Después del misil yemenita...una lectura de las tendencias israelíes hacia los frentes de Resistencia
"Israel" se enfrenta a varios frentes de batalla sin desarrollar una estrategia o plan, debido al estrepitoso shock del 7 de octubre, que le hizo perder el equilibrio, y aún no lo recupera, a casi un año de iniciada la guerra de aniquilación contra Gaza.
Muchos círculos israelíes y occidentales coinciden en que “Israel” carece de visión y objetivos estratégicos después del 7 de octubre, y con la guerra en la Franja de Gaza y la confrontación con los frentes de Resistencia dentro y fuera de Palestina, parece estar librando una guerra que no tiene fin ni horizonte, en la cual agota su posición económica y política, por un lado, y no logra sus objetivos, por el otro.
También es evidente el fracaso israelí en recuperar a los prisioneros mediante una política de presión militar y de obstrucción de vías de negociación, las cuales estuvieron cercanas a un acuerdo, cuando la Resistencia acogió en julio la propuesta Biden/Netanyahu, pero este último se retiró de ella y perdió la oportunidad de recuperar a los rehenes.
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Mientras "Israel" está atrapado en los frentes de Gaza y Líbano, y en estado de anticipación y alerta por la esperada respuesta iraní, fue sorprendido por el misil yemenita el domingo por la mañana y por el fracaso de las defensas aéreas israelíes y occidentales a la hora de interceptarlo.
Este proyectil hipersónico se produce, según el anuncio yemenita, como una primera respuesta al bombardeo del puerto de Hodeidah, y en apoyo al pueblo palestino y a su valiente resistencia.
"Israel" se encuentra ante un dilema: ¿aceptará una nueva fórmula estadounidense para acordar un alto el fuego y un acuerdo de intercambio de prisioneros en Gaza? La vacilación israelí se reflejó en la tendencia estadounidense a presentar la propuesta por miedo a que ambos lados la rechazaran, o uno de ellos, lo cual podría conducir a la retirada estadounidense de la "mediación", al menos hasta las próximas elecciones estadounidenses.
Pero lo más probable es que la administración estadounidense no tenga intención de retirarse y prefiera el estancamiento actual al colapso total. Por eso sigue una política de crear una atmósfera de optimismo en los medios de comunicación y mantiene el proceso de negociación hasta que haya una oportunidad de restablecer el impulso de las negociaciones y examinar la verdad.
La posición israelí ante la confrontación en curso no se limita sólo al frente de Gaza, sino también hacia varios frentes. La administración estadounidense se ha dado cuenta de que la ausencia de una estrategia israelí y el ahogamiento en interminables enfrentamientos militares constituyen un peligro real para “Israel” y para los intereses vitales estadounidenses en la región y el mundo.
El misil yemenita revela la verdad sobre los temores estadounidenses que los actuales dirigentes israelíes tal vez no se den cuenta. La región está al borde de una guerra regional amplia y devastadora.
Sin embargo, la responsabilidad no recae únicamente en “Israel”: corre también a cargo de la administración estadounidense, que apuesta a que “Israel” pueda subyugar a los palestinos en Gaza como resultado de una guerra criminal sin precedentes en la historia humana moderna, y le han proporcionado todos los medios de poder militar para intentarlo.
Sin embargo, ante la legendaria firmeza palestina, la maquinaria militar israelí excedió todos los límites de la criminalidad, y crece el temor de que los intereses estadounidenses quedaran expuestos a peligro si estallaba una guerra regional, a la luz del estado de incertidumbre israelí, y por tanto la sociedad, en los niveles de liderazgo y público, presionará a la administración estadounidense, si gana la candidata del Partido Demócrata, Kamala Harris, para que ordene a su aliado “fallido” que acepte el cese de la guerra y el acuerdo de intercambio, y si gana el candidato republicano Donald Trump, puede darle una oportunidad a su aliado Bibi Netanyahu hasta que ingrese a la Casa Blanca en enero de 2025.
