La causa palestina en la voz y acción de Fidel Castro
Desde 1947 Cuba defendió a Palestina, y Fidel Castro convirtió esa causa en un principio innegociable de la política exterior revolucionaria.
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La causa palestina en la voz y acción de Fidel Castro
En la geografía política del siglo XX, hay vínculos que se forjaron no por conveniencia, sino por principios; entre ellos, la relación entre Cuba y Palestina, una alianza sostenida durante décadas, nutrida por la convicción de que la justicia y la autodeterminación de los pueblos son causas universales.
La solidaridad de Cuba con Palestina se forjó antes del triunfo revolucionario de 1959, cuando en noviembre de 1947 el representante cubano Ernesto Dihigo defendió, en el estrado de la ONU, el derecho inalienable del pueblo palestino a decidir sobre su territorio.
🇨🇺FIDEL CADA DÍA ES UNA LECCIÓN DE RESISTENCIA PARA LOS PUEBLOS DEL SUR
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) August 13, 2025
♦️Fidel estremece con su pensamiento ante cada desafío geopolítico global.
♦️ Fidel nos reta a defender con dignidad y justicia las causas de otras latitudes.
♦️Y después de 22 meses de genocidio en… pic.twitter.com/8EJ5h9duE9
Su intervención fue un alegato jurídico y moral contra la imposición del Plan de Partición promovido por Estados Unidos y Gran Bretaña, al que calificó de contrario al derecho internacional.
Dihigo advirtió que sobre la injusticia nunca podría asentarse la paz y rechazó que se privara a un pueblo de su tierra para resolver un problema creado en otro lugar del mundo.
“El pueblo árabe ha tenido ininterrumpidamente durante muchos siglos, el territorio de Palestina, y por los datos oficiales que se nos han presentado, al terminar la Primera Guerra Mundial, constituía casi el 90% de toda la población del país. Por medio del Reino Unido, como potencia mandataria, y el cumplimiento de lo resuelto por la Liga, abrió sus puertas a una inmigración extranjera, ofreciéndole un lugar en que pudiera vivir y desenvolver su existencia conforme a sus deseos, con libertad religiosa y sin discriminaciones humillantes, y ahora esos individuos pagan la generosa hospitalidad de quienes les acogieron, quitándoles por la fuerza la mitad de su suelo natal”, precisó.
Cuba fue uno de los 13 países que votaron en contra del Plan de Partición de Palestina y uno de los dos Estados no islámicos que defendió el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación, desafiando las presiones de las potencias y denunciando el carácter ilegal e injusto de la Resolución 181 (II).
La Revolución y la continuidad del compromiso
Doce años después, la Revolución Cubana encabezada por el comandante en jefe Fidel Castro Ruz convirtió esa posición histórica en política de Estado.
La causa palestina pasó a formar parte de la agenda internacional de la Isla, no como un gesto diplomático, sino como un principio innegociable: la lucha contra el colonialismo y el imperialismo en cualquiera de sus formas y que aún hoy, definen la postura cubana en el escenario internacional.
Con la creación de la Organización de Solidaridad con los Pueblos de África, Asia y América Latina (OSPAAAL) en 1966, Cuba promovió también la resistencia palestina como parte de una lucha global contra el colonialismo y la opresión.
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Años después, en 1973, la Mayor de las Antillas rompió relaciones diplomáticas con “Israel” y reconoció oficialmente a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) como única representante legítima del pueblo palestino.
De esa forma, y bajo la guía de Fidel, La Habana se convertía en uno de los primeros escenarios latinoamericanos donde la bandera palestina ondeó en una representación oficial.
Compromiso y solidaridad latente
Fidel utilizó con frecuencia los foros internacionales para denunciar las injusticias que enfrentaba el pueblo palestino y durante la cumbre de 1979 en La Habana, describió la causa como “la médula del problema en Medio Oriente”.
En la cita, el líder cubano exigió el respeto a las resoluciones internacionales que avalaban el derecho al retorno y la independencia del pueblo palestino en un discurso que sentó las bases éticas y políticas para que Cuba se convirtiera en una voz respetada y constante en la defensa de Palestina.
Asimismo, Fidel comunicó en 1982 la decisión de recibir a 500 niños para que hicieran sus estudios en Cuba “en una humilde muestra de solidaridad con los hermanos palestinos” que se mantiene y aún continúa dando frutos.
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Miles de jóvenes estudiaron en universidades cubanas, especialmente en las carreras de Medicina, Ingeniería y Ciencias Sociales y muchos volvieron a sus comunidades para ejercer como profesionales en medio de la ocupación israelí.
La solidaridad de Fidel con la causa tuvo en una primera instancia la diplomacia como compromiso activo contra las estructuras de dominación e incluso ya retirado de la presidencia, el Comandante en jefe siguió pronunciándose en defensa de Palestina.
En 2014, durante la ofensiva israelí sobre Gaza, firmó un documento titulado "En defensa de Palestina", junto a líderes y pensadores del Sur Global donde condenó la operación militar como un "genocidio sistemático" y comparó la situación con el holocausto.
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Cuando Fidel falleció en 2016, el presidente palestino Mahmoud Abbas declaró tres días de duelo oficial y describió al líder cubano como “un campeón de la libertad y un amigo eterno de Palestina”.
La solidaridad de Fidel Castro con Palestina fue una extensión de su propia experiencia revolucionaria y ese principio ético, político, y profundamente humano convirtió a Cuba en un faro de apoyo para Palestina y a Fidel, en un símbolo.