En momentos históricos impregnados de orgullo y dignidad, los libaneses, tras más de dos meses de agresión israelí, fueron testigos de una escena imponente, llena de triunfo y resistencia: el retorno de los desplazados a sus hogares en el sur, la Bekaa y el suburbio sur, regiones que enfrentaron los desafíos más arduos y severos, pero que no sucumbieron ante el embate de los bombardeos y la ocupación israelí.

Con la entrada en vigor del acuerdo de alto el fuego, caravanas de regresados comenzaron a llenar las carreteras, acompañadas de banderas de la resistencia, símbolos de victoria y un ferviente anhelo de volver a las zonas de las que fueron expulsados por la agresión. Este retorno no fue simplemente un momento pasajero, sino la realización de las promesas del mártir del Islam y de la humanidad, el Sayyed Hasan Nasrallah (que Dios lo tenga en su gloria), cuando dijo con total confianza y seguridad: "Volverán a sus hogares con la frente en alto". Y así fue: los libaneses regresaron, llevando consigo el sentimiento de una gran victoria.

Una promesa cumplida con determinación y sacrificios

Algunos podrían preguntarse cuál fue el secreto detrás de esta victoria. ¿Por qué los libaneses estuvieron en el centro de este triunfo? ¿Por qué su regreso conmovió a tantos observadores que apoyan a la resistencia fuera del Líbano, especialmente a los yemenitas? La respuesta radica en la histórica relación entre la resistencia libanesa y su pueblo, que ha demostrado una profunda conexión con la tierra y un apego inquebrantable a pesar de todas las adversidades. Este cuadro, cargado de significados, no fue una sorpresa para la mayoría de los yemenitas.

En esos momentos, la mayoría de los yemenitas  sintieron como si estuvieran viviendo la victoria junto a los libaneses, como si ellos mismos regresaran a sus hogares tras el desplazamiento y la destrucción. Los yemenitas  han compartido en sus corazones un anhelo común por la resistencia y la victoria, ya sea en el Líbano o en Palestina.

El espíritu de resistencia: entre Líbano y Yemen

El Líbano siempre ha sido un referente para los yemenitas, no solo por las causas compartidas entre ambos pueblos, sino también por el papel heroico que ha desempeñado Hizbullah en la resistencia contra el enemigo israelí. Esta resistencia no fue simplemente una reacción militar defensiva u ofensiva, sino la manifestación de una postura fundamental y firme en apoyo a Gaza y, más tarde, en la defensa de la tierra, la dignidad y la lucha contra la ocupación.

Esto no habría sido posible sin los enormes sacrificios realizados por Hizbullah  y sus seguidores, que permanecieron firmes frente a los bombardeos y la destrucción, imponiendo y consolidando nuevas ecuaciones de manera destacada. Se afianzaron en su tierra como las montañas Saffi, las alturas de Rehan y la región de Iqlim al-Tuffah, demostrando una fuerza y una resistencia inigualables ante la maquinaria bélica de la agresión israelí.

La victoria de Hizbullah como un hito para la nación

Lo logrado por Hizbullah  en el Líbano no fue únicamente una victoria sobre “Israel”, sino también sobre los ejes de dominación estadounidense e israelí, e incluso sobre la OTAN en su totalidad, dado que todas estas fuerzas intentaron someter a Hizbullah  e imponer condiciones de rendición sin éxito.

La Resistencia triunfó. Esta victoria, coronada por el acuerdo de alto al fuego, fue el resultado de una firmeza que superó todas las expectativas.

No hubo la más mínima aceptación ni respuesta a las campañas de rendición que el enemigo intentó imponer.

Por el contrario, Hizbullah insistió en imponer sus condiciones, preservando la soberanía del Líbano, la dignidad de su pueblo y los logros de la Resistencia acumulados durante más de dos décadas.

Esta inquebrantable determinación de la resistencia y su activa presencia en el terreno obligaron al enemigo israelí, junto con sus aliados, a negociar indirectamente y aceptar un alto el fuego que reflejaba una victoria estratégica para todas las partes resistentes sin necesidad de claudicar, como lo subrayó repetidamente el secretario general adjunto de Hizbullah, el Sheikh Naim Qassem.

Líbano y la resistencia: un nuevo triunfo y un modelo a seguir

Lo que distinguió esta victoria fue que la resistencia libanesa no estaba sola en el campo de batalla. El pueblo libanés fue el verdadero socio en la construcción de esta victoria con su paciencia, su resistencia y su apoyo a la resistencia. Los libaneses en todas las regiones, a pesar de la destrucción que sufrieron, se mantuvieron arraigados en su tierra, confiando en su fuerza interna y en el respaldo de la Resistencia.

Esta gran firmeza permitió su retorno a los hogares con honor y dignidad, haciendo que esta escena histórica de retorno fuera especialmente conmovedora para los yemenitas , quienes ven en el Líbano un modelo de resistencia que no cede ni se rinde.

Los yemenitas, siempre comprometidos: apoyo incondicional a Palestina y al Líbano

Mientras el Líbano celebra esta victoria, los yemenitas permanecen fieles a su compromiso con la resistencia en el Líbano y con la causa palestina. Como siempre, se posicionan del lado de la justicia, apoyando a la resistencia contra los enemigos de la nación, creyendo firmemente que el conflicto con el enemigo sionista es inevitable y terminará con la desaparición de esta entidad temporal, por voluntad de Dios y de los pueblos libres y resistentes.

Yemen seguirá siendo un firme defensor de la resistencia en el Líbano y no cesará su solidaridad con Palestina hasta que se logre la victoria completa y cese la maquinaria de agresión israelí contra Gaza y el pueblo palestino.

En definitiva, la escena del regreso de los desplazados a sus hogares en el Líbano no representa solo el final de una ronda de conflicto, sino el comienzo de un nuevo capítulo de victoria y liberación, no solo para el Líbano, sino para toda la nación árabe e islámica. Hizbullah sigue enarbolando la bandera de la libertad y la independencia, logrando victorias continuamente. Quien cree que la justicia no muere, creerá también que un pueblo resistente no será derrotado, ni en el Líbano, ni en Palestina, ni en ninguno de los países del Eje de Lucha y Resistencia.