Díaz-Canel con Al Mayadeen
Tercera y última parte de la entrevista que el presidente cubano ofreció a Ghassan Ben Jeddou, y en la que narra su amor profundo por Cuba, Fidel, Raúl, su familia y el pueblo de la isla caribeña, así como la solidaridad con los pueblos árabes y su lucha por la liberación, especialmente de la Palestina ocupada.
"No se puede tener compromiso con la Revolución si no se tiene compromiso con el pueblo"
Al despedirse de colaboradores y amigos en La Habana, Ghassan Ben Jeddou comentó con particular énfasis la fuerte impresión que dejó en su curtida experiencia como periodista habituado a entrevistar a líderes mundiales, su diálogo con el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez.
“Los felicito, porque en un momento tan difícil, tienen un presidente como éste, mientras en otras partes parecen salidos de los museos”. Según el prestigioso periodista panárabe, lo que ha encontrado en muchos gobernantes de su propia región es falta de ideas por no hablar de la corrupción, y lo impresionó muy gratamente el intercambio con el sucesor de los líderes históricos de la Revolución:
“Ya sabíamos que es un ejecutivo de excelencia, que persigue la obra, el plan, hasta terminar. En todos los problemas que ha tenido desde que llegó al poder hasta ahora, hemos ido descubriendo en él a una persona que se enfrenta, valiente y está ahí, en el terreno, con mucho rigor. Pero en este diálogo que le hicimos, descubrí en él dos dones de la vida: primero, es un pensador. No simplemente analiza. Es un pensador, genera.
“El factor de fuerza de la Revolución, desde sus inicios, está en las ideas. La idea es lo que lo caracteriza. Por eso se expandió, por eso llegó a donde llegó, como un ejemplo. Y por eso se mantiene ahora”.
“Me dio mucha felicidad encontrar en Díaz-Canel a un hombre de ideas, con deseos de innovar y con muchos deseos de sacar al país de los problemas”.
“Lo segundo es que es un hombre sentimental. Un hombre de muchos sentimientos. Nos pasó que siempre lo habíamos visto en la televisión, muy serio. Ahora vimos sus sentimientos y la ternura de sus sentimientos nos impactó. Habló de la historia, de los líderes de la Revolución y de su familia de un modo impresionante”.
Cuando se repasa el intercambio de más de tres horas de preguntas y respuestas, se puede comprender mejor la valoración del Presidente de Al Mayadeen al referirse a Díaz-Canel, quien no separa sus análisis e interpretaciones de la realidad actual, cualquiera sea el tema, de lo que siente como cubano y como heredero de uno de los procesos políticos más trascendentes del siglo XX.
En ese sentido, la tercera entrega de la entrevista es particularmente ilustrativa, desde las referencias a sus primeros encuentros presenciales con el mundo árabe en la reciente visita a Argelia:
“Soy de una generación que creció oyendo hablar de la Revolución argelina, de la entrañable relación de la Revolución argelina y de sus líderes en cada momento con la Revolución cubana, de los viajes de Fidel a Argelia, de su relación con líderes argelinos, y nunca habíamos tenido la oportunidad de visitar ese país. Realmente recibimos una acogida muy fraternal, el presidente argelino y el gobierno argelino plantearon todo un grupo de proyectos de cooperación con Cuba que nos satisfacen mucho, pudimos conocer de la historia y la cultura de ese país y comprender perfectamente por qué esa relación de hermandad entre nuestros pueblos”.
Recordó entonces Díaz Canel que “… en Argelia nació la cooperación cubana en materia de salud con otros pueblos de Asia, África y América Latina y ese es un hito de esa relación que se conserva en la memoria histórica tanto de Cuba como de Argelia”.
Más adelante, preguntado sobre la causa palestina, no dijo simplemente que Cuba la ha defendido históricamente como un asunto de principios, pasó esa práctica política por una experiencia personal:
“Cuando yo era ministro de Educación Superior asistí a una conferencia convocada por la UNESCO, y en la intervención que hice en nombre del gobierno cubano defendí el derecho de Palestina a ser incluida, a ser reconocida por la UNESCO. Yo no fui de los primeros en hablar, pero el discurso de Cuba fue el primero en defensa de Palestina, (su derecho) a ser reconocida por la UNESCO y recuerdo con satisfacción que cuando terminé mi discurso y regresé a mi escaño otros representantes de varios países del mundo vinieron a agradecerme por defender la posición del pueblo palestino que era también el deseo (no expresado) de esos países. No solo por la posición de Cuba, también por la de otros países, finalmente Palestina fue reconocida en la UNESCO, y es conocido cómo después, por esa decisión, el gobierno de Estados Unidos retiró su apoyo a la UNESCO y comenzó un ataque contra la UNESCO (…) eso lo guardo como un aporte, como una contribución, representando a nuestra nación en las relaciones con Palestina.
