Atravesando el desierto: la peregrinación de Al Hajj
"La peregrinación a La Meca es un milagro, ¿por qué? Porque lejos de ser un lugar turístico, un lugar confortable, un lugar accesible, es un lugar desértico donde no crece la vegetación y, aun así, millones de musulmanes acuden allá cada año. Esta es una puesta en práctica de las enseñanzas islámicas".
Ante la Kaaba de manto negro; inicia una historia: la de los hombres que atraviesan el desierto para escucharse con el corazón; la del origen; la de la memoria. Cada año millones de personas viajan al reino del desierto para conmemorar una práctica sagrada en el islamismo, así lo refiere Cheikh Abdul Karim Paz, quien desde 1993 dirige la Mezquita At-Tauhid, en Floresta, Buenos Aires.
"La peregrinación a La Meca es un milagro, ¿por qué? Porque lejos de ser un lugar turístico, un lugar confortable, un lugar accesible, es un lugar desértico donde no crece la vegetación y, aun así, millones de musulmanes acuden allá cada año", explica el también Licenciado de Filosofía y Máster en Teología Islámica.
Esta es una de las reuniones religiosas anuales más grandes del mundo y forma parte de los cinco pilares del Islam, entre los que también se cuentan la profesión de la fe, la oración diaria, la limosna, y el ayuno en el mes del Ramadán.
Para los fieles de esta religión, los parámetros de Al Hajj fueron establecidos por Muhammad, el último de sus profetas, quien se encargó de actualizar el conocimiento impartido por Abraham, considerado el patriarca del islamismo y cuya existencia data de 1813 a 1638 antes de Cristo.
"Al Hajj conmemora una práctica de lo que es la enseñanza de Dios altísimo para la humanidad, para conocer su origen, su objetivo, para conocerse a sí mismo, para aprender a vivir en sociedad, para vivir de acuerdo a quien nos creó quiere que vivamos", agrega el especialista.