Una nueva y gran victoria de la Resistencia
Los que pronosticaban desde diversos sectores, que Palestina y sus luchadores capitularían, se equivocaron. Las fuerzas de la Resistencia actuaron con inteligencia y diplomacia, y obligaron a sentar en la mesa de negociaciones al propio presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
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Una nueva y gran victoria de la Resistencia
Dos años después de lo que fue uno de los más grandes desafíos (el Diluvio de Al-Aqsa) a un enemigo tan brutal como implacable, la Resistencia del pueblo palestino ha obtenido una nueva victoria. Lo ha logrado, a pesar de las decenas de miles de asesinados y asesinadas, de los miles de niños y niñas muertos o heridos de gravedad.
A pesar del etnocidio y el infanticidio, el pueblo palestino no duda en celebrar el alto al fuego y este triunfo contra un enemigo capaz de cometer las atrocidades más terribles.
Victoria es haber soportado el más brutal de los genocidios contemporáneos, sin abandonar su territorio. El suyo, el de toda la vida, el que los vio nacer, y un mal día recibir asombrados lo que fue aquella invasión de 1948, con métodos parecidos a los de octubre de 2023.
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Por eso no se equivocan las y los palestinos cuando afirman que la Naqba no se detuvo nunca, que la catástrofe ideada, puesta en marcha y acentuada en su perversidad por el sionismo, ha sido aplicada día a día, mes a mes, año a año. Pero una y otra vez, este pueblo invencible resucitó de entre las cenizas de sus viviendas arrasadas, de sus tragedias acumuladas, y pudo gritarle al mundo, como ahora, "no han podido lograr echarnos de nuestra tierra".
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Todas las predicciones de los invasores se fueron al garete. Las del criminal de guerra Benjamín Netanyahu, cuando le aseguró a su cómplice Joe Biden, que iba a destruir a Hamas y a todos sus aliados. El mandatario gringo, sumiso a los dictámenes del lobby judío norteamericano, le creyó y no dejó un instante de alimentar con dinero y armas las arcas de los genocidas.
También fracasaron las predicciones del alto mando militar sionista cuando, impulsados por la nueva llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, pergeñaron la idea de destruirlo todo, para poder convertir Gaza en un resort para judíos ricos. Para ello, imaginaron una masiva expulsión de toda la población palestina. "Primero los rociamos de plomo y los que quedan se irán solos", ironizó ese monstruo llamado Ben Gvir con su colega Smotrich.
🔴EL ALTO AL FUEGO EN GAZA ENTRA OFICIALMENTE EN VIGOR
— Al Mayadeen Español (@almayadeen_es) October 9, 2025
⭕️Tras dos años de genocidio israelí en Gaza y la firmeza de los palestinos y su resistencia, se ha alcanzado un alto el fuego en la Franja, que entró en vigor oficialmente a las 12 pm, hora de Jerusalén.
⭕️En esos dos… pic.twitter.com/sxpOhjrCXd
Apurado por concretar su fantasía de terror, el gobierno "israelí" buscó aliados para enviarles miles de palestinos a los que echarían por la fuerza. Primero, pensaron en Egipto, con la idea de arrojarlos en el Sinaí, luego en Sudán del Sur, y por último en algún país africano, satélite del imperio. Luego, al ver que todas las puertas se fueron cerrando, optaron por acentuar las continuas matanzas de población civil. Sobre todo, cuando se dieron cuenta que más allá del apoyo de Trump, muchos de los que fueron sus "amigos de toda la vida", comenzaron a poner distancia. No por repudiar sus métodos ni sus masacres, sino por puro oportunismo y cálculo de probabilidades de lo que pudiera ocurrir a futuro. La Unión Europea es el mejor ejemplo de esa táctica vergonzosa.
Todos ellos, en su impronta racista y decididamente fascistoide, creyeron que iban a poder con el pueblo palestino. No lo conocieron, no lo conocen. Siempre lo despreciaron. Los anglosajones sionistas porque siguen creyendo que son "el pueblo elegido" y por lo tanto, después de ellos, el resto son seres inferiores. Desde otro andarivel, los mandatarios y jerarcas árabes, incluido algún que otro colaboracionista mezclado en las filas palestinas, siempre trataron a sus vecinos como ciudadanos de segunda clase, y los consideran "peligrosos" por sus propuestas emancipatorias. No vaya a ser que contagien a quienes consideran sus vasallos.
