De King a Nichols: Memphis, el racismo y la violencia en la sociedad estadounidense
La criminalidad en la comunidad negra emana de la historia misma de discriminación sistémica que han sufrido de la esclavitud hasta hoy, a golpe de violencia y hasta de prácticas perversas.
Tyre Nichols era demasiado joven para morir. Tenía apenas 29 años cuando fue asesinado por la policía de Memphis, Tennessee, a inicios de este 2023. Falleció tras la brutal paliza que le propinaron seis agentes del orden en esa ciudad el 7 de enero de este año. Vivió apenas tres días más después del suceso.
El vídeo del arresto, difundido 20 días después de los hechos, mostró que los policías detuvieron al joven negro supuestamente por conducir de manera imprudente. Lo sacaron del vehículo con violencia y le dieron una paliza, propinándole patadas en la cabeza, lo golpearon con una porra e incluso usaron una pistola paralizante de descargas eléctricas o táser. "¡Mamá, mamá, mamá!", grita Tyre Nichols en uno de los extractos del video. Cuando terminó la paliza, arrastraron a Nichols hasta un coche patrulla, lo sentaron en el suelo y chocaron puños en señal de celebración.
Nichols, padre de un niño de cuatro años, trabajaba en FedEx y le gustaba el patinaje.
"Cuando mi esposo y yo llegamos al hospital y vi a mi hijo, ya estaba muerto. Lo habían hecho papilla. Tenía moretones por todas partes. Su cabeza estaba hinchada como una sandía", dijo entre lágrimas Row Vaughn Wells, la madre de Nichols, en la CNN.
La brutalidad del arresto que provocó su muerte reactivó los reclamos de manifestantes para que haya un cambio de mentalidad en la policía de Estados Unidos, acusada repetidamente de usar la fuerza de manera desproporcionada contra la comunidad negra.
"La brutal paliza a Tyre Nichols fue un homicidio y es un sombrío recordatorio de que todavía tenemos un largo camino por recorrer para resolver la violencia policial sistémica en Estados Unidos", dijo en un comunicado el presidente del caucus negro en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Steven Horsford.
Retrospectiva del dolor
Cincuenta y cinco años atrás, en Memphis, en el Lorraine Motel, había sido asesinado Martin Luther King, el símbolo de las luchas de los negros estadounidenses por sus derechos.
Fue abatido de un tiro en la cabeza, por un francotirador, mientras saludaba a sus seguidores desde el balcón del motel en compañía de sus colaboradores, entre los que se encontraba el reverendo Jesse Jackson. King, galardonado con el Premio Nobel de la Paz cuatro años antes por su labor en favor de la igualdad racial y los derechos civiles, tenía 39 años de edad. El atentado provocó estupefacción en la nación y fue el inicio de graves desórdenes e incendios que se extendieron a otros estados, lo que arrojó un resultado de cerca de 50 muertos.
Memphis se ha convertido en una ciudad simbolo de los sueños enterrados de la población negra de Estados Unidos.
Los Ángeles también lloran
El 2 de enero de este año, oficiales de la policía de Los Angeles mataron a tiros en su casa a un hombre negro llamado Takar Smith, después de responder a una llamada de ayuda de su esposa debido a que el hombre estaba sufriendo una crisis de salud mental.
Un día después , un hombre negro de 31 años, profesor de inglés de décimo grado y padre de familia, llamado Keenan Anderson, murió tras ser electrocutado con una pistola Taser utilizada repetidamente.
La policía de Los Ángeles ha publicado un vídeo que muestra a los oficiales derribando a Anderson en medio de una intersección después de haber respondido a un accidente de tránsito. En el video se ve a Anderson suplicando por su vida, y diciendo: “Me están tratando como a George Floyd”.
El video también muestra a un oficial electrocutando a Anderson con un Taser durante casi 30 segundos mientras otros agentes lo sujetan contra el suelo. Más tarde, Anderson fue electrocutado de nuevo. La policía dice que murió cuatro horas más tarde, después de sufrir un paro cardíaco.
