El sionismo es peor que el nazismo
El sionismo es una mutación europea del nazismo, pero peor, véanlo en la normalización del miedo que los habita.
Desde la niñez.
El hecho de haber impuesto en 1948 ese régimen colonial denominado “Israel” en Palestina, los convirtió en peor que los Nazis.
Desde muy niña, sentía y veía al sionismo como algo peor que el horror Nazi. Veía las películas en la tele y fotografías en los libros de la biblioteca de mi escuela primaria y secundaria, respecto al Holocausto europeo contra sus propios hermanos europeos de religión judía.
Veía el dolor, el sufrimiento, la crueldad Nazi contra los europeos de religión judía, pero al mismo tiempo me encontraba perturbada, espantada y herida, ¿por qué los judíos ahora hacen lo mismo con nosotros los palestinos?
Me encontraba en otra dimensión de la tristeza y el dolor. Esa herida también la padecían otros niños árabes. No en vano, hoy ese régimen colonial se encuentra ávido de asesinar a los niños… Maten a los niños colonizadores sionistas…
Intelectuales y no intelectuales, yo antes de saber leer, antes de mi alfabeto, ya yo sabía que los sionistas eran y son peor que los Nazis. Y es que esto lo sentía debido al hecho mismo de haberse creado ese colonialismo denominado “Israel”. Eso los confinó y catapultó a toda maldad e inhumanidad.
Estudiosos, nací escuchando los testimonios y gemidos de mis padres sobrevivientes de Al Nakba. Toda mi familia fue víctima de Al Nakba y posteriormente parte de ella fue víctima de Al Naksa. Actualmente tengo familiares en Gaza. Nací escuchando los relatos de los hombres y mujeres árabes del Líbano y Siria traumatizados y espantados por el horror sionista.
Expertos, mi madre campesina palestina huyó del horror y espanto, hoy la cubre el polvo de tierras lejanas de Palestina, en mi adorada Venezuela. Ella quedó atrapada en los nervios, detesté sus nervios de los que algo heredé y no te lo agradezco, mi más amada, Fauziah Khalil.
Desde el universo de mi niñez yo me decía: los confesantes de la religión judía debían ser las personas más nobles ya que habían sufrido mucho. Que las personas de la religión judía debían ser las más generosas porque habían sufrido mucho. Desde mi niñez yo me imaginaba que los judíos debían ser la gente más buena, más bondadosa y la más justa porque habían sufrido mucho. Desde la niñez.
El sionismo secuestró todo lo posiblemente noble.
Le decía a mi padre: Yavah ellos son peor que Hitler, en realidad todos desde la dolencia y herida decíamos eso; sin embargo, no lo podíamos decir al resto de la gente ya que no solo era incompresible, sino que era visto como algo negativo. Eso fue también otra dificultad, otro lamento. Les decía a unos niños del colegio que los judíos (sionistas) estaban matando a los palestinos y los niños me decían: es que ustedes son malos, ustedes los árabes odian a los judíos, yo les respondía de que eso no era verdad y no sabía qué más responder, cosa que me entristecía y a veces me ponía a llorar, era un amparo aquel solitario llanto de la niñez. Cuán politizada puede estar el alma de una niña, es el alma del amor, y como ya muchos lo han explicado que la política es la expresión más pura de amor. Maten a niños en Gaza sionistas colonizadores.
Una vez, mi madre se encontraba rezando (en esa época casi nadie rezaba) y yo escucho que ella dice: Beni “Israel”, yo no pude entender y molesta le pregunté ¿por qué tú dices “Israel”?, ella no me respondía, continuaba su rezo y yo insistía y mi papá vio esa escena y me gritó muy molesto, ya yo sabía que me iba a pegar, yo podía correr, pero eso era peor ya que era una desobediencia grave. Me pegó y en medio de la paliza yo le dije que ella dijo “Israel”. Él me dijo, nunca se interrumpe el rezo. Mi mamá al terminar su rezo salta como un demonio y se incorporó también a pegarme, por haber interrumpido su rezo. Los dos me pegaron, no me escucharon ni me explicaron lo de “Israel”.
