Ruanda: No son las elecciones, son los crímenes
El enorme problema en Ruanda es que las costosísimas empresas internacionales de relaciones públicas han construido una imagen de demócratas modernos para los criminales.
Ruanda celebrará elecciones presidenciales el próximo mes de julio de 2024.
Todo indica que el candidato del FPR-Inkotanyi, Paul Kagame, que ha estado en el poder desde 1994, será elegido con una mayoría abrumadora.
Las elecciones ni siquiera son necesarias en este país, ya que Paul Kagame es el único que se presenta desde que llegó al poder. Siempre hay algún otro candidato en la papeleta, seleccionado por el régimen para transmitir un sentido de democracia pluralista, pero que es un hombre de paja, como lo demuestra el hecho de que suele hacer campaña por su oponente Kagame, no por sí mismo.
Victoire Ingabire es la principal opositora al régimen. Tiene un enorme apoyo tanto dentro como fuera de las fronteras de Ruanda, pero nunca ha logrado postularse para un cargo.
Fue arrestada en 2010, acusada de "ideología genocida" (una acusación muy conveniente lanzada contra cualquiera que critique al régimen). Pasó ocho años en prisión tras un juicio político plagado de irregularidades. En 2017, la Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (AFCHPR, por sus siglas en inglés) declaró que este juicio era político y ordenó al gobierno ruandés que indemnizara a la opositora por los daños materiales y morales infligidos a ella y a su familia.
El gobierno no solo no le ha pagado ninguna indemnización, sino que el 13 de marzo también le negó el derecho a inscribirse como candidata a las elecciones presidenciales previstas para julio debido a sus "antecedentes penales", es decir, por el demencial juicio que fue considerado político por la corte africana y muchos otros organismos graves.
Esta mujer fue liberada de prisión en 2018, después de haber cumplido ocho de los 15 años a los que fue condenada, no por las condenas de la Corte Africana y otros, sino por la "Misericordia Presidencial"... por supuesto, por el gran corazón de Paul Kagame, ¿verdad?
Pues bien, sucede que el presidente Kagame no ha mostrado mucha piedad a lo largo de su vida. Según innumerables testimonios, es un hombre cruel, sanguinario y despiadado. Para algunos expertos, es "el mayor criminal en el cargo hoy". Desde que eliminó a sus rivales en la década de 1990 para liderar lo que entonces era un grupo rebelde llamado FPR, ha sido conocido incluso entre sus propios subordinados como el "Carnicero de Kigali" por su gusto por la tortura y el sufrimiento de los demás. Según muchos informes e investigaciones, incluidos casos judiciales, es el principal responsable de la muerte violenta de unos 10 millones de personas en la región centroafricana en los últimos 30 años, no sólo del genocidio de Ruanda.
El gran problema de Ruanda no son las elecciones
Un amigo senegalés me explicó hace años que cuando un candidato es capaz de presentarse a las elecciones en el África de hoy, ya se puede suponer que no va a defender los intereses del pueblo, sino los intereses de las empresas y potencias extranjeras depredadoras. Si un político quisiera defender los intereses del pueblo, ni siquiera podría postularse, y mucho menos ganar.
Los hechos y la historia le dan la razón. Por ahora, y así ha sido desde la independencia, las elecciones nunca han traído cambios significativos a los pueblos africanos. Parece que ir a votar una vez cada cuatro años no pone la soberanía en manos del pueblo. Ni siquiera tienen opciones entre las papeletas cuatrienales para un candidato que pueda ser soberano, que pueda hacer algo más que cumplir con las directivas externas.
Por lo tanto, no es de extrañar que Madame Ingabire no pueda presentarse a la presidencia. Si no fuera por esta ridícula excusa, sería por otra similar. Es demasiado honesta.
El gran problema de Ruanda no es que no pueda tener a una persona honesta entre sus candidatos, como le pasa a la mayoría de los países del mundo, el gran problema de Ruanda es que tiene al carnicero de Kigali en su gobierno, y va a seguir así después de las "elecciones". Ruanda tiene en su gobierno al principal instigador y responsable del genocidio de 1994. Tiene en su gobierno a un hombre y a un grupo que masacran a personas inocentes todos los días en la República Democrática del Congo y saquean sus recursos. El enorme problema en Ruanda es que las costosísimas empresas internacionales de relaciones públicas han construido una imagen de demócratas modernos para estos criminales que han estado masacrando y aterrorizando a su pueblo y a los pueblos de los países vecinos durante 30 años. Además de eso, las víctimas tienen que soportar que los líderes occidentales adulen a estas personas malvadas. Ese es el gran problema de Ruanda, y del Congo, y de toda la buena gente de esa región que sufre sus crímenes inefables y esta cruel invisibilidad.