En Glasgow las élites del mundo no abren su monedero
Mientras en la Cumbre Climática COP26 los estados más poderosos continuaron con sus promesas, poco o nada se vislumbró en materia financiera para contribuir a los países más atrasados para enfrentar el fenómeno del cambio climático, según un análisis del sitio Indian Punchline.
Mientras en la Cumbre Climática COP26 los estados más poderosos continuaron con sus promesas, poco o nada se vislumbró en materia financiera para contribuir a las necesidades de fondos de los países más atrasados para enfrentar el fenómeno del cambio climático, según un análisis del sitio Indian Punchline.
La cumbre de Glasgow fue testigo de la falta de consenso entre los líderes mundiales sobre cómo avanzar globalmente en el cambio climático. Presentaron ideas que competían entre sí, pero no hubo consenso en cuestiones fundamentales, como que los países ricos cumplieran su promesa de ayudar a los países pobres a abandonar los combustibles fósiles, precisó la publicación.
La cumbre del clima de Glasgow es una farsa de la élite, puntualizó Indian Punchline. El evento de alto nivel donde estuvieron casi cien líderes mundiales “fue un espectáculo mediático. Las élites gobernantes de todos los continentes, encerradas en sus capitales nacionales a causa de la pandemia, tuvieron por fin un respiro para deshacerse de sus máscaras y subir a sus aviones privados para volar a la `Gran Bretaña Global´ y mostrar sus cualidades de liderazgo”.
Pero la grandilocuencia obscena fue el leitmotiv del evento de dos días en Glasgow. Llegaron como para festejar, exultar con palmadas en la espalda y divertirse mientras se preocupaban por impresionar a sus audiencias nacionales de que su política personalizada se traduciría en ganancias para sus países.
Resaltó la falta de consenso sobre cómo avanzar globalmente en el cambio climático. Tanto Boris Johnson, el premier británico, como el presidente estadounidense, entre otros que buscaron protagonismo internacional, presentaron ideas que competían entre sí, pero no hubo consenso en cuestiones fundamentales.
En Copenhague, en la COP15 de 2009, los países se reunieron y dijeron que aportarían cien mil millones de dólares al año y que alcanzarían ese objetivo en 2020. No cumplieron el objetivo de forma abismal. Podría decirse que, en muchos sentidos, el éxito de la cumbre de Glasgow dependerá de la cuestión del apoyo financiero, subrayó el sitio digital.
Los únicos resultados tangibles de Glasgow, agregó, son los dos acuerdos para reducir las emisiones de gas metano y proteger los bosques del mundo. Se trata de frutos de escaso valor, pero no por ello dejan de ser las dos estrategias más eficaces para mantener el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5˚C al tiempo que se obtienen beneficios colaterales como la mejora de la salud pública y la productividad agrícola.
Más de cien países, que representan más del 40 por ciento de las emisiones mundiales de metano y más de dos tercios del PIB mundial, se han adherido al Compromiso Mundial sobre el Metano, lanzado el martes en Glasgow, que constituye un esfuerzo colectivo para reducir las emisiones mundiales de metano en al menos un 30 por ciento respecto a los niveles de 2020 para 2030, lo que podría eliminar más de 0,2˚C de calentamiento para 2050, aseguró.
Sin embargo, precisó, hubo notables ausencias entre los firmantes, entre ellos algunos grandes contaminadores de metano como China, Rusia, Australia e India.
De nuevo, más de cien países se comprometieron el martes a poner fin a la deforestación para 2030, acordando un amplio acuerdo destinado a proteger alrededor del 85 por ciento de los bosques del mundo. No se puede negar que el acuerdo es crucial para absorber el dióxido de carbono y frenar el aumento de las temperaturas globales.
El enviado presidencial ruso para asuntos climáticos, Ruslan Edelgeriyev, caracterizó la cumbre de Glasgow como una "carrera de ambiciones". Declaró a Tass que los ambiciosos objetivos de algunos países "no están respaldados por hojas de ruta (claras) ni por datos científicos" y se basan en "esperanzas injustificadas sobre la aparición de nuevas tecnologías".
Edelgeriyev afirmó que es posible alcanzar el objetivo de cero neto incluso antes de 2060, siempre que exista un "entorno nacional e internacional favorable". Citó las sanciones occidentales contra las empresas estatales rusas. Además, existen obstáculos como la oposición a declarar la energía nuclear como una fuente de energía baja en carbono.
Rusia alberga alrededor del 20 por ciento de la superficie total de los bosques del mundo, por lo que apoya plenamente la declaración de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra. Pero a Rusia le hubiera gustado también considerar la forestación como un "proyecto verde" válido para compensar las emisiones de CO2.
Mientras en Estados Unidos la poda de fondos de un proyecto de ley que incluía el cambio climático ralentiza cualquier iniciativa de la Casa Blanca para enfrentar un fenómeno que amenaza la supervivencia de las especies, en especial la del hombre.