Le Monde: Palestina nunca sufrió tanto
Puede que el pueblo palestino haya sufrido tragedia tras tragedia desde la Nakba, la "catástrofe" de 1948, pero nunca antes se le había infligido tanto sufrimiento en tan corto espacio de tiempo.
El ejército israelí no logró ningún éxito decisivo durante un mes y medio de bombardeos continuos a la Franja de Gaza, pero insistirá en la destrucción del sur con la misma ceguera sistemática como hizo antes en la parte norte del territorio palestino sitiado, iNdicó un reporte del diario francés Le Monde.
Pero según su autor, Jean-Pierre Filiu, es necesario, sin esperar a esta nueva escalada, subrayar un hecho abrumador y lleno de consecuencias para el futuro: en un siglo de historia salpicado de tragedias, el pueblo palestino nunca soportó tanto sufrimiento ni pagaron tal precio por un conflicto en el cual son inocentes por definición.
Conforme al articulista, la represión del levantamiento árabe de 1936-1939 contra el mandato británico de Palestina dejó más de cinco mil muertos, antes de que la Nakba causara pérdidas mucho mayores, con unos 13 mil fallecidos, la mayoría de ellos civiles.
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La escala de esta masacre, a lo largo de los últimos 75 años, es insuperable a pesar de las tragedias en la historia palestina desde entonces: mil personas perdieron la vida durante la primera ocupación israelí de Gaza en 1956-1957, una cifra menor fue exterminada en 1970 durante el “Septiembre Negro” en Jordania. También hubo menos de mil muertos en las matanzas de 1976 en el Líbano en el barrio de cuarentena y el campo de Tal al-Zaatar; entre 800 y tres mil ciudadanos aniquilados en 1982 en los campos de Sabra y Chatila; otros mil 200 en represión israelí de la Primera Intifada de 1987 a 1993; tres mil personas ultimadas en la Segunda Intifada de 2000 a 2005 y más de cuatro mil al final de los distintos ataques israelíes contra Gaza de 2008 a 2022.
El número de muertos debido a la guerra en curso en Gaza llegó a 14 mil 854 personas hasta el 22 de noviembre. Estas cifras publicadas por el Ministerio de Salud fueron consideradas fiables por las Naciones Unidas. Un mes y medio de hostilidades provocó más muertos que un año interminable de Nakba. Sobre todo, el número de niños asesinados (seis mil 150, o más del 40 por ciento de las víctimas) no tiene precedentes, incluso para los horribles estándares de la tragedia palestina. También hay mil doscientos niños desaparecidos, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Muchos deben estar enterrados bajo los escombros.
Según Filiu, hace un siglo, el puerto de Gaza era un importante centro de exportación de cítricos y cereales. A pesar de los repetidos asedios y guerras, la ciudad era, en septiembre de 2023, cuatro veces más poblada que Hebrón, cinco más que Nablus y veinte más que Ramallah en Cisjordania.
Hoy, entre el 40 y el 50 por ciento de los edificios de la mayor ciudad palestina fueron destruidos o dañados, las redes de distribución de agua y electricidad quedaron inutilizadas y sólo un hospital funciona.
A juicio del analista, ni siquiera la Nakba fue testigo de semejante devastación: "Israel" destruyó 100 ciudades palestinas a partir de 1948, pero Nazaret siguió siendo la principal ciudad árabe, mientras en Haifa, Acre, Lod y Jaffa coexistieron poblaciones árabes y judías.
Tres cuartas partes de la población de Gaza fueron obligadas a abandonar sus hogares, 1,7 millones de personas marcharon a refugios de la ONU. Hoy, los riesgos de epidemias, en ausencia de agua potable, son alarmantes.
Semejante catástrofe humanitaria ocurre a la vista de todo el mundo y la Nakba de 1948 quedó en gran medida oscurecida por la prioridad otorgada a la dimensión militar del primer conflicto árabe-israelí. Incluso entonces, el desplazamiento de población afectó a unos 750 mil palestinos, de los cuales 200 mil marcharon a la Franja de Gaza.
Desde este trauma fundacional, dos tercios de la población de Gaza vive refugiada y transmiten el recuerdo de la expulsión de generación en generación.
A criterio de Filiu, la mayoría de estos civiles, a pesar de las terribles experiencias, no quieren ser desarraigados de sus tierras.
Esta es sin duda la única lección para el futuro a estas alturas de la terrible evaluación: Esperar más muertes y destrucción. ¿Hasta cuándo?, concluyó.