Masacre de Sarafand al-Kharab: ¿Cómo Reino Unido estableció el caos en Palestina?
Las fuerzas británicas atacaron y quemaron casas en la mencionada aldea el 10 de diciembre de 1918, donde asesinaron a la mayoría de sus habitantes y expulsaron a los supervivientes.
Entre las masacres de Sarafand al-Kharab en 1918, Deir Yassin en 1948, Kafr Qasim en 1956 y Gaza desde el 8 de octubre de 2023, descubrimos la evolución de las herramientas y metodologías del genocidio colonial sionista, aunque su base sigue siendo la misma: desmantelar la existencia social de los palestinos a través de actos de masacre.
Lo que está ocurriendo en la Franja de Gaza hoy, desde el inicio de la operación "Diluvio de Al-Aqsa", es una masacre sionista motivada por la venganza, que luego se convirtió en una masacre cuidadosamente planificada con el objetivo político de desmantelar la existencia colectiva del pueblo palestino.
En otras palabras, hacer que los palestinos en Jerusalén ocupada o en Cisjordania sean incapaces de enfrentar la situación en Gaza, creando una barrera que limite su capacidad de resistir la peligrosa situación en Gaza. Esto es precisamente lo que está sucediendo hoy.
Las masacres más pequeñas, como la de Sarafand al-Kharab, Deir Yassin y otras perpetradas por “Israel”, buscan desmantelar la existencia social de una aldea en particular.
Estas masacres se acumularon de manera planificada a lo largo de la historia hasta llegar a la masacre abierta (masacre de Gaza en 2023), que tiene como objetivo a toda la población palestina en todas sus ubicaciones, alterando la forma de vida palestina y dejando una marca indeleble.
De ahí que el investigador palestino Khaled Awadallah, en su aproximación entre la masacre de Sarafand al-Kharab en 1918 y la persistente masacre de Gaza desde el 8 de octubre de 2023, parta del concepto de que "volver a la historia es siempre un proyecto de conocimiento político, en primer lugar".
Durante esta operación, las fuerzas británicas atacaron y quemaron casas en la mencionada aldea el 10 de diciembre de 1918, donde asesinaron a la mayoría de sus habitantes y expulsaron a los supervivientes.
Awadallah se basa en fuentes primarias, como la memoria colectiva de los habitantes de la región, además de archivos británicos y sionistas, memorias y fotografías aéreas.
En este contexto, Hassan Hussein Al-Owaini (1928), residente de la aldea, relató que la aldea de Sarafand al-Kharab tenía vastas tierras. En 1882, los otomanos entregaron una parte de estas tierras a los judíos, quienes fundaron la colonia de Rishon LeZion, y al norte de la aldea se construyó la colonia de Ness Ziona. Además, se estableció la colonia de Beit Yaakov al este del pueblo. La tierra se llamaba "Jiftlik" en ese momento.
Sarafand al-Kharab y el origen de la historia:
Volviendo al origen de la historia, según los habitantes originales, los nativos, Jaber Salim Muhammad, hijo de la aldea de Sarafand al-Kharab, le contó al investigador palestino Akram Zaiter en 1932 sobre la redada de las autoridades militares británicas en su pueblo.
Hizo referencia a un campamento del ejército inglés alrededor de Sarafand y tres colonias judías que abrían sus puertas a los judíos ingleses para embriagarse y disfrutar. Los soldados, en estado de embriaguez, pasaban por la aldea al regresar a sus campamentos, y estas acciones molestaban a los habitantes, quienes se vieron obligados a defenderse y proteger sus dignidades usando campanas en las tiendas del pueblo para alertar cuando los soldados entraban.
En varias ocasiones, se produjeron enfrentamientos con manos, palos y piedras entre los habitantes y los soldados británicos borrachos, que terminaban con la expulsión de los soldados del pueblo. Sin embargo, un día, las autoridades británicas afirmaron que encontraron a un militar del campamento asesinado, alegando que fue asesinado en Sarafand al-Kharab, a pesar de que los residentes del pueblo no hicieron nada. Como resultado, una fuerza militar británica allanó las casas de Sarafand durante el día, confiscando cualquier arma y luego, por la noche, los soldados atacaron la aldea.
Cuando sonaron las campanas, los defensores de la aldea se reunieron, pero al estar desarmados, los aldeanos decidieron llevar a las mujeres y niños a un antiguo edificio desconocido para los forasteros antes de salir a enfrentar a los soldados. Algunos sobrevivieron, otros fueron capturados y asesinados, y el ejército británico incendió todas las casas de Sarafan al-Kharab.
Por la mañana, el ejército británico se retiró, dejando la aldea en ruinas y los cadáveres de los hombres esparcidos por el suelo. Los sobrevivientes quedaron desamparados, sin siquiera tener pan para comer. Los heridos, algunos de ellos murieron después de sufrir graves torturas, y otros quedaron discapacitados de por vida.
La Masacre de Sarafand al-Kharab y el papel de Gaza en el contexto palestino
Mientras Awadallah excavaba en los restos dejados por esta masacre en las calles de Sarafand al-Kharab hoy en día, se dio cuenta de la cuidadosa operación de borrar cualquier rastro que recuerde esta masacre. Incluso el cementerio común de los habitantes de la aldea fue convertido en un jardín después de la Nakba, mientras que las tumbas de los soldados británicos todavía están presentes y visibles en Palestina, incluida la tumba del soldado cuya muerte, según la narrativa colonial, provocó la masacre.
Lo más importante en este relato, según Awadallah, es que la masacre no habría ocurrido si no fuera por el quiebre de Gaza y su ocupación por parte del ejército británico, que utilizó armas químicas por primera vez, donde perseguía a las fuerzas otomanas, y contó con la colaboración de lo que se conoce como la "Oficina Judía", que proporcionaba mapas e información a los británicos.
Aquí, Awadallah señala el papel desempeñado y que sigue desempeñando Gaza en el pasado, presente y futuro en el contexto palestino. Siempre fue la fortaleza inexpugnable frente a la lujuria de los invasores por devorar todas las partes de Palestina ocupada, y la resistencia continua durante más de cinco meses contra el ejército más brutal del mundo moderno es la mejor prueba de ello.