El norte de Cisjordania y el terror de los "campamentos de verano"
El batallón de las Brigadas de Al-Quds, en el norte de Cisjordania, prometió transformar la ofensiva a los "campamentos de verano", como suele llamarles la ocupación israelí, en el "terror de los campamentos" y lo logró.
El término israelí "campamentos de verano", utilizado para describir la mayor incursión israelí en el norte de Cisjordania en dos décadas, resultó ser exageradamente ridículo, incluso cuando la ofensiva fue reanudada hoy en Tulkarem y otras zonas.
"Israel" presentó este término como si fuera un simple campamento de verano de entrenamiento y descanso, aunque para ello movilizaron 23 batallones militares, incluidas fuerzas especiales de élite apoyadas por la aviación en todo momento.
La absurda naturaleza de este término quedó expuesta desde el inicio de la operación, junto con la intensidad de la cobertura mediática israelí, lo cual refleja el nivel de emoción suscitado.
Esto, a pesar de los éxitos puntuales en los primeros días, como los asesinatos selectivos o la profunda expansión, fue limitada a algunas áreas del norte de Cisjordania, específicamente en Yenín, Tulkarem y Tubas.
Aquí está el barrio de Al-Damj y Al-Jabariyat, y allá están Al-Marbaa y Al-Manshiyyeh. Estos nombres locales dejaron grabada la impotencia israelí, aunque hayan traído a sus alrededores equipos mediáticos israelíes para promocionar la imagen de un restaurante de shawarma, donde intentaron mostrar a los soldados como si estuvieran en un campamento de descanso.
Sin embargo, el batallón de las Brigadas de Al-Quds en el norte de Cisjordania, prometió transformar los "campamentos de verano" de la incursión en el "terror de los campamentos".
¿Logró hacerlo? ¿Por qué reanudó la operación? ¿Cuál es el papel de la Autoridad Palestina y sus fuerzas de seguridad en este asunto? ¿Es posible aplicar la propuesta de Ben Gvir para restringir el movimiento de los palestinos en las áreas de la Zona C en Cisjordania?
El desafío surgió entre los "campamentos de verano" y el terror de su batallón.
La continuidad de la operación israelí durante diez días seguidos en Yenín, y días intermitentes en Tulkarem y el campamento de refugiados de Al-Faraa, refleja la realidad del éxito que la misión logró para “Israel”.
Mientras tanto, el Batallón de Yenín logró organizar una exhibición militar con la participación de decenas de sus elementos y conmemoró a los mártires de los enfrentamientos en la plaza del campamento de refugiados, apenas un día después que Netanyahu declarara que su ejército había derrotado a los "terroristas" en el norte de Cisjordania, lo cual volvió a plantear la pregunta en “Israel” a través de una oleada de incitación mediática desenfrenada contra Yenín y toda Cisjordania.
Las tácticas de ataque israelíes, respaldadas por todo tipo de armamento y diversas agencias de seguridad, desordenaron el campo de batalla. Lograron dispersar parte de la energía de los jóvenes combatientes de la resistencia palestina, y reflejó su capacidad para asesinar a varios grupos de jóvenes en los campamentos de Yenín, Tulkarem, Nur Shams, Al-Faraa, así como en Tubas, Sir, Zababdeh y Al-Sila Al-Harithiya, por medio del empleo de la aviación, además de matar a varios ciudadanos palestinos desarmados, entre ellos un anciano en Yenín, una joven en Kafr Dan y un niño en Al-Yamun.
También destruyeron algunas viviendas sin justificación de seguridad. En cuanto a los arrestos, no hubo logros significativos, además de la ruina sistemática de la infraestructura, que en la ciudad de Yenín afectó a una extensión de 25 kilómetros.
La operación israelí, con su rapidez, la intensidad del fuego y la extensión de su presencia en los campamentos, ciudades e incluso zonas rurales, dio una impresión engañosa de control y dominio, una sensación inculcada entre la gente común.
Mientras tanto, el desempeño del batallón palestino, junto con otras fuerzas de resistencia y decenas de ciudadanos no alineados, fue centrado en detonar explosivos caseros previamente instalados, o quizás algunos de ellos fueron colocados durante los días de enfrentamiento.
