Bleeding Dust: Un teledrama sobre la lucha y resistencia en Palestina
Esta es la primera obra de su tipo y única serie presentada durante el sagrado mes de Ramadán.
Plano general de una prisión israelí en Ramallah. Travelling siguiendo a las torres de vigilancia. Guardias. Luces. Alambres de púas. Partículas de polvo.
Cuatro prisioneros, de ojos negros, escrutadores, cavan a ciegas un túnel. Uno de ellos sonríe. Pero la sonrisa no impide el acto. Y el que primero avanza se encuentra ya en las afueras, libre.
El tiempo corre. Cualquier sombra, cualquier gesto podría activar las alarmas de seguridad. La ocupación sorprende a dos de ellos, mientras Bilal (el protagonista) y su compañero logran llegar a la aldea de Tal al-Sabr.
La telenovela que así principia es Bleeding Dust, la primera obra de su tipo en Palestina y única serie presentada durante el sagrado mes de Ramadán.
Su director, el realizador Bashar Al-Najjar, rinde homenaje, quiéralo o no, la hazaña lograda por seis prisioneros, quienes burlaron el estricto sistema de seguridad de la cárcel israelí de Gilboa en septiembre de 2021.
Por eso da vida a Bilal. Confidente, guerrero y con suficiente valor, él encarna la esencia de todos los que le antecedieron, un personaje nacional como el que describiera el fallecido artista Abu Arab en sus letras:
“Oh Yama, hay un golpe en nuestra puerta, Ya Yama Hai (este es) el llamado de nuestros seres queridos”.
Frente al egoísmo de otros, está su voz y de la tía Umm Askar, inspirada en una mujer que protegió a perseguidos en su casa en Nablus.
Al-Najjar, que soñaba con esta producción desde hace cuatro años, comenzó la grabación de sus 30 episodios después del genocidio perpetrado por “Israel” en octubre pasado.
Para su creación, llamó al autor Osama Malhas, reconocido por sus escrituras de obras teatrales y dramas religiosos.
De igual forma, reunió a actores de diferentes geografías como Hussein Nakhla, Munira Zuraiqi, Amjad Ghanem, Najah Abu Al-Haija, Saeed Saada y Taher Bakir.
En la trama son evidentes los relatos de resistencia y de los asaltos de los colonos en las calles e instictuiones de Tal al-Sabr.
Bleeding Dust se aleja de los audiovisuales de comedias o problemas familiares. Es, pues, una obra directamente política. Un llamado, podríamos decir, a luchar.