hizbullah al norte del río Litani y su desarme.
Hizbullah parece capaz de resistir, gracias a su rápida superación de las múltiples crisis que lo golpearon a la vez, las cuales habrían destruido cualquier otra organización si no contara con una ideología firme, un respaldo psicológico sólido, un amplio apoyo social y un eje político resistente.
Así, parece posible que Hizbullah logre frenar la ofensiva terrestre israelí, aunque las tropas enemigas logren avanzar en el sur del Líbano, pues, ya lo vimos en Gaza, donde las tropas sionistas avanzaron sin alcanzar sus objetivos y quedaron atrapadas en las dunas de arena.
El caso del Líbano es aún más claro, pues Hizbullah tiene la capacidad comprobada de desgastar las ofensivas enemigas, incluso si surgen sorpresas a favor de “Israel”, ya que está preparado para luchar constantemente contra estos ataques mientras sigue lanzando misiles que cubrirán todo el norte de “Israel”, sin importar la profundidad del avance israelí.
La segunda opción sería destruir los tanques israelíes en su avance diario por el sur, similar a la masacre de tanques ocurrida en el valle de Hujeir en 2006.
Si bien “Israel” demostró una gran capacidad para soportar los golpes en su esfuerzo por superar el impacto del ataque del 7 de octubre, es improbable que logre sus objetivos militares en el sur de Líbano. Esto dejaría a sus fuerzas estancadas en los valles del sur, recibiendo golpes sin poder desmantelar las capacidades de Hizbullah ni imponerle sus condiciones políticas.
Esta situación jugaría a favor de Hizbullah, y le permite aumentar sus ataques a medida que las fuerzas israelíes permanecen en el terreno.
La elección más ambiciosa sería frenar el ataque terrestre israelí, obstaculizando su entrada al territorio libanés con el mayor tiempo posible. Si las tropas finalmente logran penetrar, se convertirán en presas fáciles para las emboscadas continuas de la resistencia, que les impedirán obtener cualquier victoria temporal.
Hizbullah podría entonces destruir unidades enteras de tanques, impedir los rescates, derribar helicópteros y capturar soldados.
Pues, Hizbullah cuenta con experiencia previa en este tipo de combates, tanto contra “Israel” como en Siria, y dispone de medios eficaces y líneas de abastecimiento seguras, así como un terreno familiar que preparó durante décadas.
Lo más importante en la contención de la ofensiva terrestre israelí sería la infiltración de fuerzas de Hizbullah en territorio palestino, al realizar grandes operaciones en las líneas traseras del enemigo, lo que ampliaría el campo de batalla y obligaría a “Israel” a retroceder.
Esto elevaría los costos de la ofensiva y podría forzar a “Israel” a buscar soluciones intermedias o a continuar una batalla que no podría sostener fácilmente, especialmente con las grandes concentraciones de tropas israelíes en las fronteras del sur y el Golán sirio ocupado.
Estas pequeñas infiltraciones, si logran avanzar por túneles largos o a través de brechas geográficas seguras, podrían paralizar el ataque terrestre, especialmente si se realizan de forma continua y dejan un impacto significativo en los campamentos y puntos de concentración israelíes.
Las acciones también cuentan con legitimidad política, dado que los crímenes israelíes fueron condenados tanto en Líbano como a nivel internacional.
En el contexto de una ofensiva terrestre contra Líbano, se aplica la máxima de que la mejor defensa es el ataque, tal como lo establece el versículo coránico: "Entrad por la puerta contra ellos. Cuando entréis, seréis vencedores. Encomendaos a Dios, si sois creyentes".