Gaza marca humillante récord histórico para Estados Unidos e "Israel"
Única, por muchas razones. Ante todo, por ser el primer conflicto bélico transmitido en vivo y en directo las 24 horas, día y noche, 180 días de "guerra" en Gaza constituyen una marca sin precedentes, una mancha imborrable en la Historia de la humanidad.
Cientos de canales de televisión satelital o por vía de la planetaria Internet, lo registran y publican todo, al instante, mientras los protagonistas de esta confrontación con armas y cámaras en mano, disparan y dejan constancia instantánea de sus acciones.
Por primera vez en la centenaria historia de la ocupación colonial sionista de Palestina, los enfrentamientos entre los nativos y los invasores se prolongan tanto tiempo. Tal vez suene raro, pero es así. Esa es una exclusividad. Gaza le puso nombre propio al relegado conflicto árabe-israelí. Al menos formalmente, ningún Estado árabe toma parte en esta "guerra". Pueblos sí. Movimientos populares, sí. Grupos armados irregulares, nacionalistas, patrióticos, que apoyan la causa palestina, surgidos del enfrentamiento a las invasiones de Estados Unidos a Irak, Libia, Siria, Líbano...o los bombardeos a Yemen...esos sí, y no lo ocultan.
180 días de acciones armadas, de Resistencia Palestina en Gaza, sin asomos de rendición a la ocupación militar sionista, ya es un récord absoluto.
Una marca sin precedentes en los anales de la confrontación árabe-israelí, desde que comenzaron las primeras oleadas de invasores a finales del siglo XIX y, sobre todo, después de la promesa de Balfour, en 1917, en nombre de la corona imperial británica, en ejercicio del "Protectorado" otorgado por la Liga de las Naciones. Bonita manera de proteger a los habitantes oriundos de aquella Palestina arrancada al Imperio otomano.
Una de las consecuencias inesperadas de esta "guerra" en Gaza es que ha permitido rebuscar en los orígenes, aclarar los hechos históricos, sacar a relucir datos que permiten colocar con exactitud las piezas en su lugar. Todavía hoy The Washigton Post se refiere a "el conflicto, que fue desencadenado por el ataque terrorista del grupo militante Hamas el 7 de octubre en el sur de 'Israel'". Y lo seguirá haciendo. Esa es la presentación imperial que exculpa a "Israel" y a Estados Unidos. Pero esa acción, en realidad constituyó un osado acto de rebeldía de un movimiento político, encarcelado en el mayor campo de concentración del mundo a cielo abierto, que decidió romper las cercas de alta seguridad, y adentrarse en terreno enemigo, vigilado por unidades militares y colonos armados. Es cierto, uno de sus objetivos era capturar "enemigos" con la finalidad de canjearlos por sus prisioneros encerrados sin juicio, o condenados a cadena perpetua, en las cárceles de la potencia militar ocupante.
En la práctica, el sorprendente asalto de Hamas y otras fuerzas de la Resistencia de Gaza retomó el camino del que fuera originalmente Movimiento de Liberación de Palestina. Una rebelión de sometidos al más brutal sistema de ocupación y despojo territorial estalló en las narices de los colonos mientras dormían.
Todos los antecedentes de la limpieza étnica iniciada con la expulsión mediante el terror de más de 700 mil residentes árabes de Palestina han vuelto a los medios y las redes. Desde el 7 de octubre pasado investigadores y periodistas recuperan información, revelan las verdades. Las piezas del régimen de colonización blanca en la estratégica región de Medio Oriente, con el fin de contar con un aliado confiable en la empresa de dominio geoeconómico, favorecido por la corona anglosajona y su sucesor estadounidense saltan a la vista, son expuestas cada día en todos sus detalles.
Desde el 7 de octubre de 2023, cada nueva operación de la venganza sionista orquestada por el primer ministro Benjamin Netanyahu, para salvar la cara y conservar el cargo, solo contribuyeron a exponer la verdadera naturaleza colonial, discriminatoria, genocida de un régimen de apartheid peor que aquel impuesto por europeos blancos en Sudáfrica.
Las abominables cifras de la matanza a día de hoy -32 mil 975 muertos y 75 mil 577 heridos- de ellos dos terceras partes mujeres y niños, civiles inocentes, así como otros ocho mil desaparecidos bajo los escombros, revelan el absoluto desprecio por seres humanos, a los que el jefe de su Ejército calificó de "animales" en un brutal confesión de su ideología fascista.