Pero donde la conversación alcanzó sin dudas las mayores cotas emotivas, fue al responder las preguntas sobre si extrañaba a Fidel, sobre su relación con el General de Ejército Raúl Castro y sobre el vínculo con el pueblo:
“Fidel está presente hoy en Cuba en todo momento, pero en este lugar en particular, donde tuve reuniones con él, donde nos enseñó, donde en ocasiones nos hizo críticas, este lugar donde se trata de seguir sus huellas y sentimos sus pasos siempre de gigante, hay una conexión directa, diaria, cotidiana, con el líder, con el revolucionario, con el comunista, con el hombre de ideas que fue Fidel. Está presente y siempre lo vamos a extrañar.
“Raúl se abre al visitante y es capaz de hablar desde uno de los temas más complejos de la agenda internacional o de la agenda bilateral hasta los temas más sinceros en relación a su familia, a su vida, a Fidel, hacia sus vivencias incluso para dar un consejo humano o para dar un consejo como amigo y así es en el ámbito familiar y cuando estoy hablando de familia no estoy hablando solo en el ámbito de su familia sino estoy hablando en el ámbito de esa familia que nos une a los revolucionarios por el trabajo, por asumir tareas en el proceso de la Revolución. Siempre con mucha confianza en los jóvenes, siempre con mucha confianza en el pueblo, y siempre con una mirada optimista en el presente y en el futuro.
“Raúl es de los que en el momento más complejo está seguro que se va a triunfar, de que se va a lograr una victoria, de que se va a avanzar, y hacia él también guardo un enorme compromiso por ese legado que nos ha dado. Participa hoy con mucha modestia, yo creo que Raúl tiene el mérito además de lo eficiente que ha sido y de la manera en la que asumió la conducción del país después de Fidel, tiene el mérito de que ha construido el necesario e innegable cambio generacional en la dirección del país sin ningún trauma (…)
“Yo creo que es primera vez que en público hago una reflexión a través de esto, pero creo que es de las ideas que habrá que desarrollar en el futuro, sobre los tantos aportes que él ha hecho a la construcción socialista de la Revolución cubana, lo que ha significado su comprensión de cómo debía ser el paso paulatino de las responsabilidades fundamentales de la Revolución a las nuevas generaciones.
Y en cuanto al pueblo:
“Creo que me he entregado, consecuente del peso de mis actos, pero yo sí me he entregado a la obra de la Revolución con un compromiso tremendo, y sobre todo sintiendo en mis espaldas la responsabilidad de ocupar el cargo de la presidencia dentro de la Revolución cubana porque lo que nunca me permitiría sería traicionar la Revolución cubana, sería no poder lograr la continuidad del legado de la Revolución cubana y esa es una idea que todos los días me aprieta, me esfuerza a superarme, pero también me reta a profundizar desde una visión crítica, inconforme, sin autocomplacencia de lo que hacemos y sobre todo sintiendo mucho por el pueblo.
“Yo tengo un gran compromiso con el pueblo. Porque no se puede tener compromiso con la Revolución si no se tiene compromiso con el pueblo. No se puede hablar de continuidad si no hay un compromiso con el pueblo, no se puede hablar de defensa del legado de Fidel y de Raúl si no se tiene un compromiso con el pueblo”,
Las referencias a la familia, al modo incluso controversial y creativo en que funciona la relación del Presidente cubano con su entorno familiar y con los amigos, cerraron el diálogo con risas y lágrimas. Dejo la invitación para que la vean y escuchen. Indudablemente en esos momentos pensaba el periodista cuando nos habló a sus colaboradores y amigos en Cuba de la fuerte impresión que le causó entrar con sus preguntas y comentarios al mundo personal de Miguel Díaz-Canel Bermúdez.