Cuba, la lista y la paz
El autor analiza el papel de Cuba como garante de Paz para Colombia, las maniobras del gobierno de Iván Duque, el uribismo y el ex presiente estadounidense Donald Trump para incluir a la Isla en la lista de patrocinadores del terrorismo.
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Cuba, la lista y la paz
Anthony Blinken viajó a Colombia. El imperio necesita evitar que su mejor aliado en la zona se descarríe.
El nuevo presidente, Guatavo Petro, lo recibió y el Secretario de Estado yanqui debió comprender que trató con un estadista fuera de lo común.
Tal es así que el mandatario sudamericano, en privado y en público, pidió que se "corrigiera una injusticia": la inclusión de Cuba en la lista de "países patrocinadores del terrorismo".
Ser parte de esta lista unilateral e ilegítima implica serias consecuencias económicas para el pueblo cubano, que ya sufre un cruel bloqueo agravado por otras 243 medidas de asfixia económica implementadas por el ex presidente Donald Trump.
Colombia necesita la paz, y los que por ella luchan saben que Cuba siempre ha sido un aliado serio, discreto y efectivo.
Sin embargo, el uribismo y en especial el entonces presidente Iván Duque, ayudaron a Trump y a la mafia anticubana asentada en la Florida a crear los argumentos que facilitaran la inclusión en la mencionada lista.
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La oportunidad
La derrota en las urnas del uribismo y la emergencia por primera vez en la historia de un gobierno de izquierda en Colombia, abren una oportunidad excepcional para la paz completa, efectiva y con justicia social en ese país.
De lograrse algo así, el proyecto político que lidera Gustavo Petro se consolidaría en el imaginario nacional e internacional como el que logró la ansiada paz y la estabilidad de la nación suramericana, meta que no está muy claro si Estados Unidos desea, teniendo en cuenta, entre otros aspectos geopolíticos, que el nuevo mandatario colombiano aboga por una política antidrogas distinta a la que le ha servido a Washington para acrecentar su presencia militar en ese país y en la zona.
Y en esa construcción de paz, la presencia activa de Cuba no encaja en el diseño hostil que para la Isla tiene la actual administración estadounidense. La respuesta de Blinken a la solicitud de Petro lo corrobora: Cuba seguirá en la lista.
Antes que el Presidente, importantes sectores intelectuales, académicos, culturales y religiosos colombianos, incluyendo más de 80 congresistas, exigieron a Estados Unidos sacar a la isla antillana de la espuria lista, lo que confirma el reconocimiento que tiene como promotora de la paz y no de la guerra, mucho menos del terrorismo.
Por lo pronto, Cuba seguirá en un ilegítimo listado, sufriendo los consecuentes efectos económicos de tan grosera injusticia.
No obstante, el compromiso con la paz de Colombia es y será inalterable, lo cual es muestra fehaciente de la hidalguía de la política exterior de la Revolución cubana.
Junto a los colombianos, noruegos y venezolanos trabajarán los diplomáticos de la Isla con transparencia y discreción para que la paz sea una realidad.
Y desde el Norte del continente la mirada seguirá aguzada para continuar el hostigamiento contra Cuba y de paso evitar cualquier cambio que altere en demasía su "patio trasero".