El asesinato del honorable Sayyed Hassan Nasrallah, secretario general de Hizbullah, por parte de "Israel", representa un desafío inmenso, no solo para el Eje de Resistencia, sino también para la propia idea de resistir ante "Israel" y el proyecto estadounidense en la región. 

Por ello, el gobierno israelí rápidamente llamó a la operación de asesinato de Sayyed Nasrallah “nuevos arreglos”, creyendo que su ausencia, sumada a los golpes anteriores sufridos por Hizbullah, reabriría el camino al proyecto del "Nuevo Medio Oriente", que Hizbullah, bajo el liderazgo de Nasrallah (que en paz descanse), frustró en la Guerra de Julio de 2006.

Además, la Resistencia libanesa contribuyó al fracaso de la conspiración global contra Siria, destinada a dividir y fragmentar la región mediante la inserción de extremistas y sumiendo a la zona en una guerra devastadora.

También, Sayyed Hassan Nasrallah, (que en paz descanse), fue la figura más destacada en esas victorias.

¿Realmente su eliminación despeja el camino para que "Israel" y Estados Unidos reorganicen Medio Oriente, y conviertan a la entidad ocupante en una entidad normal en la región?

Nadie puede negar que Sayyed Hassan Nasrallah, (que en paz descanse), representaba un símbolo importante de la resistencia contra el proyecto sionista-estadounidense en la región árabe e islámica.

Su martirio es, sin duda, un golpe fuerte para las bases de Resistencia en todas partes y, especialmente, para los seguidores de Hizbullah. Sin embargo, antes de responder a nuestra pregunta principal, es necesario observar algunos hechos importantes.

Primero, la resistencia es una idea devenida proyecto cuya esencia fundamental es la continuidad. Por lo tanto, aunque la pérdida de los líderes de la resistencia causa dolor y duelo, la continuidad del proyecto no depende de las personas, independientemente de su posición organizativa.

El proyecto puede tambalearse momentáneamente, pero se recupera rápidamente. Hizbullah ha demostrado ser un modelo en este sentido.

Tras el asesinato de su secretario general Abbas al-Musawi, en 1992, también por parte de "Israel" en un intento por destruir al movimiento, el régimen se enfrentó a su peor pesadilla en las últimas tres décadas: Sayyed Hassan Nasrallah (que en paz descanse).

Segundo, Hizbullah es un movimiento respaldado por una gran base popular, con una estructura jerárquica amplia y un liderazgo extenso a todos los niveles organizativos.

Posee una estructura y un sistema interno claros, y sus instituciones se basan en una mentalidad de organización y no en una sola persona. Por lo tanto, es capaz de llenar cualquier vacío que se produzca en sus filas.

Hizbullah, como movimiento, ha estado luchando contra "Israel" durante casi 40 años y ha sabido manejar las pérdidas humanas inherentes a su lucha. Aunque el martirio de una figura de la talla y el simbolismo de Sayyed Hassan Nasrallah es emocionalmente difícil para los seguidores de Hizbullah, a nivel organizativo y operativo, la transición será más fluida.

Tercero, Hizbullah es un movimiento con un pensamiento y una ideología claros y sólidos, por lo que no hay temor respecto a su postura política e ideológica.

Sayyed Hassan Nasrallah (que en paz descanse) desempeñó un papel fundamental en consolidar estos principios, los cuales son ya dogmas inamovibles para los miembros y la base popular de la Resistencia libanesa.

Cuarto, la idea de "terminar con la resistencia" que persigue "Israel" es absurda y solo tiene sentido en la mente de los líderes israelíes que subestiman la realidad. En el caso específico de Hizbullah, esta idea se torna aún más complicada debido a la sólida base de apoyo y el respaldo incondicional de todos los componentes del eje de Resistencia en la región, del cual el movimiento libanés es el emblema principal.

Por todas estas razones, no hay motivo de preocupación por Hizbullah como movimiento y como Resistencia tras el asesinato de Sayyed Hassan Nasrallah (que en paz descanse).

Este es el primer requisito para enfrentar el plan israelí de desestabilizar la región (nuevos arreglos). El impulso israelí sin precedentes, especialmente después de la euforia tras el asesinato del gran mártir, les conducirá a confrontaciones y guerras adicionales con otros componentes del eje de Resistencia.

Las ideas israelíes ya contemplan una guerra en siete frentes contra la Resistencia, lo que implica que Siria, Irak, Yemen e Irán están dentro de esa estrategia.

Además, existe un fuerte apoyo popular en "Israel" para estas iniciativas. No obstante, hay muchas preguntas lógicas y realistas que pasan por alto los líderes israelíes cegados por su orgullo tras el asesinato de Sayyed Hassan Nasrallah.

¿Podrá "Israel" soportar las consecuencias de estas guerras? ¿Cuánto tiempo requerirá para alcanzar sus objetivos? ¿Cuál será el costo económico de esta empresa?

"Tel Aviv" y sus líderes han pasado de objetivos limitados y realistas en el marco de la "gestión del conflicto" a una estrategia de “resolución del conflicto” con objetivos absurdos de corte mesiánico.

Dicho de otra manera, el enemigo está lanzando toda su fuerza en una batalla histórica, pero ignorando las lecciones de la historia, que nos dice que el resultado es su fracaso inevitable.

En el pasado, las guerras de "Israel" se orientaban a restablecer el equilibrio de disuasión a su favor para obtener una tregua temporal que permitiera a su sociedad recuperarse y volver a la "normalidad".

A pesar de estos esfuerzos, nunca logró éxitos duraderos en ese sentido. Cada vez que emprende una guerra para eliminar una amenaza, surgen nuevas amenazas que se expanden aún más.

Entonces, ¿cómo puede "Israel" resolver el conflicto y reorganizar la región de acuerdo con sus intereses y planes, si ni siquiera ha logrado resolver los frentes de Gaza y Líbano? Lo que le espera es una larga guerra de desgaste, como lo ha demostrado la reciente agresión en Gaza, la más prolongada en la historia de este conflicto.

Por tanto, a "Israel" no le queda más recurso que emprender una guerra psicológica contra los seguidores y simpatizantes de la Resistencia en la región, con el fin de sembrar dudas sobre su capacidad para enfrentar el proyecto sionista-estadounidense para Medio Oriente.

Aquí es donde se revela el verdadero objetivo detrás del asesinato de líderes de la Resistencia, en particular Sayyed Hassan Nasrallah, (que en paz descanse).

Los jefes israelíes olvidan que las bases de la Resistencia, con la firmeza de las montañas, creen que la sangre pura de estos líderes es el combustible que impulsa la continuidad de la resistencia y su crecimiento, hasta que despunte el amanecer de la inevitable victoria de su proyecto.