"Creo que esos últimos minutos del vídeo, en donde se ve cómo es electrocutado hasta la muerte, es probablemente lo más inquietante de lo que he sido testigo, porque parece que él supiera que están tratando de matarlo. Él grita: “Me están tratando como a George Floyd”. Y así lo hicieron. Ver, escuchar y pensar en esas imágenes de sus últimos minutos de vida causa mucho dolor, dado que él era un ser humano muy amado. Ningún ser humano merece morir en ese estado de miedo, morir humillado públicamente y sin dignidad", declaró a Democracy Now la prima de Anderson, Patrisse Cullors, una de las fundadoras del movimiento Black Lives Matter.
El 26 de enero fue asesinado Anthony Lowe, un hombre afroamericano de 36 años con dos piernas amputadas, que murió después de recibir disparos de elementos de la policía de Huntington Park, una ciudad al este del condado de Los Ángeles, según comparten medios estadounidenses.
De acuerdo con el Departamento de Policía de la ciudad, los oficiales acudieron al lugar donde se encontraba Lowe después de que apuñalara a una persona. Los elementos procedieron a electrocutarlo al menos dos veces, por lo que Lowe saltó de su silla de ruedas para huir. Fue ahí cuando uno de los policías disparó, según narra el medio New York Post.
En un video compartido en redes sociales se puede observar a Lowe dejando su silla de ruedas para alejarse de dos policías mientras blande un cuchillo. Lowe murió en el lugar tras 10 rondas de disparos, señaló el mismo medio.
La policía 🇺🇸mató a tiros a un hombre con las piernas amputadas que intentaba huir con un cuchillo en la mano. Anthony Lowe tenia 36 años y sufría problemas mentales. ¿No había otra forma de detenerlo?, preguntan los familiares con razón.🎥
— Carlos Montero (@CMonteroOficial) February 4, 2023
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Los sueños de King
En agosto de 2023 se cumplirán 60 años de aquel vibrante discurso de Martin Luther King más conocido como "Yo tengo un sueño". Ante un millón de personas en la capital estadounidense, el Reverendo King desnudó las diferencias sórdidas de aquella sociedad y la necesidad de la lucha del pueblo negro por sus derechos:
"Hay quienes están preguntando a los defensores de los derechos civiles: `¿Cuándo estaréis satisfechos?` No podemos estar satisfechos mientras las personas negras sean víctimas de los indecibles horrores de la brutalidad de la policía. No podemos estar satisfechos mientras nuestros cuerpos, cargados con la fatiga del viaje, no puedan conseguir alojamiento en los moteles de las autopistas ni en los hoteles de las ciudades. No podemos estar satisfechos mientras la movilidad básica de las personas negras sea de un ghetto más pequeño a otro más amplio. No podemos estar satisfechos mientras nuestros hijos sean despojados de su personalidad y privados de su dignidad por letreros que digan “sólo para blancos”. No podemos estar satisfechos mientras una persona negra en Mississippi no pueda votar y una persona negra en Nueva York crea que no tiene nada por qué votar. No, no, no estamos satisfechos y no estaremos satisfechos hasta que la justicia corra como las aguas y la rectitud como un impetuoso torrente.
"No soy inconsciente de que algunos de vosotros y vosotras habéis venido aquí después de grandes procesos y tribulaciones. Algunos de vosotros y vosotras habéis salido recientemente de estrechas celdas de una prisión. Algunos de vosotros y vosotras habéis venido de zonas donde vuestra búsqueda de la libertad os dejó golpeados por las tormentas de la persecución y tambaleantes por los vientos de la brutalidad de la policía. Habéis sido los veteranos del sufrimiento fecundo. Continuad trabajando con la fe de que el sufrimiento inmerecido es redención.
Volved a Mississippi, volved a Alabama, volved a Carolina del Sur, volved a Georgia, volved a Luisiana, volved a los suburbios y a los ghettos de nuestras ciudades del Norte, sabiendo que de un modo u otro esta situación puede y va a ser cambiada".