Las calles, arrasadas durante los primeros días de la operación, facilitaron y aceleraron la instalación de estos artefactos. También colocaron emboscadas en los callejones y barrios con explosivos.
“Israel” intentó promocionar el éxito de su operación mediante los asesinatos selectivos de 14 jóvenes miembros de la resistencia, el más destacado de ellos el comandante del Batallón de Tulkarem, Abu Shujaa, y por haber penetrado en lo profundo de los campamentos.
Sin duda, esto fue un éxito para la seguridad israelí, la cual aprovechó errores tácticos cometidos por los jóvenes combatientes, lo cual facilitó su eliminación, es especial en lo que respecta al uso descuidado de teléfonos móviles.
No obstante, la operación israelí perdió el brillo de su éxito ante la capacidad de la resistencia palestina para adoptar tácticas de campo incluso después del fin de la primera ola de ataques, derivada en incursiones continuas en los márgenes hasta ahora. Las tácticas más destacadas fueron:
1. Mantener la detonación de explosivos contra vehículos israelíes de todo tipo a lo largo de los ataques, a pesar de los intentos de las fuerzas de la Autoridad Palestina de retirar algunos explosivos con excusas poco convincentes.
Esto llevó a un enfrentamiento en la entrada del campamento de Yenín entre estas fuerzas y la resistencia palestina.
El éxito de mantener el ritmo de las explosiones durante diez días consecutivos, incluido el último cerca de la rotonda de Al-Hamama, donde algunas partes del vehículo israelí permanecieron en el lugar, junto con videos de blindados dañados siendo remolcados, y otros que volcaron y no pudieron ser rescatados sin esfuerzos extraordinarios, resultó en una pérdida considerable del significado de las operaciones israelíes, tanto en términos de seguridad como psicológicos.
2. El éxito de siete emboscadas cualitativas, las cuales provocaron bajas entre los soldados israelíes y quedaron reflejados en videos grabados durante los enfrentamientos, donde se escuchaban los gritos de los uniformados.
El “ejército” israelí solo reconoció una emboscada central en el barrio de Al-Damj, en el extremo superior del campamento de Yenín, porque allí tuvieron que utilizar varios aviones, incluidos grandes, para evacuar a los heridos, y por supuesto el número de bajas fue mayor de lo informado, en especial después de la captura de imágenes sobre el traslado de un soldado muerto, un hecho imposible de ocultar.
3. La resistencia palestina, especialmente el batallón de Yenín, logró mantener su liderazgo, cuya estructura principal no sufrió daños, como puede verse en la naturaleza de los comunicados emitidos durante y después de los enfrentamientos hasta la fecha.
Estos mensajes fueron responsables y precisos, según el seguimiento de los medios, y carecieron de retórica populista.
4. El éxito de algunas operaciones cualitativas en el sur de Cisjordania, especialmente el asesinato de tres policías israelíes, la explosión de un coche bomba y un ataque paralelo contra dos asentamientos cercanos a Hebrón.
5. El batallón organizó una demostración de poder armado juvenil en la plaza de conmemoración de los mártires, precedido y acompañado por el apoyo a la comunidad local afectada por los enfrentamientos, lo cual mostró una gran motivación psicológica que la operación israelí intentó sofocar a través de su desempeño, exitoso en ciertos aspectos.
Los campamentos del norte de Cisjordania están en el ojo de la tormenta, a pesar de los tropiezos en los planes israelíes, centrados en reactivar los asentamientos evacuados hace dos décadas en Homesh, Janin y Avitar, que suman un total de nueve.
Esta es una decisión tomada por la coalición de derecha gobernante israelí hace tres años, y parece estar vinculada a la finalidad de desalojar los campamentos del norte de Cisjordania, especialmente los de Yenín y Nur Shams.
El ministro israelí de Relaciones Exteriores exigió de manera abierta ese desalojo, y ello plantea la pregunta sobre la responsabilidad política y colectiva de las fuerzas palestinas en Cisjordania, incluida la Autoridad Palestina, ante un peligro tan grande y cercano.
Asimismo, quedó demostrado de manera concluyente que la fuerza de los campamentos, personificada en la valentía de su batallón, es el principal obstáculo para la reactivación de los asentamientos.
¿Serán conscientes de esto los defensores del acuerdo de paz o lo ignorarán de forma delibera?