Pero todos se han ido equivocando en su vocación colonizadora.
Palestina es algo especial, y eso es lo que hoy hay que celebrar por todo lo alto. El triunfo de la paciencia para defender su tierra de todo tipo de invasores. La dignidad con que se plantaron todas las facciones de la Resistencia armada, desafiando desde la desigualdad numérica y bélica a un enemigo poderosísimo, y obligándolo en muchas ocasiones a retroceder.
Aquí hay que abrir un paréntesis para responder a esa campaña maliciosa y pro-sionista, tanto de los medios hegemónicos como de algunos turbios personajes de la política burguesa, que no cesaron en estos dos años, como igualmente lo habían hecho antes del 7 de octubre, de condenar por "terroristas" a quienes, en el más alto peldaño de las definiciones revolucionarias, defendieron la esencia de su ser nacional palestino.
Porque si hay algo que ahora queda más claro que nunca, es que toda Palestina es la Resistencia.
No es casualidad que por estas horas, cuando al parecer han cesado los bombardeos, el pueblo sobreviviente, ese que entre el genocidio y la hambruna, ha sabido mantenerse en pie, no dudó en salir a festejar, literalmente desde abajo de los escombros. Entre risas, llantos de alegría, abrazos y no pocos disparos al aire, ese pueblo aguerrido expresa sus agradecimientos, en primer lugar a Alá por "la bendición de este momento histórico", como dijeron varios jóvenes en Khan Yunis, y luego "a los combatientes de la Resistencia".
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A todas sus organizaciones, a todos sus militantes, a todos esos hombres y mujeres, que desde distintos compromisos, demostraron que Palestina seguirá firme en su idea de recuperar el territorio robado por la ocupación y ser libres desde el río hasta el mar. Pero tampoco se olvidaron de los millones de solidarios y solidarias que en todo este tiempo se movilizaron reivindicando el boicot a "Israel" y la libertad para Palestina. Lo hicieron, y eso todos en Gaza y Cisjordania ocupada lo saben, a contramano de mandatarios e instituciones que dieron la espalda al genocidio. Más aún, lo alimentaron enviando armas y todo tipo de insumos a los sionistas.
Para lograr su objetivo liberador por parte del pueblo palestino, nadie duda que recién se ha dado un paso, frágil pero muy importante. Tanto es así que quienes pronosticaban desde diversos sectores, que Palestina y sus luchadores capitularían, se equivocaron.
Las fuerzas de la Resistencia actuaron con inteligencia y diplomacia, obligando a sentar en la mesa de negociaciones al propio Trump, ya que Netanyahu es un simple y perverso monigote que baila al compás de lo que le marcan en Washington.
Indudablemente, ahora se abre una etapa muy difícil, debido a que el enemigo intentará sabotear de mil maneras lo logrado por la Resistencia. No es nada nuevo, ha ocurrido en todos los procesos parecidos a este, pero quienes desde el lado de la insurgencia palestina supieron llegar hasta este momento, tendrán suficiente sabiduría y coraje para enfrentar lo que se viene y lograr torcer el brazo al entramado sionista. Se tratará de que no ocurra lo de enero de este año en que los ocupantes, con la complicidad de EE. UU., irrespetaron todo lo acordado. Ni tampoco lo que sucede en Líbano, donde todos los días "Israel" ataca y asesina a población civil.
Sin dudas, la lucha habrá de continuar en distintos campos, incluido el mediático, desbaratando las campañas intoxicadoras ("cuidado que Hamas es un apéndice del Mossad", dicen unos, o "Mahmud Abbás gobernará Gaza y desarmará a la Resistencia", desean otros).
Lo que no está en duda, porque lo han expresado los distintos voceros de la Resistencia, es que el desarme no está en ninguna agenda, por razones estratégicas, y porque tácticamente, esa fortaleza permitirá extremar la vigilancia para que el enemigo no reviente el acuerdo, y también para poder neutralizar a los colonos que por estas horas siguen provocando, agrediendo y hasta asesinando a pobladores palestinos.