Cannes inicia entre temores de protesta y la presencia de Meryl Streep
Quedaron al margen de la competencia principal películas de Palestina, África y otras de América Latina.
¿Puede el arte dejar de ser un arma ideológica? Los organizadores del Festival de Cine de Cannes, inaugurado el 14 de mayo, buscan que el enfoque principal del evento solo sean las producciones y sus creadores.
Sin embargo, eso, en muchos sentidos, es contradictorio. ¿Acaso una obra y sus artistas no tienen un impacto social? ¿Acaso no están comprometidos? Compromiso total, de forma y de contenido.
El secretario general del evento, Francois Desrousseaux, reveló la celebración de 15 reuniones informativas sobre seguridad, en comparación con las cuatro o cinco del año pasado, además de la prohibición de todo tipo de protestas.
También mencionó la implementación de cámaras con inteligencia artificial y puertas especiales para brindar una protección más rápida a los invitados.
Al revisar las películas que forman parte de la programación, encontramos un filme palestino al margen del evento y el corto de un estudiante incluido en la muestra de centros educacionales, pero ninguno en la selección oficial.
La competencia principal no incluyó títulos africanos y el cine latinoamericano se reduce al audiovisual Motel Destino, del brasileño Karim Aïnouz.
Durante la apertura, Meryl Streep volvió a Grand Théâtre Lumière para recibir una Palma de Oro de Honor de manos de la francesa Juliette Binoche.
Allí protagonista de The English Patient habló y lloró por la manera en que la premiada Streep cambió la manera de ver a la mujer en el mundo del cine. Porque sí, quiérase aceptar o no, el arte cumple, ante todo, una función social.
Por supuesto, aún queda por ver cómo transitarán las próximas jornadas en la Croisette hasta la clausura programada para el 25 de mayo.