Las repercusiones de la guerra israelí en Gaza, que siguieron a la operación  Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre de 2023, siguen proyectando sombras sobre la región y el mundo.

A pesar de que ha pasado más de un año y medio desde el inicio del conflicto, sus resultados aún no se han definido, dado el rápido desarrollo de eventos y cambios que complican aún más el panorama.

Sin embargo, los indicadores sugieren que la región está experimentando transformaciones estratégicas que aún están en proceso de formación, mientras las partes internacionales y regionales buscan aprovechar oportunidades y enfrentar las amenazas y desafíos emergentes.

El gobierno israelí sigue recibiendo un apoyo sin precedentes de Estados Unidos, especialmente tras la llegada de la administración del presidente Donald Trump, lo que le ha permitido continuar con su guerra de exterminio en Gaza y rechazar el cese de hostilidades, además de proporcionar un respaldo a las violaciones israelíes del alto el fuego tras una tregua que aproximadamente un mes y medio.

Esto también le ha permitido seguir violando el alto el fuego con Líbano y ocupar partes de su territorio, además de llevar a cabo agresiones continuas en Siria y ocupar amplias áreas, convirtiéndolas en una zona de amortiguamiento.

LEA TAMBIÉN: Brigadas Al-Qassam publica video de recuperación de prisionero israelí  

Las acciones militares israelíes, respaldadas por Estados Unidos y Occidente, tenían como objetivo contener el impacto inicial del ataque palestino del 7 de octubre, que desestabilizó a "Israel", y trabajar para recuperar la iniciativa en el terreno, de modo que el gobierno israelí pudiera restablecer su equilibrio estratégico y luego dirigir los acontecimientos a su favor.

A pesar de las apariencias de superioridad militar de "Israel", respaldada por Estados Unidos y Occidente, que le permitieron lograr logros tácticos en varios frentes, las manifestaciones de aislamiento de "Israel" a nivel internacional se están acelerando, al igual que las divisiones internas sociales y políticas en Israel, que han llegado a un punto similar a una guerra civil fría.

A nivel regional, "Israel" ha lanzado una guerra en múltiples frentes, que incluye Gaza, Líbano,  Siria y Yemen, acompañada de operaciones militares crecientes en Cisjordania contra los palestinos.

La guerra en Gaza se considera la más feroz en la historia de las guerras israelíes, donde "Israel" utilizó una fuerza destructiva enorme, sin considerar el derecho humanitario internacional, en un intento claro de restaurar su capacidad de disuasión, que se había visto gravemente afectada tras la conmoción del 7 de octubre, y convertir Gaza en una zona inviable.

El objetivo de la guerra en Gaza era doble: primero, demostrar poder a través de la destrucción total del enclave, enviando un mensaje a todos aquellos que se oponen a "Israel" de que su destino sería similar; y segundo, intentar resolver lo que "Israel" considera el dilema de Gaza mediante el desplazamiento forzado de la población bajo el pretexto de un "desplazamiento voluntario".

Paralelamente, la resistencia libanesa decidió participar en la batalla de apoyo a la causa palestina un día después de la operación Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre, e "Israel" liberó una larga guerra de desgaste contra la resistencia libanesa, apuntando a desmantelar la estructura militar y de liderazgo del partido, con el objetivo de separar los frentes palestino y libanés.

A pesar de la firma de un acuerdo de alto el fuego entre "Israel" y Líbano, el frente libanés sigue siendo frágil, dado que continúan las agresiones israelíes y las operaciones de ataque y asesinato contra líderes de la resistencia libanesa y palestina.

En Siria, la situación ha experimentado desarrollos dramáticos tras el control de la oposición siria sobre el poder y la incertidumbre sobre el futuro de Siria bajo el nuevo régimen, en medio de los esfuerzos de "Israel" por dividir Siria en base a criterios sectarios y étnicos, y su continua violación del territorio sirio y ocupación de más tierras sin enfrentar resistencia hasta ahora.

Sin embargo, "Israel" teme las tendencias islámicas del nuevo régimen y el apoyo turco a este, en vista de los temores de un futuro enfrentamiento y una lucha por la influencia entre Turquía e "Israel" en el territorio sirio.

La situación en Siria sigue siendo frágil, y la posibilidad de que se deslice hacia un estado de caos similar al de Irak tras la invasión estadounidense sigue siendo real, lo que crearía desafíos de seguridad y militares para "Israel" si se formaran movimientos de resistencia contra la ocupación israelí de tierras sirias, o si se complicara la lucha por la influencia entre Turquía e "Israel", dada la preocupación israelí por la posibilidad de que el frente sirio se convierta en un escenario de desgaste y enfrentamientos militares.

Respecto a los países árabes "moderados", las tensiones en las relaciones entre "Israel" y Egipto y Jordania han aumentado debido a las políticas expansionistas del gobierno israelí y los proyectos de desplazamiento de los ciudadanos de Gaza, lo que ambos países consideran una amenaza a su seguridad nacional.

Además, el papel de Arabia Saudita ha surgido como un actor regional, con el presidente estadounidense Donald Trump buscando fortalecerlo en beneficio de sus intereses económicos.

Las conmociones que siguieron a la operación Diluvio de Al-Aqsa el 7 de octubre y los eventos posteriores continúan teniendo repercusiones, dado que la guerra en Gaza no ha permitido a "Israel" definir la batalla a su favor ni someter a la resistencia después de más de un año y medio.

Asimismo, las interacciones estratégicas emergentes han dejado el futuro de la región abierto a múltiples posibilidades, con un aumento de la incertidumbre y los riesgos de nuevas explosiones que podrían ser más amplias y difíciles de prevenir en sus resultados.