Me fui a llorar a la mueblería del tío Samir, un libanés y me metí debajo de una cama que era para la venta (solía meterme debajo de las camas). Me puse a llorar, pero más que por la paliza, lloraba porque no entendía a mis padres y al mismo tiempo los condené en mi tribunal: ¿por qué mi mamá dice “Israel”?, ellos nos están matando. Debajo de la cama, donde a veces estaba un gato, en ese refugio infantil y en mi llanto yo tenía omnipresente que los sionistas eran peor que Hitler.
El tío Samir me vio y me dijo: vente, sal de allí y me preguntó por qué lloraba y le dije que mi papá y mi mamá eran malos, no debí decirle eso, debido a que él se molestó, me dijo: decir eso es haram (pecado). Yo me dije: el tío Samir me va a pegar también. Inmediatamente le dije que mi mamá estaba rezando y dijo “Israel” (yo estaba acusando a mis padres de traidores), él se puso a reír, yo dije: me salvé, no me va a pegar; pero quedé más confundida, y le dije que “Israel” nos está matando, él me respondió: Dios los va a castigar.
En San Félix, mi amada ciudad natal (San Félix es un nombre colonial, debería llamarse Chirica), en el Estado Bolívar, Venezuela. Esa ciudad fabril, el dormitorio de la clase obrera de las empresas básicas de Ciudad Guayana. En sus muy humildes barrios, de templetes donde corría algo de droga y alcohol, en grandes líneas no eran la recreación urbana cultural. Mi mamá no nos permitía ir a esos lugares. En contraste pululaban efervescentes cultos evangélicos en las calles. Eran gente buena, de valores, desde su humildad bien vestidos, decentes, disciplinados. Muchas personas que se encontraban en el infierno de las drogas se salvaron al abrazar el evangelio. Muchas mujeres salieron de la prostitución a través del evangelio. Nuestros padres muy cuidadosos que sus hijos no cayeran en las drogas, no recuerdo a ningún hijo o hija de evangélicos en el consumo de las drogas. Yo me acercaba a esos cultos y a veces adoraban a “Israel” y eso me afectaba y quería hablar con ellos para decirles que “Israel” estaba matando a los palestinos, que nos quitaron nuestra tierra.
Una vez le dije a mi maestra del colegio que los judíos (sionistas) eran peor que Hitler. Ella se escandalizó y alarmada fue y le dijo a mi papá: Mohamed, Susana me dijo que los judíos son peor que Hitler, mi padre le respondió, sí los sionistas son peor que los Nazis. Mi padre le explicó que tuvo que huir de Palestina y ella sin dejar que él terminara le respondió que eso es “Israel”, que eso estaba escrito en la Biblia. Mi papá le dijo: gritando iracundo que esos europeos no tienen nada que ver con el “Israel” de la Biblia, todo eso son los criminales malditos británicos y Estados Unidos. La discusión fue larga y yo agarraba palco, al escuchar.
Desde la niñez yo me decía los judíos (en esa época no decían sionistas), son peores que Hitler, repito, por el hecho mismo de haber creado, fabricado ese “Estado” de “Israel”.
Hoy ante la matanza de niños palestinos, recurro a mi niñez y recojo de esa pureza infantil, que los sionistas son peor que los nazis. Ese colonialismo nunca debió ser creado. Busco amparo en mi infancia huyendo de tanta alienación intelectual de elegante cobardía que fortalece al sionismo.
El hecho mismo de crear esa entidad colonial en Palestina, ya per se convirtió y convierte al sionismo en algo peor que el nazismo.
El sionismo es una mutación europea del nazismo, pero peor, véanlo en la normalización del miedo que los habita. Ese régimen colonial nunca debió ser creado y hoy aunque existan propalestinos, casi no existen los que se atreven a decir fin de la existencia de ese régimen colonial. Es allí donde está la justicia y la liberación de nuestro tiempo histórico.