El incidente de ayer en la región de Kahaleh en el Monte Líbano, al este de Beirut, no fue un incidente ordinario, ni por sus hechos ni por sus dimensiones, ni por las consecuencias o repercusiones que podrían derivarse del hecho. Mientras, Hizbullah presentó la verdad de lo sucedido a través de un comunicado emitido por los medios de comunicación del propio partido, en el que aclaró la naturaleza del incidente ocurrido en las curvas  de Kahaleh en la región de Aley, en la gobernación del Monte Líbano, al este de Beirut, la delicadeza y sensibilidad del incidente en lo que significa en sí y en lo que puede implicar en términos de repercusiones o desarrollos se impone sobre todos los temas espinosos que plagan los escenarios libanés y regional, de la siguiente manera:

Primero: Bastan los hechos que aparecieron públicamente para todos en cuanto a los verdaderos detalles del incidente, y los datos que citó Hizbullah en su declaración, lo cual fue confirmado a través de lo publicado por imágenes de video, y a través de lo que dijeron la mayoría de los que presenciaron el incidente como observadores o como participantes, así como varias autoridades, incluidas las personas que causaron el doloroso incidente, para concluir que se había producido un ataque expreso y explicito contra el camión que volcó en la carretera de Kahaleh, por una decisión deliberada, después de que los atacantes descubrieran que el camión pertenecía a Hizbullah, y luego de que sospecharan que estaba cargado de cajas de madera cerradas que contienen supuestamente armas o municiones.

Aquí surgen varias preguntas sobre los hechos del incidente, tales como:

¿Por qué los elementos partidistas adoptaron esta postura hostil contra los miembros de Hizbullah que tenían la tarea de proteger el camión e impedir cualquier acercamiento al vehículo?

¿Tienen acaso ordenes de sus superiores o de una parte  específica, interna o externa, para abrir fuego y acorralar a los miembros de Hizbullah para que respondan de la misma manera y causen bajas, en un momento en que saben que los elementos de Hizbullah no pueden ser complacientes en ese sentido ni un ápice en la ejecución de una misión que les fue encomendada y cuánto más tratándose de una misión sensible y certera como aquella por la que se produjo el accidente?

Todo esto sucedió en un momento en que todos, especialmente la gente de los pueblos que abrazan la carretera que enlaza la Bekaa con Beirut, saben que Hizbullah ha estado utilizando esta carretera de forma permanente y durante décadas, para mover a sus miembros y transportar a sus equipos militares y no militares, por lo que no es nuevo ni emergente que haya un camión cargado de equipos de Hizbullah en esta carretera internacional del Libano, y que se supone que debe estar abierta para todos, entonces ¿qué es lo que ha cambiado hoy y ha despertado la ira de aquellos atacantes para crear un problema sensible en el lugar equivocado, en el momento equivocado y con un nivel de peligrosidad muy alto?

Por otro lado, hay más de un punto sobre el incidente que requiere detenerse a analizar y hacer un seguimiento de sus dimensiones sensibles y peligrosas y conexiones con varios asuntos, a saber: 

El momento del incidente: No cabe duda de que la región vive hoy en condiciones muy delicadas y peligrosas, rodeada de muchas especulaciones y estimaciones sobre la posibilidad de un enfrentamiento entre el enemigo israelí y Hizbullah, debido al trasfondo de varios incidentes fronterizos entre ambas partes, especialmente en las colinas de Kfar Shuba, las granjas de Shebaa y la aldea  ocupada de Al-Ghajar. Algunos observadores serios de las circunstancias y dimensiones del incidente consideran que las intenciones de los perpetradores del incidente, que agredieron al personal asignado para transportar y proteger el camión y para acorralar a Hizbullah a un conflicto sangriento e implicarlo en un problema que no está lejos de causar una gran confrontación interna, en términos de sus circunstancias y repercusiones, son consistentes con los propósitos confirmadas del enemigo israelí de atacar a Hizbullah, bajo el pretexto de que posee misiles y armas cualitativas, que constituyen una amenaza grande, grave y definitiva para el enemigo israelí, viene el comportamiento de los agresores contra el camión y los miembros de Hizbullah en Kahaleh, y el intento de exponer su cargamento y difamarlo en los medios, tal parece como si se compelementara con lo que "Israel" está haciendo en Siria y en otros lugares en términos de ataques aéreos y con misiles dentro de su conocida batalla (entre guerras) para apuntar a las armas y capacidades cualitativas y disuasorias de Hizbullah.

El otro punto que requiere una cuidadosa consideración sobre el momento del incidente y su desenlace, es que coincidió en el momento y en el propósito con las serias medidas e intentos estadounidenses que tienen lugar hoy en Siria, para cortar la carretera terrestre entre Iraq y Siria, que constituye en sí una importante arteria logística para la resistencia y sus armas cualitativas. Tal parece que los protagonistas que cortaron la carretera y efectuaron anteriormente el ataque al camión de Hizbullah tienen la tarea de ejecutar el corte de los suministros de armas de Hizbullah, en el enlace de la carretera internacional que pasa por Kahaleh y se extiende desde Iraq a través de Siria hasta el Líbano.

De hecho, no es un asunto nuevo o de emergencia en el escenario libanés, y no es de extrañar por parte de Hizbullah, que haya partes libanesas internas que se oponen a sus armas, y estas partes lo declaran abiertamente, incluso hay una política statu quo del conflicto entre Hizbullah y estas partes, disputa que está muy abierta políticamente e incluso en los medios de comunicación. Esta disputa interna por las armas de la resistencia es un tema espinoso y siempre planteado en los pasillos de las instituciones oficiales y en los foros políticos libaneses, pero la emergencia en el asunto, y que llama al asombro, es que partes internas libaneses se ofrecen como servidores de los intereses israelíes hasta el uso de sus armas y disparar directamente a los miembros de Hizbullah encargados de realizar la misión propia del trabajo de la resistencia, acorralando al país hacia una guerra interna que todos pueden saber cómo comienza, pero inevitablemente, nadie podrá saber cómo se desarrollará y cómo terminará.

Por lo tanto, y ante estas delicadas circunstancias que atraviesa el Líbano, además de las delicadas circunstancias que atraviesa la región, y lo que ha quedado claro para todos en cuanto a las serias intenciones externas de atacar la arena interna libanesa en su seguridad y cohesión, y provocar una guerra interna, que inevitablemente será fatal y letal, todas las partes (especialmente aquellos que son celosos por el interés del Líbano y defienden su unidad y la seguridad de su pueblo), todos están llamados a absorber el incidente y sus repercusiones con la necesaria sabiduría, prudencia, previsión y paciencia, y hacer pasar estas circunstancias excepcionales con las menores pérdidas y repercusiones posibles.