Oscuridad y fuerza imperial
Seis décadas después, muy poco cambió. King fue asesinado. El sueño de que sus hijos vivieran un día en un país donde no sean juzgados por el color de su piel, sino por su carácter, sigue siendo quimera para la mayoría de la población descendiente de los esclavos de antaño. La violencia y el racismo sistémico contra la gente negra está en las entrañas mismas del imperio.
La tercera estrofa del himno nacional de Estados Unidos, escrito en 1814 por Francis Scott Ke, proclama: “Ningún refugio puede salvar al asalariado y al esclavo del terror de la huida, de la sombra de la tumba”.
Respondía a un contexto histórico concreto, pero reflejaba las esencias explotadoras y racistas con que nacía la unión de estados americanos.
La crisis económica que golpea a todos y hace aflorar los sentimientos xenófobos y el odio hacia el otro, la multiplicación en número y fuerza de los grupos extremistas organizados, la creciente polarización de la distribución de la riqueza, profundizan la discriminación y acentúan la violencia.
Las muertes de Nichols, Smith, Anderson y Lowe a manos de la policía no son hechos aislados. El cuerpo policial mató a tres personas cada día en Estados Unidos durante 2022. De acuerdo con una compilación del sitio Mapping Police Violence, 2022 fue el año más mortífero en cuanto a violencia policial desde 2013, con un promedio de más de tres individuos muertos por día y alrededor de 100 al mes.
En más de 700 casos, de las mil 183 muertes por violencia policial el pasado año, las víctimas pertenecía a etnias no blancas. Los afrodescendientes representaron el 24 por ciento de los asesinados a manos de los agentes del orden, aunque solo son el 13 por ciento de la población.
La desigualdad es particularmente grave en algunas ciudades, como Minneapolis, donde la policía ha matado a residentes negros a una tasa 28 veces mayor que la de ciudadanos blancos, y en Chicago fue 25 veces mayor.
En una encuesta realizada por John Gramlich, investigador del centro Pew, en 2019, el 84 por ciento de los adultos negros consultados dijo que la policía los trata peor que a la comunidad blanca.
Asimismo, el 44 por ciento de los afroestadounidenses entrevistados aseguró haber sido detenido injustamente por la policía debido a su raza, algo que afirmaron el 19 por ciento de los hispanos, el 16 por ciento de los asiáticos y el nueve por ciento de blancos encuestados.
Siendo la población más golpeada por la inequidad y la desigualdad de oportunidades, la de más difíciles condiciones de vida, los negros (fundamentalmente jóvenes) son también mayoría proporcional en las muertes en general por armas de fuego en Estados Unidos, que ascienden a más de 40 000 personas cada año. La tasa de homicidios entre los jóvenes negros —142 muertes por cada 100.000 hombres negros de 20 a 24 años— fue casi diez veces mayor que la tasa general de muertes por arma de fuego en Estados Unidos en 2021.
La criminalidad en la comunidad negra emana de la historia misma de discriminación sistémica que han sufrido, desde la esclavitud hasta hoy, a golpe de violencia y hasta de prácticas perversas, como la introducción deliberada de drogas en barrios negros por parte de la CIA, primero en en la época de Nixon, para criminalizar negros y latinos, y después en la época de Reagan, para recaudar fondos ilegales para financiar a la contra nicaragüense en los 80. Junto a la droga llegó el dinero sucio, la adquisición de muchas armas y las batallas entre bandas de traficantes, que se convirtieron, prácticamente, en enfrentamientos entre señores de la guerra. La policía también se corrompió.
Para Jonathan Jay, profesor adjunto de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, hay dos factores clave que impulsan la violencia con armas de fuego en la comunidad: la desventaja a nivel del barrio y la exposición a la violencia con armas de fuego a nivel individual.
