Trump: Del "Acuerdo del Siglo" al rechazo de la anexión. ¿Qué cambió?
La postura de Trump desconcertó a políticos de muchos partidos y planteó una pregunta fundamental: ¿cómo puede una figura como él, que le dio a "Israel" todo lo que soñaba, ahora interponerse a su proyecto de anexión de Cisjordania?
-
Trump: Del "Acuerdo del Siglo" al rechazo de la anexión. ¿Qué cambió?
La votación preliminar en la Knesset (Parlamento israelí) sobre la anexión de Cisjordania provocó una crisis con la Casa Blanca. El gobierno estadounidense declaró con claridad que la anexión es una línea roja para Estados Unidos y que no tiene lugar en el actual proyecto de acuerdo político.
El propio presidente Donald Trump expresó esta postura a la revista Time. Afirmó que no permite a "Israel" un paso así y que se comprometió a ello con líderes y dirigentes árabes. Esta declaración hizo que el primer ministro sionista Benjamín Netanyahu diera un paso atrás rápidamente.
LEA TAMBIÉN: Trump rechaza anexión de Cisjordania por “Israel”
De hecho, pidió a su coalición que no presentara propuestas sobre la soberanía en Cisjordania hasta nuevo aviso. Esta situación supuso un duro golpe para Netanyahu, sus socios de coalición y sus sueños expansionistas.
Si recordamos un poco, durante la campaña de su primer mandato, Trump se presentaba como una figura diferente, no como un mandatario tradicional de Estados Unidos.
LEA TAMBIÉN: Rechazan plan israelí de anexión en Cisjordania
Lanzó el llamado "Acuerdo del Siglo", que ofrecía Cisjordania a "Israel" en bandeja de plata. Daba luz verde a su anexión a cambio de promesas económicas y soluciones políticas parciales para los palestinos.
Sin embargo, su primer mandato finalizó sin lograrlo. El acuerdo quedó en papel mojado porque las circunstancias de entonces no maduraron para alcanzar ese objetivo.
Las condiciones cambiaron, las situaciones se transformaron y Trump llegó para un segundo mandato, el cual coincidió con la guerra más larga que "Israel" libraba desde su fundación.
LEA TAMBIÉN: Netanyahu aplaza ley de anexión de Cisjordania tras amenaza de EE. UU.
Trump se presentó como el hombre de paz, el artífice de acuerdos que terminaría con todas las guerras de la región.
Recientemente, como todos seguimos, consiguió presentar un plan que detuvo la guerra en Gaza. Pero, en un giro explícito, su postura sobre la anexión de Cisjordania bajo control y soberanía israelí total cambió.
Entonces, ¿qué varió y cuáles son las causas de esta transformación?
La posición del inquilino de la Casa Blanca desconcertó los cálculos políticos de muchas partes y planteó una pregunta fundamental.
¿Cómo una personalidad como Trump, que concedió a "Israel" todo lo que soñaba política y militarmente, se interpone hoy con firmeza ante el proyecto de anexión de Cisjordania?
En este contexto, surge una pregunta inevitable: ¿por qué rechaza ahora la anexión? En los cálculos políticos, las circunstancias cambiaron, los objetivos se transformaron y los intereses estratégicos se entrelazaron con las cuentas regionales, en un momento en que la política de Washington experimenta nuevos giros.
Existen razones estratégicas según los cálculos de la política estadounidense. La primera es la promesa que el mandatario de EE. UU. hizo a los líderes de los países árabes durante su reciente encuentro.
La administración norteña, que enfrenta grandes desafíos globales, no quiere que la región se convierta en una fuente permanente de conflictos. Estos obstaculizan los proyectos estratégicos de Washington y reducen sus intereses con importantes países árabes y occidentales.
LEA TAMBIÉN: Resistencia palestina rechaza proyecto de anexión a Cisjordania
Después de una guerra de dos años en Gaza, surgió un choque entre la postura occidental e "Israel". Una anexión ya no es un asunto exclusivo del conflicto palestino-israelí.
