Guerra y diplomacia durante y después del diluvio
Si bien el Eje de Resistencia ya no tiene su forma anterior después de ser golpeado en su articulación, ahora puede abarcar un área aún más grande.
La diplomacia en tiempos de guerra difiere significativamente de la diplomacia en períodos de relativa calma, sobre todo cuando las partes negociadoras difieren fundamentalmente en sus objetivos y tienen diferentes estándares. Con un enemigo que logra sus objetivos infundiendo miedo, no se puede confiar en su buena voluntad ni desperdiciar las oportunidades disponibles con la esperanza de un espejismo.
La historia demuestra que la trampa de la diplomacia ha provocado a menudo reveses para los movimientos de resistencia. Las demoras y la confianza equivocada en las promesas de un enemigo engañoso han dado lugar a pérdidas estratégicas, en particular cuando los funcionarios creyeron en garantías diplomáticas que luego resultaron falsas. Comprender la verdadera naturaleza del enemigo es fundamental para el éxito en la guerra.
La independencia y la falta de compromiso de la Resistencia han sido claves para sus logros hasta ahora. Irán se destaca como un modelo en su estrategia de disuasión defensiva. Su fortaleza reside en la capacidad de fortificarse eficazmente, guiado por las directivas de su líder. Sin embargo, el desafío de Irán radica en el hecho de que algunas herramientas de ejecución no logran aprovechar al máximo esta disuasión y pueden no estar en línea con la visión del Ayatolá Jamenei.
Los cálculos son necesarios, pero en la medida de las posibilidades disponibles. Por ejemplo, el retraso en la respuesta al asesinato del líder de la Resistencia en Gaza fue interpretado por el enemigo como un signo de debilidad. Esto llevó a una mayor escalada, incluidos asesinatos posteriores en Líbano y una intensificación del ritmo de las masacres en Gaza y Líbano.
Los frentes de apoyo más eficaces durante la larga batalla de este año han sido los más firmes en su resolución y los que se han negado a dejarse engañar. Yemen sigue siendo el único país que ha mantenido una postura inquebrantable desde el 8 de octubre y se ha posicionado como un modelo de resiliencia. De manera similar, la Resistencia Islámica en el Líbano, en particular bajo el liderazgo del difunto secretario general de Hizbullah, Sayyed Nasrallah demostró una determinación notable y logró infundir miedo en la entidad ocupante. Gaza, al continuar su lucha ha dado señales de una resistencia eficaz.
Sin embargo, la Siria de Bashar Al-Assad no ha alcanzado su potencial en el frente de la Resistencia, debido a sus cálculos erróneos. La dependencia de Siria de las naciones árabes que le ofrecieron falsas promesas, junto con una sobreestimación de la capacidad de Rusia en Ucrania, la dejaron vulnerable.
Además, la petición de Siria de un papel más limitado de Irán la dejó más vulnerable en su momento de necesidad. Estas experiencias subrayan los peligros de una confianza equivocada en la diplomacia y la necesidad de que los movimientos de Resistencia activen sus frentes decisivamente y en el momento adecuado.
La expansión de los frentes de resistencia no depende sólo del modelo de paciencia estratégica, sino de la acumulación de crímenes que encienden la indignación popular y crean las condiciones para la movilización. La resistencia no puede darse el lujo de esperar hasta que el enemigo esté detrás de ella, a menos que se esté desarrollando un plan estratégico más profundo.
Tras la actual guerra, Gaza necesitará años para recuperarse y enfrentarse a la maquinaria de la diplomacia contra la resistencia. De manera similar, el liderazgo de Líbano parece estar centrado en la consolidación interna, mientras que Irak sigue tratando de escapar del predominio del dólar. Yemen se mantiene firme y rechaza toda forma de diplomacia con su enemigo. Esta resistencia probablemente provocará una intensa campaña occidental, pero Yemen ha demostrado su capacidad para entender el lenguaje de su enemigo y responder con eficacia.
Se puede concluir que para comprender la visión del líder se requieren tres metodologías clave:
- Una estrategia detallada y eficaz capaz de activar e influir en las transformaciones dentro de las naciones musulmanas tras la batalla Diluvio de Al-Aqsa.
- Eficiencia en la ejecución, que implica apego a los principios, aprovechar las oportunidades sin dudar y apoyarse en una visión donde la competencia de los individuos se demuestra mediante su implementación.
- Coordinación integral entre los distintos frentes de resistencia para asegurar la unidad y alineamiento estratégico.
En los actuales frentes de confrontación, la Resistencia debe aprovechar el espíritu creado por el genocidio para orientarse hacia nuevos objetivos que pueden quedar fuera del ámbito actual de la lucha. Estos frentes alternativos tienen el potencial de ejercer presión y reunir apoyo popular de maneras inesperadas, en particular en regiones donde las potencias occidentales están profundamente comprometidas con el mantenimiento de la estabilidad.
Aunque el Eje de la Resistencia ya no tiene su forma anterior después de ser golpeado en su articulación, ahora puede abarcar un área aún más grande, porque los eventos de los últimos 14 meses han alimentado la idea de la resistencia en la Ummah.