Las causas profundas
Estados Unidos está viviendo un momento de una profunda división de clases; la pandemia de COVID-19 ha sido un periodo de ahondamiento de esa brecha. El diez por ciento de los hogares más ricos de EE.UU. posee 34,5 veces más que el 50 por ciento más pobre, y sólo en el transcurso del año 2020 aumentaron su fortuna en más de 18,8 billones de dólares, unos 1,53 millones por hogar, siendo mucho mayor esa cifra en la de los superricos.
Un medidor clave de la desigualdad de ingresos en Estados Unidos alcanzó un nuevo récord en 2021, el primer año del mandato del presidente Joe Biden. El llamado índice Gini subió un 1,2 por ciento el año pasado: hasta 0,494, según datos publicados por la Oficina del Censo de Estados Unidos. El índice mide cómo se distribuye el ingreso, con un valor de 0 para representar igualdad perfecta mientras el uno indica desigualdad absoluta.
El mismo informe mostró que la pobreza en EE.UU. subió por segundo año consecutivo en 2021 y los ingresos de los hogares se redujeron ligeramente. El año pasado, 37,9 millones de personas vivían en la pobreza, unos 3,9 millones más que en 2019.
Visto de otra manera, un hogar en el diez por ciento superior gana alrededor de 11 veces más que un hogar en el diez por ciento inferior.
El senador demócrata Bernie Sanders aseguró que la codicia de las empresas estadounidenses «ha resultado en que este país tenga más desigualdad de ingresos y de riqueza que cualquier otro de los mayores países en la Tierra».
Dentro de los esquilmados, la población negra es la más duramente golpeada. Según el Centro de Investigación Pew, en promedio los negros tienen el doble de probabilidad de ser pobres o de estar desempleados que los blancos. Las familias afroestadounidenses ganan poco más de la mitad de lo que ingresan las blancas.
Según el informe del Censo, los blancos poseen el 84,1 por ciento de la riqueza, por encima del porcentaje de la población que representan, frente al 4,1 por ciento de los afroamericanos, el 2,4 por ciento de los hispanos, y el 9,5 por ciento de otras razas. ¿Desigualdad? El uno por ciento de los hogares más adinerados del país acaparó en el pandémico 2020 el 35 por ciento de la nueva riqueza creada.
La pérdida de la propiedad de la tierra es una de las causas que más contribuyen al empobrecimiento creciente de la población negra estadounidense, y a la brecha de riqueza social. Entre 1910 y 1997, los afroamericanos perdieron alrededor del 90 por ciento de sus tierras de cultivo. Un grupo de economistas y estadísticos calculó recientemente que, desde 1910, las familias negras han sido despojadas de cientos de miles de millones de dólares debido a la pérdida de tierras. Nathan Rosenberg, abogado e investigador señaló a Publica.com: “Si quieres entender la riqueza y la desigualdad en este país, tienes que entender la pérdida de tierras negras”.
Los hogares negros tienen también la tasa más alta de inseguridad alimentaria en los Estados Unidos, con un estimado del 24 por ciento de la población negra experimentando inseguridad alimentaria en 2020. La investigación ha demostrado que la mayor tasa de pobreza de los estadounidenses negros, resultado de políticas y prácticas discriminatorias, aumenta la probabilidad de experimentar hambre.
Entre 26 y 29 millones de personas en Estados Unidos aseguran que en sus hogares "a veces" o "a menudo" no tienen suficientes alimentos para comer. Son los datos que revelan un informe del Centro de Acción e Investigación sobre la Alimentación (FRAC, por sus siglas en inglés), cuyo trabajo se centra en los primeros meses de la pandemia en el país norteamericano. El documento denuncia que la cifra de personas que dicen pasar hambre en Estados Unidos se ha multiplicado por más de tres desde 2018. Entonces, casi ocho millones de adultos decía que en sus casas escaseaba la comida.
"El hambre en Estados Unidos estaba en unos niveles altos e inaceptables ya antes de la pandemia y es absolutamente chocante ver cómo el COVID-19 ha aumentado dramáticamente el número de hogares hambrientos en todos los rincones del país en cuestión de meses", asegura en un comunicado el presidente del FRAC, Luis Guardia.
