Ciudades de barro del Hadramaut
En Hadramaut, el barro es la esencia de la construcción. Para levantar edificios de hasta siete pisos, los artesanos fabrican ladrillos delgados y ligeros, moldeados con barro y paja.
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Ciudades de barro del Hadramaut. Foto: Castillo Blanco de Sif.
Famosa por sus paisajes desérticos, su arquitectura milenaria y sus comunidades resilientes, la región de Hadramaut, en el sur de Yemen, es testigo de siglos de comercio, cultura y migración.
Antaño fue una parada clave en las rutas de caravanas que conectaban el mundo árabe con África y Asia, y era especialmente conocida por la producción de incienso y mirra.
Su capital, Mukalla, formó parte de varios imperios, entre ellos los himyaritas, los rasúlidas y los otomanos, y aún es un importante centro histórico y cultural.
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El Castillo Blanco de Sif
En el pueblo de Sif, capital cultural del Wadi Do'an, se alza una imponente mansión blanca edificada directamente sobre la roca del valle, y esto le otorga un aspecto monumental.
Sus grandes casas acogen tradicionalmente a extensas familias, en las que los hermanos, junto a sus esposas e hijos, conviven bajo la autoridad de un patriarca.
La vida en Shibam
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Ciudades de barro del Hadramaut
Shibam, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, es una ciudad de siete mil habitantes.
Al atravesar la puerta principal y sus murallas de barro, es posible experimentar la sensación de ascender hacia la ciudad mientras se desciende a la tierra misma: “en una estructura vertical”.
Desde dentro, las murallas se transforman en un conjunto de torres únicas, cada una con identidad propia.
Esta urbe incluye una compleja red de pasajes estrechos, corredores elevados y cavidades que se extienden en múltiples direcciones.
Las mujeres emplean un sistema de puentes de barro para desplazarse entre los pisos superiores de las casas-torre, evitando así descender a la calle o cubrirse completamente para visitar a familiares y amigas.
Desde las azoteas, pequeñas ventanas les permiten observar la vida urbana sin ser vistas.
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La ciudad de Tarim
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Ciudad santa de Tarim
Considerada ciudad santa, Tarim llegó a albergar veintitrés palacios de adobe y 365 mezquitas, una para cada día del año.
Allí residen unos quince mil habitantes en cerca de tres mil casas de tierra, cuya arquitectura, aunque distinta a la de Shibam, comparte los mismos materiales.
La ciudad es también cuna de artesanos expertos en la tradición constructiva yemení. Su estilo, desarrollado durante siglos, muestra claras influencias islámicas procedentes de la India.
La arquitectura de barro
En Hadramaut, el barro es la esencia de la construcción. Para levantar edificios de hasta siete pisos, los creadores fabrican ladrillos delgados y ligeros, moldeados con barro y paja, que se mezclan a pie y con azuela antes de apilarse en hileras.
Las técnicas, transmitidas de generación en generación, conviven con influencias occidentales y tecnologías modernas, que transforman gradualmente el paisaje urbano.