"Israel" parece más confuso en sus políticas y enfoques hacia el enfrentamiento con todos los frentes de resistencia, ya que es incapaz de lograr una decisión militar o lograr lo que Netanyahu llamó una victoria absoluta a nivel del frente de Gaza, puesto que sus prisioneros todavía están en el frente y se mantiene el control de la Resistencia, que no abandonó las líneas generales para detener la guerra y llegar a un acuerdo, lo cual significa el fracaso de “Israel” en subyugarla mediante la política de presión militar adoptada por los militares y políticos israelíes.
Sin embargo, los cálculos políticos y partidistas de Netanyahu y sus intereses personales lo empujan a rechazar las recomendaciones y direcciones de los niveles profesionales, especialmente el ejército. Su deseo de que Trump gane y no le dé a Harris puntos electorales si anuncia el cese de la guerra antes de las elecciones estadounidenses, le empuja a adoptar una política de presión militar en Gaza.
A nivel de la Cisjordania ocupada, el temor israelí es una explosión generalizada y el estallido de una tercera intifada, que repetirá las escenas de operaciones guerrilleras dentro de los territorios ocupados en el interior palestino, lo que requerirá más fuerzas sobre el terreno.
La confrontación abierta en Gaza y el desgaste en el frente libanés perjudicarán la capacidad de las fuerzas israelíes para afrontar diversos desafíos, especialmente a la luz de la operación “Cruce de Al Karama” y los peligros potenciales con la frontera jordana, ya sea en términos de repetición de operaciones en Jordania o la debilidad israelí para controlar la frontera e impedir la entrada de armas a los combatientes en la Cisjordania ocupada.
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Las recientes declaraciones de Netanyahu sobre la ampliación de las operaciones militares en el frente libanés no reflejan necesariamente la claridad de la posición israelí en su dimensión estratégica. Más bien pueden reflejar el deseo de Netanyahu de buscar medios para prolongar la guerra.
Sin embargo, su política contradice el enfoque del establishment de seguridad, que quiere poner fin a la guerra en Gaza y avanzar hacia la reducción de la confrontación y la escalada en el frente libanés y otros frentes; en preparación para lograr un acuerdo que recupere a los colonos desplazados del norte, hasta que se eleve el nivel de preparación del ejército, erosionado por la confrontación en Gaza y el Líbano, y luego redibujar la estrategia israelí alejándola de los cálculos políticos.
La política israelí hacia la República Islámica de Irán está lejos de ser coherente. Después del ataque de abril, “Israel” se da cuenta de que se ha vuelto vulnerable a los ataques iraníes directos y que la respuesta iraní al asesinato de Ismail Haniyeh llegará, pero “Israel” no conoce el tamaño y la naturaleza de la próxima respuesta.
Se teme que Irán esté esperando la salida de más fuerzas y portaaviones estadounidenses que han atracado en la región, especialmente después de la reciente salida del portaaviones Roosevelt. Así lo reconoce el liderazgo iraní, que cree que la presencia permanente de fuerzas estadounidenses con su gran tamaño y calidad es difícil, y el dilema estratégico de "Israel" permanece, y cree que ahora es mayor. pues teme también un acercamiento y una cooperación sin precedentes entre Rusia e Irán, concretamente en el ámbito militar.
Después del 7 de octubre, "Israel" se enfrenta a varios frentes sin estrategia y plan, debido al sonoro shock que le hizo perder el equilibrio. A casi un año de iniciada la guerra genocida en Gaza, "Israel" no ha logrado recuperar el equilibrio, a pesar de las amplias presiones estadounidenses.
Sin embargo, el apoyo occidental y el desprecio del mundo por los crímenes cometidos por “Israel” con la esperanza de quebrantar la voluntad palestina y desvincularse de los frentes de Resistencia dentro y fuera de Palestina, la ausencia de una estrategia israelí hacia la confrontación en curso es lo que le hace sentirse seguro. Los aliados temen más por el futuro del conflicto en la región y el destino desconocido de las repercusiones si la región cae en una guerra regional amplia, y ciertamente, hay temor en Occidente por su aliado estratégico, "Israel".