La administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no tiene intención de castigar a "Israel" por la invasión terrestre a la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, y el descuido a la seguridad civil.

El diario Politico citó a tres funcionarios estadounidenses anónimos para confirmar la ausencia de planes de reprimenda, por tanto las fuerzas israelíes pueden ingresar a la ciudad gazatí y dañar a cenetenares de miles de civiles sin enfrentar las consecuencias por parte de su principal aliado.

De hecho, el ejército genocida bombardeó durante varios días  esa zona, por tierra, aire y mar, mientras el primer ministro , Benjamín Netanyahu ordenó a las tropas preparararse para una ofensiva en la ciudad del sur.

Producto de una agresión encarnizada de 130 días a toda la Franja, Rafah alberga a más de la mitad de la población de Gaza.

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Gobiernos extranjeros, incluido el aliado clave, Estados Unidos, y muchos grupos de ayuda, expresaron su profunda preocupación por el plan de Netanyahu.

Biden, habló por teléfono con el extremista israelí para indicarle no continuar sus acciones en Rafah sin un plan "creíble" para garantizar "la seguridad" de las personas refugiadas allí, según reportó la Casa Blanca.

Alrededor de 1,4 millones de palestinos están apiñados en Rafah, muchos en tiendas de campaña, mientras el acceso a alimentos, agua y medicinas es cada vez más escaso.

Día a día, Estados Unidos refuerza su apoyo a la ocupación israelí en medio de la agresión en curso contra la Franja de Gaza.

Ante interrogantes de la prensa sobre la posibilidad de retirar la ayuda militar a "Israel", el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional norteamericano, John Kirby, ratificó la voluntad de continuar el respaldo a los objetivos trazados por "Tel Aviv", y asegurarse de suministrar "las herramientas y capacidades para hacerlo".