Un paso así provocaría una explosión regional que sumiría a la zona en otro tipo de guerra, con repercusiones aún más negativas para un "Israel" que ya vive un aislamiento internacional sin precedentes. De hecho, ahora sufre un rechazo nunca visto desde su creación.
La administración Trump desea reintegrar a "Tel Aviv" en la región árabe y trabaja para crear un entorno adecuado para ello. Busca preservar el camino de la normalización de relaciones que promovió en el pasado y quiere reactivarlo para ganar un gran impulso político y diplomático.
Considera que la anexión, en este preciso momento, socava este camino y devuelve las relaciones entre "Israel" y muchas partes de la región a un ciclo de enfrentamientos. Por ello, desde la perspectiva de la Casa Blanca, rechazar la anexión es un paso para proteger logros políticos estratégicos que considera un éxito estadounidense desde 2020 y que necesita completar.
La postura árabe no está lejos de los cálculos políticos de EE. UU.. Estuvo muy presente ya que se comprometió ante varios líderes a impedir la adhesión. Se formaron presiones árabes e islámicas y posiciones claras contra esta medida.
Expresaron abiertamente su rechazo y su temor a las graves consecuencias si "Israel" la llevaba a cabo. El gobierno estadounidense considera que necesita urgentemente una postura árabe cohesionada tras el fin de la guerra en Gaza, especialmente en los asuntos de seguridad nacional y reconstrucción.
Un abandono de la postura árabe significaría una ruptura de la colaboración y un alejamiento de la influencia de Estados Unidos en la región. Por eso, era necesario adoptar una posición que tuviera en cuenta estos cambios en los intereses árabes.
En este punto, surge otra pregunta: ¿qué cambió en la estrategia de la administración Trump desde el "Acuerdo del Siglo" hasta su actual plan de paz? Creo que la diferencia no está en el principio general de apoyo a "Tel Aviv", sino en la anexión como proceso y sus consecuencias.
El "Acuerdo del Siglo" era un plan para imponer unilateralmente directrices políticas y hechos consumados por parte de "Israel", con cobertura estadounidense, a cambio de promesas económicas y políticas para el pueblo palestino.
En cambio, si analizamos la realidad del rechazo actual de la Casa Blanca a la anexión, casi aseguro que es una decisión política con mucho de engaño y falsedad. Washington considera que la adhesión ahora no otorga a Israel una ventaja estratégica.
Al contrario, le costaría un mayor aislamiento diplomático y político tras la guerra en Gaza, y sus costes serían muy altos. Esta es una nueva ecuación en la que la Casa Blanca ve el fortalecimiento y la protección de sus intereses y los regionales como una prioridad por encima de los proyectos puramente israelíes.
Algunos miembros de la coalición de gobierno sionista consideran la adhesión un asunto puramente interno que deben ejecutar. Pero en realidad no es así. Es una cuestión con complejas motivaciones internas y externas.
Dentro de "Israel", las coaliciones de derecha ven la anexión como un logro político propio. Sin embargo, en el lado opuesto, los responsables de seguridad y exteriores comprenden que tendría efectos negativos y volvería a inflamar la región, especialmente Cisjordania. Sus efectos alcanzarían a países vecinos como Jordania y Egipto. Esta disputa interna da a Washington un amplio margen para influir en el asunto.
Desde su perspectiva y según sus cálculos, la administración Trump cree que tiene la gran responsabilidad de terminar las guerras en el mundo e imponer un estado de estabilidad internacional. Trump presumió repetidamente de que puso fin a varias guerras, la última de ellas la de Gaza. En este contexto interviene hoy en el asunto de la anexión.
Lo expresó abiertamente: "No permitiré la anexión". Trump cree que esta postura representa para su gobierno un mensaje político para preservar intereses estratégicos mayores, y no necesariamente un cambio moral en su posición hacia la causa palestina.
