Turquía e “Israel”: el conflicto en Siria y la Unión Europea entre ambos
La disputa turco-israelí en Siria no se detiene en la división de las fronteras de influencia, ya que la visión de Turquía difiere radicalmente de “Tel Aviv”, la cual subyugar a Siria y establecer un sistema federal.
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Crecen los problemas de Turquía en Siria.
La ira y las amenazas de Ankara aumentan mientras no recibe noticias sobre la conferencia de desarme y la posible disolución del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Parece que la paciencia de Ankara comienza a agotarse tras el último comunicado del PKK sobre la conferencia que supuestamente convocaría para "deponer las armas y disolver el partido".
El 28 de abril, durante la celebración del Día del Trabajo, la dirección del PKK respondió: "No celebraremos ninguna conferencia que no sea liderada por Öcalan".
La organización declaró que esperaría la liberción de Öcalan para vivir, trabajar y dirigir la conferencia del partido, y que hasta ahora no recibió ninguna señal concreta al respecto por parte del Estado turco.
La dirección del PKK quiere que Öcalan lidere personalmente el proceso, pero Ankara calcula cada paso, incluidas las condiciones y los arreglos legales que podrían realizarse, todos condicionados a que el PKK decida deponer las armas y disolverse.
Ankara no quiere un discurso directo de Öcalan por temor a que declare algo que no forme parte del acuerdo, dada la crisis de confianza entre ambas partes y las posturas impredecibles del PKK.
Las noticias que Ankara esperaba de Qandil no llegaron, y lo ocurrido en Qamishli, Siria, el 26 de abril, aumentó su preocupación.
Allí se celebró la conferencia "Unidad Nacional para el Kurdistán de Rojava", con la participación de representantes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que centra su labor en el problema kurdo en el Parlamento turco.
Los participantes exigieron representación política en el gobierno sirio y se centraron en reclamar autonomía, incluido el reconocimiento del idioma kurdo como lengua oficial.
El ministro de Asuntos Exteriores turco, Hakan Fidan, el 27 de abril en Qatar, respondió que el país no aceptará ninguna iniciativa que perpetúe a las organizaciones terroristas en Siria y espera el cumplimiento del acuerdo firmado entre las Unidades de Protección Popular (YPG) y el gobierno sirio en los últimos meses.
Acusó al PKK y lo amenazó con expulsarlo de Siria de forma voluntaria, pacífica y de cualquier otra.
Las declaraciones de Fidan muestran que Ankara teme que el PKK intente sabotear su iniciativa tanto en Turquía como en Siria, y que esté ganando tiempo al provechar los cambios en las alianzas internacionales.
Los problemas de Turquía en Siria se multiplican
El 26 de abril, la mayoría de las fuerzas políticas kurdas celebraron en Qamishli la conferencia "Unidad de posición y postura kurda", cuyas demandas y recomendaciones generaron controversia.
Tanto Estados Unidos como Francia patrocinaron el diálogo entre las fuerzas kurdas en Siria tras el fracaso de los esfuerzos de Masoud Barzani en 2012 (Acuerdo de Hewlêr 1) y en 2013 (Acuerdo de Hewlêr 2) para resolver los problemas entre los partidos kurdos.
La descentralización anunciada en las resoluciones de la conferencia es política y administrativa, ya que el documento abogó por "unificar todas las regiones kurdas en una unidad política y administrativa integral, en el marco de una Siria federal".
También pidió la formación de un organismo constitucional bajo supervisión internacional con representantes de todos los componentes sirios, y un gobierno con plenos poderes ejecutivos que incluya a todas las facciones sirias. Esto supone anular la declaración constitucional de la administración siria.
Asimismo, abogó por un sistema parlamentario que reconozca al componente kurdo, lo cual contradice los objetivos de transición de la administración siria.
Tras la publicación de las resoluciones, la presidencia siria emitió un comunicado en el cual instó a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) a cumplir el acuerdo con el gobierno y criticó la llamada "imposición de un sistema federal o autónomo sin consenso".
También advirtió sobre intentos de cambiar la demografía en algunas zonas y subrayó que la unidad de Siria, su territorio y su pueblo es una línea roja, cuyo quebrantamiento sería "una desviación de la unidad nacional y un ataque a la identidad siria".
En un grave incidente que podría relacionarse con las resoluciones de Qamishli, el acuerdo de alto al fuego entre el gobierno sirio y los líderes drusos fue afectado cuando la comunidad drusa retiró su confianza al gobierno, al que acusa de discriminación política y sectaria.
Esto ocurrió tras enfrentamientos entre combatientes sirios y milicianos drusos en Jaramana y Sahnaya, provocados por un audio atribuido a un druso que insulta al Profeta Muhammad.
Como respuesta, un avión israelí bombardeó "objetivos de seguridad" en Sahnaya, matando a miembros de las fuerzas de seguridad y a milicianos drusos que se preparaban para defender su zona.
Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, respondió a la intervención israelí al afirmar que la unidad territorial de Siria es indispensable para Turquía y que cualquier ataque a su integridad es inaceptable.
Subrayó que las agresiones israelíes buscan socavar el clima positivo iniciado con el nuevo gobierno en Damasco, y que Turquía no permitirá que se impongan realidades unilaterales ni que Siria caiga en un nuevo ciclo de inestabilidad.
Europa en Siria tras el fracaso de la tregua entre “Israel” y Turquía
Turquía e “Israel” celebraron conversaciones en Azerbaiyán, pero la primera ronda no resolvió los desacuerdos debido a la intransigencia israelí al marcar líneas rojas.
Aunque ambas partes expresaron su voluntad de coordinar mecanismos para evitar enfrentamientos, las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante su encuentro con Benjamín Netanyahu sugieren que Washington no presionará a “Tel Aviv” para que llegue a un acuerdo con Ankara.
Estados Unidos no se opone a la política israelí hacia los países vecinos, como Líbano y Siria, y el tema sirio perdió relevancia tras la retirada de Irán y Hizbullah. Por ello, es poco probable que ejerza presión para una reconciliación turco-israelí.
La administración estadounidense incorporó a los europeos, en especial a Francia, como socios en el tema sirio para evitar que Turquía lo controle en solitario.
Sin embargo, la visión turca difiere radicalmente de la israelí: mientras “Israel” busca someter a Siria e imponer un sistema federal, Turquía considera que la estabilidad en la nación levantina es clave para la región y abre oportunidades de cooperación.
“Israel” ve la presencia turca en Siria como una competencia regional, y ambos bandos esperan nuevas rondas de negociaciones en Azerbaiyán.