La población del Golán ocupado a "Israel": Sembráis vientos... y recogeréis tempestades
En su artículo exclusivo para Al Mayadeen English, el autor señala que durante la última década, la ocupación desarrolló un plan expansionista para aumentar el número de asentamientos y colonos en el Golán ocupado, cuyo número espera alcance los 250 mil en 2030.
Desde su ocupación del Golán sirio en junio de 1967, la ocupación israelí ha cometido los peores crímenes de limpieza étnica, destruyendo 131 pueblos y estableciendo 35 asentamientos sobre sus ruinas.
La ocupación israelí no se conformó con eso, sino que fue hasta el final para agotar todos los recursos naturales del Golán, ya que obtiene un tercio de sus necesidades de agua de las tierras del Golán, ricas en ríos, manantiales y aguas subterráneas.
Desde hace años, lleva a cabo operaciones de exploración en busca de petróleo, que según los estudios es abundante.
Durante la última década, la ocupación desarrolló un plan expansionista para aumentar el número de asentamientos y colonos en el Golán ocupado, cuyo número se espera que alcance los 250 mil en 2030.
A principios de 2019, la ocupación anunció un proyecto de inversión en el aire del Golán para generar electricidad a partir de la energía eólica, mediante la construcción de gigantescos aerogeneradores, en seis mil dunums de las tierras de los agricultores del Golán, que pretende usurpar y arrebatar.
¿Cuáles son los grandes riesgos que provocarán los aerogeneradores?
El proyecto de turbinas eólicas viola las convenciones internacionales para la protección de los pueblos bajo ocupación y las resoluciones de las Naciones Unidas, la principal de las cuales es la Resolución 497 de 1981, que afirma que todas las medidas de ocupación en el Golán sirio ocupado son nulas y sin valor.
Y ante los ojos de las Fuerzas de Observación de la Separación de las Naciones Unidas que operan en el Golán "UNDOF", la ocupación israelí está aplicando el plan de turbinas eólicas, que requiere la construcción de 46 turbinas en tres fases, de las cudos mil dunums de tierras agrícolas.
Mientras tanto, la tercera fase se dirige a los pueblos de Majdal Shams, Masada, Buqatha y Ain Qinya e incluye la incautación de más de cuatro mil dunums de terreno agrícola, en los que se instalarán unos 41 enormes ventiladores.
A la vista del tamaño de estas turbinas, su ubicación y la zona en la que se construirán, puede decirse que son las más grandes y peligrosas del mundo, lo que provocará grandes daños sociales, sanitarios y medioambientales.
Estas turbinas expondrán a la fauna salvaje a un gran peligro y pueden provocar la extinción de ciertas especies, especialmente las aves migratorias que limpian las tierras de insectos dañinos.
El establecimiento de turbinas en la zona situada en medio de los pueblos ocupados del Golán agravará la crisis de vivienda en los pueblos ocupados y su desmembramiento.
Además de limitar su expansión urbana, por ejemplo, el pueblo de Majdal Shams no puede expandirse hacia el norte o el este debido a los campos de minas, ni tampoco hacia el oeste debido a la existencia de dos asentamientos y un campamento de las fuerzas de ocupación.
La única dirección posible para la expansión urbana es el sur, que es el lugar en el que la ocupación planea construir turbinas.
Por otra parte, la mayoría de la población del Golán trabaja en la agricultura. Las turbinas supondrán una gran amenaza para su futuro y acabarán con su seguridad económica y alimentaria, ya que toda la región se convertirá en una zona industrial controlada por la ocupación a través de la empresa "Energix".
Esto significa expulsarlos por la fuerza de sus tierras y hogares en los próximos años y violar una amplia gama de derechos humanos, como el derecho a la salud, a la vivienda y al desarrollo, entre otros.
Las protestas populares dominan la situación
Los planes de judaización de la ocupación no se detuvieron en los últimos años, pero los habitantes del Golán fueron capaces de frustrarlos.
Rechazaron la decisión inválida de "anexión" en 1981, se negaron a obtener una identidad israelí, impidieron que la ocupación celebrara "elecciones al consejo local" en 2018 y quemaron "tarjetas electorales".
La lucha de los habitantes del Golán no ha cesado durante años para frustrar el proyecto de construcción de turbinas eólicas, y se enfrentaron a él de dos maneras. La primera es judicial, por lo que interpusieron demandas, pero el asunto no prosperó porque el gobierno de ocupación promulgó una ley que estipula que el proyecto se considere "nacional", lo que permite al ministro de Finanzas confiscar tierras para la construcción.
En cuanto al segundo método, consiste en recurrir a las instituciones internacionales a través del Estado sirio, en su calidad de autoridad nacional autorizada ante estos organismos.
La confrontación también implica la celebración de seminarios, conferencias y campañas en los medios de comunicación para explicar la magnitud de los daños del proyecto, además de organizar protestas, huelgas y manifestaciones para proteger la tierra y detener por la fuerza las obras del proyecto de turbinas eólicas.
El Golán es un derecho sirio que no prescribirá
El mes pasado estallaron violentos enfrentamientos entre la población del Golán y las fuerzas de ocupación israelíes, que trajeron grandes refuerzos para sitiar las tierras agrícolas e impedir que sus propietarios accedieran a ellas. Sin embargo, cientos de residentes acudieron a la zona, afirmando su rotundo rechazo a la construcción de turbinas en ella, y se enfrentaron a las fuerzas de ocupación que les atacaron con balas y bombas de gas venenoso, lo que provocó heridas y la detención de decenas de ellos.
A raíz de estos enfrentamientos y de la gran indignación popular, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió aplazar el proyecto durante un periodo determinado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores sirio emitió un comunicado en el que confirmaba que el Golán ocupado es parte integrante de su territorio y trabaja para devolverlo a la patria por todos los medios disponibles como un derecho eterno que no prescribe.
También siguió apoyando a su pueblo en su lucha contra la ocupación israelí y su rechazo a la política de saqueo de tierras y propiedades de la ocupación, incluido el establecimiento de asentamientos y turbinas con el objetivo de cambiar el carácter demográfico, geográfico y jurídico de la región.