Revelan el secreto astronómico de la Pirámide de la Luna, en México
Sus vértices siempre estuvieron alineados al noreste con el solsticio de verano, para el amanecer, y al suroeste con el de invierno, para el ocaso.
La Pirámide de la Luna, situada al final de la Calzada de los Muertos, en la antigua Teotihuacan, México, experimentó distintas fases entre el año 1 y el 350 después de Cristo.
Una nueva investigación reveló ahora que sus vértices estaban alineados al noreste con el solsticio de verano, para el amanecer, y al suroeste con el de invierno, para el ocaso.
El equipo de arqueoastrónomos de la Universidad del Tepeyac tomó una gran cantidad de mediciones, incluida información con drones, para determinar que los vínculos con las esquinas cuando salía el sol sobre El Xihuingo.
“Hay un lugar donde se crearon petroglifos conocidos como cruces punteadas y parece que fueron usados como marcadores astronómicos”, explicó en el investigador Aarón González Benítez en un comunicado.
La alineación también determinó la disposición de otros monumentos encontrados en paralelos, al orientar su ordenación de manera canónica.
Aunque parezca extraño que una estructura llamada en relación al satélite natural tenga una alineación con la estrella, los expertos aseguraron que su nombre lo otorgaron los mexicas cuando la urbe ya estaba en ruinas.
Para los especialistas, esta es la edificación más importante de Teotihuacan, porque otorgó el volumen necesario para producir un efecto de frontalidad.
Estudios previos demostraron que el eje de simetría es la Calzada de los Muertos, cuyo acimut (el ángulo entre un plano de referencia y un punto) es de 15º 25'.
Su rumbo fue un enigma de años, pero hoy es sabido que su orientación apuntó a fechas específicas de levantamiento y ocultamiento del Sol.