La rebelión palestina en Gaza puso en crisis al gobierno de la coalición de la extrema derecha representada por el Likud de Netanyahu y los partidos ultraortodoxos, que apuntan a hacer de Israel un Estado confesional, regido por los clérigos, cada vez más lejano de la pretendida democracia que durante décadas le atribuyeron los líderes sionistas.
La ofensiva de tierra arrasada en Gaza, que convirtió en escombros al 75 por ciento de las viviendas y borró del paisaje escuelas, todo el sistema hospitalario, iglesias y mezquitas, fábricas, incluyendo las panaderías, sembrados, comercios, la infraestructura de agua, luz, alcantarillas, carreteras y transportes, ha sumido a la población palestina en un desamparo peor al que Hitler sometió a las poblaciones judías de Alemania y otras naciones. Todo ese genocidio que se pretende completar con una operación militar en Rafah, último refugio de un millón y medio de civiles palestinos indefensos pone al descubierto cada día el verdadero rostro del Estado que se autoproclama el de mayor avance económico, científico y tecnológico.
La guerra de exterminio emprendida por Netanyahu, con el objetivo de erradicar a Hamas y liberar a los rehenes, pero más aún librarlo de la humillación y el despido, solo consiguió enterrarlo aún más en el fracaso.
Los propios israelíes demandan su expulsión del poder. Al cumplirse este miércoles 3 de abril 180 días de su empresa genocida, abundan los titulares en la prensa que confirman la derrota de Netanyahu y de "Israel".
Miles de israelíes, incluidos familiares de rehenes retenidos en Gaza, protestaron frente al Parlamento y la residencia de Netanyahu en Jerusalén el martes por la noche. La protesta marcó una escalada violenta por parte de los manifestantes que podría haber terminado con las fuerzas de seguridad disparando contra los protestantes, según dijo el jefe de la Seguridad Interior (Shin Bet) Ronen Bar.
Impotente ante la firmeza de la Resistencia Palestina, que sigue causando bajas al ejército mejor armado de Medio Oriente, el gobierno de Netanyahu optó por intentar rendir a los pobladores de Gaza mediante el hambre. En total irrespeto a la orden de la Corte Internacional de Justicia y los reclamos del presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, quien cada vez más siente la presión de buena parte de su electorado contrario a las claras prácticas genocidas de "Israel", "Isael" siguió impidiendo la entrada y distribución de ayuda humanitaria en la Franja.
Es en ese contexto que el bombardeo por el Ejército israelí, mediante un dron con tres misiles de precisión milimétrica, a tres vehículos de transporte de alimentos de la conocida empresa de distribución de ayuda humanitaria World Central Kitchen, en el que fueron asesinados siete indefensos trabajadores, pone al descubierto otro rasgo criminal de la ocupación militar sionista en Palestina. Una acción impensable, que el gobierno de Netanyahu atribuyó a un error involuntario, pero que las primeras investigaciones apuntan como un asesinato, pensado para aterrorizar e impedir que siga la distribución de alimentos a los refugiados de Gaza. Al respecto, vale destacar el principal titular del diario Haaretz este miércoles, que atibuye a "oficiales del Ejército, que hacen lo que les viene en ganas" como los autores del crimen.
Por supuesto, gobiernos de varias naciones demandaron una investigación exhaustiva, que como ante otras atrocidades del Estado sionista, jamás serán castigadas. A pesar de declararse "roto por el dolor", el presidente Biden reclamó poner en claro el incidente, pero la Casa Blanca aclaró que Estados Unidos no haría su propia investigación, aunque dos ciudadanos estadounidenses figuran entre las víctimas.
"Israel" debe poner fin a su guerra en Gaza ahora, aconsejó en su editorial de este día el influyente diario Haaretz. Un alto al fuego permanente y la salida de la tropas de la Franja, figura entre las condiciones puestas por Hamas para proceder a un intercambio de prisioneros y abrir camino al resto de las medidas que permitan la reconstrucción del enclave mediterráneo y, tal como admiten numerosos gobiernos, dar los pasos necesarios para permitir a los palestinos ejercer su autodeterminación en un Estado propio independiente.