Rodrigo Paz reedita alianzas del viejo orden neoliberal en Bolivia
Con herencia política y pactos neoliberales, Rodrigo Paz inicia su mandato enfrentando tensiones internas y desafíos externos clave para Bolivia.
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Rodrigo Paz reedita alianzas del viejo orden neoliberal en Bolivia (Foto: Tomada de Diario Red)
Rodrigo Paz Pereira, nacido en Santiago de Compostela y con 58 años de edad, asumió el 8 de noviembre la presidencia de Bolivia, marcando la primera derrota electoral del Movimiento al Socialismo (MAS-IPSP) en dos décadas.
Linaje político y pragmatismo heredado
Su llegada al poder está marcada por un fuerte linaje político: hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, sobrino de Víctor Paz Estenssoro y Oscar “Motete” Zamora, y hermano de Néstor Paz Zamora, guerrillero del Ejército de Liberación Nacional.
Esta herencia familiar lo vincula tanto a la tradición revolucionaria como al pragmatismo político que caracterizó a su padre, quien en 1989 pactó con el general Hugo Banzer para alcanzar la presidencia, inaugurando la llamada “democracia pactada”.
La trayectoria de Rodrigo Paz inició en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), ocupó cargos diplomáticos durante el gobierno de Banzer, respaldó a Gonzalo Sánchez de Lozada y sobrevivió políticamente en el Parlamento durante la crisis que antecedió al ascenso de Evo Morales.
Más tarde se replegó al ámbito municipal en Tarija, donde construyó un discurso de “alternativa de izquierda” en 2014, y posteriormente se reposicionó en el escenario nacional como senador.
Su discurso osciló entre posiciones progresistas —como el rechazo a la injerencia del Fondo Monetario Internacional— y medidas de corte neoliberal, bajo la consigna “capitalismo para todos”.
Finalmente, reeditó las alianzas electorales de la democracia pactada, rescatando figuras del viejo orden neoliberal como José Luis Lupo, exministro de Jaime Paz, Banzer y Jorge Quiroga.
EE. UU. como eje de su agenda
Uno de los ejes centrales de su agenda como presidente electo resulta el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos, tema sensible por los antecedentes de su padre.
Durante la década de los 90, el gobierno de Jaime Paz enfrentó denuncias de vínculos con el narcotráfico que derivaron en la condena de Oscar Eid Franco, jefe nacional del MIR, y en la retirada de la visa al propio expresidente por parte de Washington.
Este episodio marcó la relación del “mirismo” con la Casa Blanca y condiciona hoy la postura de Rodrigo Paz, quien confía en el respaldo estadounidense para enfrentar la crisis económica y energética, aunque analistas advierten que la relación podría ser más de dependencia que de cooperación horizontal.
Estrategia electoral y desafíos de gobernabilidad
La habilidad política de Paz, sumada a la acción de su candidato a vicepresidente, Edmand Lara, le permitió captar el voto de sectores populares que antes apoyaban al MAS-IPSP.
Lo lograron apelando a la polarización política y a la retórica de lo popular, pero también enfocándose en las carencias cotidianas de las familias —inflación, falta de combustibles, inestabilidad política— más que en los indicadores macroeconómicos.
Esa estrategia les permitió conectar con un electorado desatendido y decisivo para la victoria, aunque Paz perdió en su propio departamento de Tarija.
De cara a la gobernabilidad, el nuevo mandatario enfrenta desafíos inmediatos: un vicepresidente con aspiraciones presidenciales, la ausencia de una estructura partidaria sólida, una Asamblea Legislativa fragmentada y una relación distante con movimientos sociales y poderes regionales.
Estos últimos, como el campesinado, los mineros, las organizaciones urbanas de El Alto y el poder corporativo de Santa Cruz, medirán su fuerza en las calles y serán determinantes para la estabilidad de su gestión.
La presidencia de Rodrigo Paz se perfila así como un proyecto marcado por el pragmatismo, el peso de su linaje político y la necesidad de equilibrar alianzas internas y externas.
Su reto será demostrar si la retórica popular que lo llevó al poder se traduce en políticas efectivas para los sectores que lo respaldaron, o si prevalecerá la lógica de pactos y concesiones que caracterizó a sus antecesores.
Al Mayadeen Español