Irán y Palestina construyen la tumba del nazisionismo
Ahora es el turno de Irán y Palestina, más todo el Eje de la Resistencia, que están construyendo con enorme sacrificio, y los dolores consabidos, la tumba definitiva del imperialismo y el sionismo.
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Irán y Palestina construyen la tumba del nazisionismo
Era francamente ineludible para los Estados Unidos que finalmente ese país se subiera con todo a la declaración de guerra sionista contra la República Islámica de Irán. ¿Por qué razón? Simplemente porque son parte de un mismo cuerpo en el cual la dirección de ambos países está en manos de lobby judío representado por el Consejo Judío Mundial, con sede permanente en Washington.
Son ellos los que deciden cuando es la ocasión para que uno u otro emprendan ataques, pasando, como en el caso de Washington, por encima de cualquier tipo de legalidad, incluso la meramente formal del Parlamento norteamericano, que en realidad es el que debe dar la autorización para que un perro rabioso como Trump haga lo que hizo por estas horas.
Pero más allá de estas formalidades inocuas, como también lo son las resoluciones de esa entidad inexistente llamada ONU, lo cierto es que en esta ocasión, el taimado Trump, que creyó haber engañado a todo el mundo con que se iba a tomar un par de semanas para decidir si atacaba o no, tuvo que mostrarle lealtad a la casa matriz sionista (por más multimillonario que sea, él también se arrodilla ante los pupilos de Theodoro Herzl) puesto que a "Tel Aviv" se le están acabando los insumos interruptores de misiles, y era necesario que alguien más se sumara a la idea de destruir a la nación islámica.
De hecho, el genocida Netanyahu se lo había planteado a Trump en tono imperativo, hace 48 horas: "si siguen dilatando el ataque, todos nos vamos a ver en problemas". Y Trump obedeció, porque a diferencia de aquellos que sostienen que "Israel" es un peón de los yanquis, en realidad, casi siempre es a la inversa. Estos últimos actúan más como serviciales sostenedores de la logística de guerra de los sionistas, que como jefes pensantes de la estrategia bélica. De hecho, del ataque inicial de los terroristas sionistas contra Teherán, se enteraron al filo de la concreción del mismo. Claro que lo avalaron, pero no fueron ellos los que tomaron semejante decisión, que puso al propio Trump en una encrucijada.
Ahora bien, los temibles B-2 se dieron el gusto de bombardear las tres centrales más conocidas de Irán para el desarrollo nuclear con fines pacíficos, más allá de las mentiras montadas por la AIEA y ese lacayo argentino llamado Rafael Grossi. De ese accionar artero surgieron unos importantes cráteres en la tierra, aunque ninguno de los objetivos sufrió averías importantes. Pero, lo que no podían imaginarse el dúo de la muerte Netanyahu-Trump, es que la nación islámica respondiera como lo hizo, casi de inmediato, como había prometido el Líder Jamenei, y con una contundencia bélica de gran dimensión. "Tel Aviv" y Haifa que ya se han convertido en una especie de queso gruyere por los impactos de los misiles hipersónicos y los drones burladores del devaluado "escudo de hierro", mostraron, a pesar de la censura militar "israelí", imágenes impactantes: el principal aeropuerto del país, el Ben Gurión, con graves destrozos muy difíciles de solucionar a corto plazo, lo que aumentará la negativa de las líneas aéreas comerciales de aterrizar en el mismo. Pero además fueron alcanzados y destruidos, laboratorios biológicos, centros de armamento e incluso edificios residenciales donde se alojan funcionarios del régimen infanticida sionista.
Sin embargo, tienen razón los mandos del Cuerpo de los Guardianes de la Revolución cuando aseguran que Irán solo ha usado hasta ahora el cinco o 10 por ciento de su capacidad militar de respuesta. Hay más en lo que hace a elementos misilísticos inteligentes, y también, como ya se había anunciado, empiezan a mostrarse otros movimientos indispensables para que tanto USA como sus aliados europeos (patéticos felpudos del poder nazisionista) comiencen a darse cuenta que cuando se atraviesan todas las líneas rojas, después no hay que quejarse por las consecuencias de lo mal hecho.
El parlamento iraní ha resuelto que llegó la hora de bloquear el Estrecho de Ormuz, que como se sabe es el de mayor tránsito de buques petroleros del mundo, y si faltaba algo para arruinarles la soberbia triunfalista, el gobierno revolucionario de Yemen, atacará como lo viene haciendo hace meses a los buques de EE. UU o de otra nacionalidad que apoyen a la entidad sionista. A esto hay que sumar también el accionar de los países del Eje de la Resistencia, donde se cuenta con el compromiso de defender a Irán por parte de Hizbullah, las milicias iraquíes y como siempre la heroica resistencia armada palestina, desde Hamas hasta la más pequeña de las brigadas que pelean contra el invasor en Gaza o Cisjordania ocupada.
¿Que esto se parece a la tan anunciada Tercera Guerra Mundial? Es posible, pero lo cierto es que era sabido lo que Irán y su pueblo revolucionario representan en la región, y sin embargo, la prepotencia criminal de los terroristas de estado dirigidos por el sionismo, se mezcla con la voracidad típica del capitalismo, que en su afán de conseguir más poder (y por ende más riquezas) son voraces, crueles y de un nivel de criminalidad inimaginable. Ellos y sus cómplices no están acostumbrados a que, como diría el Che, a que se los enfrente "para hacerles pagar las injusticias cometidas". Son cobardes, psicópatas, brutales, pero esta vez, como ocurriera el 7 de octubre con el levantamiento del pueblo palestino, cometieron el gran desliz de creerse invencibles. Y porque no lo son, los "israelíes" se enteraron abruptamente que se les acabó la impunidad de asesinar miles de palestinos, la gran mayoría niños y niñas, mujeres, y el resto de una población desarmada. Ahora están probando esa letal "medicina" que ellos impusieron desde hace 76 años.
Frente a todos estos hechos, se hace cada vez más necesario que los pueblos del mundo, así como se vienen manifestando a favor de la liberación de Palestina, salgamos en defensa de la República Islámica de Irán, sin ningún tipo de regateos. Ellos y ellas, ese pueblo valiente y la dirección Revolucionaria, representan el muro de la dignidad que hay que oponerle a los señores de la guerra. Así como Cuba, Venezuela y Nicaragua son bastiones antiimperialistas en Abya Yala, ahora es el turno de Irán y Palestina, más todo el Eje de la Resistencia, que están construyendo con enorme sacrificio, y los dolores consabidos, la tumba definitiva del imperialismo y el sionismo. No entender esto desde la izquierda, sería un error que puede costar muy caro a futuro.