Más bien, responde a las repercusiones relacionadas con la oleada de reconocimientos internacionales del Estado palestino y la creciente postura europea contra "Israel". Todo ello presionó a la Casa Blanca para oponerse a cualquier paso explícito hacia la anexión.
El "Israel" de antes del 7 de octubre de 2023 no es el mismo que el de después. Muchas pruebas lo indican. Desde el momento en que el presidente Trump forzó a Netanyahu a disculparse por el bombardeo en Qatar tras el intento de asesinato de líderes de Hamas, pasando por los importantes eventos que siguieron, como la aceptación de su plan para detener la guerra, su reciente visita a la región y su anuncio en la Knesset de que la guerra en Gaza terminó, hasta la disculpa de Smotrich a Arabia Saudita por sus recientes declaraciones, quedó claro que Washington controla el escenario y la decisión política en "Israel".
La situación llegó a tal punto que el público en "Tel Aviv" grita a viva voz: "Nos convertimos en un país bajo tutela estadounidense".
El presidente Trump, en sus últimas declaraciones, puso los puntos sobre las íes. Afirmó claramente que la anexión de Cisjordania no ocurrirá porque hizo una promesa a los líderes de los países árabes.
Lo dijo sin rodeos:
"Di mi palabra a los países árabes. Si "Israel" anexiona Cisjordania, perderá nuestro apoyo por completo. Netanyahu no tiene más opción que aceptar mi plan en Gaza. Si yo no detengo a Netanyahu, el mundo entero lo detendrá. La popularidad de Israel está en declive".
Todas estas declaraciones significan algo muy importante. Explican que vivimos un escenario sin precedentes, cuyo título es "'Israel' bajo administración, tutela y soberanía estadounidense".
En esta situación, "Tel Aviv" ya no toma sus decisiones de forma independiente, sino que ejecuta lo que la Casa Blanca le pide. Así lo declaró un alto funcionario estadounidense, según la prensa israelí: "Si Netanyahu hace fracasar el acuerdo, el presidente Trump lo hará fracasar a él".
Esto significa que Netanyahu camina sobre una cuerda muy fina con el mandatario estadounidense, quien le dio muchas oportunidades para ganar la guerra en Gaza, pero fracasó. Si continúa así, terminará por hacer fracasar el acuerdo él mismo.
Estamos ante una realidad nueva e impactante para muchos círculos en "Tel Aviv", que comienza a traducirse en un nuevo comportamiento estadounidense en su trato con el país. Este consiste en tomar las decisiones cruciales por ellos e imponer un nuevo tipo de tutela.
Esto se debe a dos razones principales: la primera es enviar un mensaje a la extrema derecha que gobierna "Israel"; la segunda es proteger y salvarlo de sí mismo.
Es evidente que la administración Trump ahora comprende que la existencia de "Israel" se volvió costosa para Estados Unidos. En lugar de proteger sus intereses, se convirtió en una carga.
Esto requiere integrar a la entidad sionista en la región, incluso contra su voluntad. La única forma que la administración Trump ve como adecuada es reintegrarla a través de la normalización, lo que convertiría su existencia en una demanda puramente árabe.
Ante todo esto, podemos afirmar que lo que cambió no es la lealtad de Trump hacia "Israel", sino la naturaleza de los objetivos estratégicos, los medios y los intereses en su conjunto.
Pasamos del "Acuerdo del Siglo", que intentaba diseñar un pacto según reglas y hechos sobre el terreno, a una postura pública, firme y disuasoria contra la anexión.
Esto significa que la administración estadounidense prioriza sus intereses estratégicos, la estabilidad regional y la aceptación e integración de "Israel" en la región por encima de las aventuras bélicas en las que Netanyahu y sus socios insisten, basándose en una agenda política que ya quedó al descubierto.
Sharhabil Al Gharib
Al Mayadeen Español