¿Quiere "Israel" la guerra?
Llegan tiempo de imponderables y la guerra nunca avanza según lo previsto.
"Israel" está profundamente dividido. No es una novedad. Es un lugar común, y lo más habitual es que la pregunta sea formulada como "bifurcado, pero ¿a lo largo de qué eje? Hoy la división es entre un ejército cansado y cada vez más pesimista y una dirección política aparentemente decidida que insiste en que "no hay otra opción que la guerra, si Israel quiere sobrevivir".
Por ahora, el apoyo popular se inclina hacia esta última opción, la perspectiva de Netanyahu.
Aunque Netanyahu tiene muchos críticos duros -incluso dentro de la Casa Blanca-, Occidente generalmente ignora la realidad de que el deseo de "Israel" de una campaña militar en Líbano se extiende más allá de Netanyahu, a muchos otros en la política israelí. La elección es entre: "Guerra ahora o guerra después", como lo entienden muchos israelíes que ven los muros circundantes cerrarse infaliblemente sobre "Israel".
En Occidente es demasiado fácil repetir la historia de que Netanyahu está jugando "rápido y suelto" con el futuro de "Israel", sólo para asegurar sus propias perspectivas personales. La realidad es que ambas partes de este cisma interno israelí tienen razón: Los occidentales pueden no estar de acuerdo con ninguno de los dos puntos de vista, prefirien la tranquilidad y temen por el futuro de "Israel", pero en última instancia ocurrirá un desenlace climático de la dinámica desencadenada en 1948.
El periodista israelí Alon Ben David (destacado comentarista de asuntos militares del Canal 13) informó de que las pérdidas sufridas por el ejército israelí en Gaza mermaron de manera considerable sus capacidades para librar una guerra en múltiples frentes. Las fuerzas israelíes "no están actualmente preparadas para una amplia campaña en Líbano".
"Si se nos impone una guerra amplia contra Hizbullah, el ejército israelí luchará con lo que tiene, y hará daño al enemigo..., pero el ejército es actualmente incapaz de conseguir un logro significativo contra Hizbullah y de cambiar drásticamente la realidad en el norte".
Ben David advierte de que la guerra en Líbano
"Nunca, a lo largo de sus 76 años, el ejército fue construido para una guerra de nueve meses. Por el contrario, está dispuesto como un ejército de choque, que moviliza las reservas en el momento ordenado; sale decisivamente en poco tiempo, y luego vuelve a la normalidad".
Ben David añade que un alto oficial de la reserva de la Fuerza Aérea envió una carta a las autoridades del ejército "implorándoles" dejar claro al escalón político que los militares no están preparados para una campaña prolongada en el Líbano.
El principal -y auténtico- problema enfrentado por el gobierno es el de las expectativas de la opinión pública. El Estado evacuó a entre 80 mil y 100 mil residentes de sus hogares en la frontera con Líbano en el periodo posterior al 8 de octubre. Actualmente, no hay fecha para permitirles regresar a sus hogares. La ira popular crece ante este fracaso estratégico. Por ello, los residentes del norte, los medios de comunicación y la oposición ejercen una fuerte presión.
Por otro lado, altos cargos del ejército dicen creer que Hizbullah perdió la ventaja de la sorpresa, después que gran parte del norte de "Israel" fue evacuado.
"En última instancia, tendremos que devolver a los residentes del norte a sus hogares. Si no se aprueba un acuerdo que garantice su seguridad: tendremos que actuar".
Otro alto cargo afirmó que cualquier acuerdo político carece de sentido sin una operación terrestre a lo largo de la frontera destinada a destruir el atrincheramiento de Hizbullah en la zona. "Los ataques aéreos no destruirán las infraestructuras", subrayó.
Benny Morris, un destacado historiador israelí, es aún más categórico:
"Para sobrevivir, "Israel" debe atacar a Irán ahora. Hemos llegado al momento de la verdad y es necesario tomar una decisión. El mundo debería apoyar esta operación. Pero incluso si no lo hace, seguramente la supervivencia del país debería ser más importante para sus habitantes que las posibles condenas internacionales e incluso las sanciones si se imponen (aunque dudo que se impongan sanciones serias).
"No hay mejor momento para asestar un golpe estratégico contra Irán, dada la actual asimetría de capacidades entre ambos países (...) "Israel" tiene una ventaja espectacular en capacidades aéreas gracias a sus avanzados aviones furtivos F-15 y F-35. Pero, sobre todo, "Israel" tiene una ventaja singular según informes de la prensa extranjera: Posee un arsenal nuclear, mientras que Irán actualmente sólo aspira a conseguir uno".
Y, si "Israel" muestra incapacidad de destruir el proyecto nuclear iraní por medio de la utilización de armamento convencional, entonces puede que no le quede más remedio que recurrir a sus capacidades no convencionales, escribe Morris.
Detrás hay otra dinámica: Cuando Netanyahu, con toda bravura, da la bienvenida a una guerra de siete frentes, Occidente presume -en el mejor de los casos- una absoluta temeridad por su parte. O una locura. Sin embargo, los planes para una nueva y definitiva Nakba, el desplazamiento de la población palestina y árabe de la "Tierra de Israel", circulan desde hace muchos años.
Es más probable que Netanyahu y sus aliados vean aquí una oportunidad (es decir, un Biden maleable) y un Washington distraído para convencer a Estados Unidos de que se una a "Israel" en una guerra más amplia contra Hizbullah, e incluso contra Irán (aunque Washington no lo querrá).
Los israelíes tienen descaro, pero no son estúpidos. Despacio, despacio catchee mono, como dice el refrán. "Israel" ya tiene a la Casa Blanca comprometida a apoyar una operación militar israelí contra Hizbullah.
Una ayuda adicional a Netanyahu en esta empresa es que Occidente presume automáticamente que las fuerzas israelíes subestiman las capacidades militares y de misiles de Hizbullah. Como le preocupa a The Economist, "incluso si los destructores estadounidenses en alta mar eliminaran los misiles más grandes, los sistemas defensivos de "Israel" quedarían desbordados en algunos lugares, lo que provocaría un gran número de bajas -algunas estimaciones sugieren decenas de miles".
"Si Israel no puede detener los misiles de Hizbullah antes de que sean lanzados, los objetivos de "Israel", escribe Yitzhak Gershon, quien fue comandante adjunto del mando norte israeli en los últimos meses, serán "destruir el Estado de Líbano hasta sus cimientos". Gaza parecería "el paraíso en comparación", añade ...".
Naturalmente, cualquier escenario como el descrito aterroriza a Occidente, que sentiría la obligación de intervenir, aunque sólo fuera para contener la maquinaria bélica israelí, plausiblemente para evitar que Medio Oriente quede reducido a escombros. Netanyahu y otros aprovecharán estos temores. Cuanto más actúe Estados Unidos ante el riesgo de la impulsividad israelí, más subirá Washington otro peldaño en la "escalera de la escalada"... como estaba previsto.
¿Habrá guerra? "Israel" está encajonado, sin soluciones a la vista. ¿Cuánto tiempo puede mantenerse un paréntesis? Hamas sigue firme, rearmándose y reclutando; Hizbullah humilló a las fuerasisraelíes en el norte, Cisjordania arde en llamas... y los próximos dos meses antes del otoño son el momento en que los cielos están despejados y son los más adecuados para las operaciones aéreas.
Así, llega la época de imponderables. La guerra nunca se desarrolla según lo previsto.