El poder político y sus perlas raciales
Ni la muerte de Luther King hace 60 años, ni la de George Floyd más recientemente, con la ola de protestas que generaron, han logrado transformar el profundo racismo consustacial a la élite económica y política de Estados Unidos.
Un pequeño glosario de hechos recientes muestran los matices de ese racismo sistémico:
1- Una mayoría cualificada de republicanos blancos de la Cámara de Representantes del estado de Misisipi aprobó un proyecto de ley para establecer un sistema judicial separado y una fuerza policial ampliada dentro de Jackson, una ciudad en la que el 80 por ciento de la población es afroestadounidense. Si el proyecto se convierte en ley, el actual comisionado de seguridad pública de Misisipi, quien es blanco, estará a cargo de una fuerza policial ampliada del Capitolio en Jackson. Asimismo, los jueces locales serán elegidos por el presidente de la Corte Suprema del estado, que también es blanca. Los ciudadanos de todos los demás sistemas judiciales de los condados de Misisipi eligen a los jueces y fiscales. Tras ver el debate que se llevó a cabo este martes en el recinto de la Cámara de Representantes de Misisipi, el alcalde de Jackson, Chokwe Antar Lumumba, dijo: “Me recuerda al apartheid”.
2- Legisladores negros del estado de Misuri acusaron a los republicanos de racismo después de que el presidente de la Cámara de Representantes del estado, Dean Plocher, un hombre blanco, hiciera callar al legislador estatal afroestadounidense Kevin Windham durante un debate en el hemiciclo de dicha cámara. Windham estaba debatiendo acerca de un proyecto de ley que, de aprobarse, permitiría que el gobernador del estado designe a un fiscal especial en regiones que tienen altos índices de homicidios. El legislador afroestadounidense fue interrumpido mientras leía un artículo del medio de noticias Mississippi Today sobre los intentos de limitar el derecho al voto de la población de Jackson, una ciudad mayoritariamente negra.
Esto se produce poco después de que los republicanos de Misuri aprobaran unos proyectos de ley que limitan la enseñanza de temas relacionados con la raza en las escuelas públicas, criminalizan los espectáculos Drag y establecen un código de vestimenta más estricto para las legisladoras mujeres; y luego de que bloquearan una propuesta destinada a prohibir que menores de edad porten armas de fuego en espacios públicos sin la supervisión de una persona adulta.
3- Los estudiantes de secundaria del condado de Pinellas en Florida ya no tendrán acceso en sus aulas o bibliotecas al primer libro de la Premio Nobel de Literatura Tony Morrison, porque la Junta Escolar del distrito retiró el título de circulación después de una revisión provocada por la queja de un padre en Palm Harbor Universitu High, quien adujo que el texto incita a las ilegalidades.
En "The Bluest Eye", publicada en 1970, Morrison cuenta la historia de una niña afroamericana que creció después de la Gran Depresión. Al cumplirse 50 años de su publicación, The New Yorker lo catalogó como una obra que "abrió un nuevo camino en el panorama literario estadounidense al colocar a las jóvenes negras en el centro de la historia".
La decisión se ha replicado en otros distritos de Florida como el condado de Manatee o el condado de Clay.
Epílogo
Al dar su discurso sobre el Estado de la Unión, el Presidente Joe Biden se refirió al asesinato ocurrido en Memphis a inicios de año: "Lo que le sucedió a Tyre Nichols ocurre con demasiada frecuencia. Debemos hacerlo mejor".
La idea de que la reforma de la policía por sí sola resolverá la violencia policial es una lectura interesada, incompleta y engañosa. Lo que sucede está en las esencias mismas del sistema: la exclusión por origen y clase, la discriminación, el odio, el individualismo feroz. La policía y las prisiones han cumplido su objetivo de control social de la población negra, que durante mucho tiempo se ha impuesto mediante la violencia.
Fuentes: Pew Research Center, CNN, ProPublica, Público, Democracy Now, Telemundo, BBC