La Liga Árabe y el genocidio palestino
La Liga Árabe se ha convertido, con su accionar permanente, junto a sus amigos de Estados Unidos e "Israel" en enemigos abiertos del Eje de la Resistencia.
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La Liga Árabe y el genocidio palestino.
Tienen inmensa razón los palestinos y palestinas cuando dicen que golpear las puertas de la gran mayoría de los mandatarios árabes, en busca de ayuda, es totalmente en vano, ya que, desde la derrota del proyecto panarabista del egipcio de Gamal Abdel Nasser, fueron, son y seguirán siendo colaboradores del sionismo israelí.
En ese marco no tienen ningún reparo de mirar hacia otro lado y no intervenir ante las atrocidades cometidas por los nazis de “Tel Aviv”. Más aún, tanto Mahmud Abás, el autotitulado "presidente" de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) -atornillado en su sillón en Ramala-, como la Liga Árabe que él también integra, se preparan para colarse en el reparto de los escombros que está dejando el ejército criminal sionista. Escombros donde arriba y abajo de los mismos yacen cientos de miles de cadáveres de asesinados y asesinadas por "Israel".
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Mostrando al mundo que lo único que les interesa es el “reparto” y no la salvación de vidas palestinas, el jefe de la Liga Árabe, Ahmedo Aboul Gheit tiene la hipocresía de decir que "hay voluntad" entre los miembros de la organización para ser parte de una operación internacional en Gaza "cuando la guerra concluya". Y agrega, según la prensa de la región: “Escuchamos al presidente palestino, Mahmud Abás, quien confirmó su disposición para aprobar este asunto”. Se refiere a la presencia de fuerzas árabes dentro de despliegues internacionales sobre el territorio palestino arrasado.
No es extraño este comportamiento de Aboul Gheit y mucho menos de Abás. Ambos, mientras los palestinos de Gaza y la Cisjordania ocupada reclamaron en estos casi dos años de atroces crímenes por parte de “Israel”, que el mundo árabe esté a la altura de las circunstancias y acuda en apoyo de la lucha contra el ocupante, estos les dieron la espalda y de ninguna manera se les pasó por la cabeza enviar tropas.
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Todo lo contrario, cada uno de ellos continuó sus relaciones comerciales
-incluyendo venta o compra de armas- con el ocupante. Más aún, cuando la Resistencia palestina, la nación yemení o la República Islámica de Irán, lanzaron misiles o cohetes hacia “Tel Aviv”, varios de esos gobiernos lacayos de “Israel” y Estados Unidos, se ufanaron como es el caso de Jordania, de interceptarlos para que no lleguen a destino. O Marruecos dejando que barcos que transportaban armas hacia el enemigo de los palestinos, se reabastecieran en su puerto. O Bahrein, o los Emiratos reprimiendo a balazos las protestas pro-palestinas. O los Emiratos haciendo negocios con Netanyahu. O el propio Egipto que además de cerrar su frontera en Rafah, impidiendo que heridos de gravedad pudieran ser trasaladados a hospitales en El Cairo, también firmó el mayor acuerdo de la historia con Netanyahu por 33 mil millones de dólares, a cambio de exportar gas.
Y para colmo, el genocida de “Tel Aviv” acaba de anunciar que lo echa para atrás. Así son estos gobiernos, esa y no otra es la Liga de los Estados Árabes, la misma que se unió en un solo puño para apoyar a Arabia Saudita para intentar destruir al gobierno revolucionario yemenita de Saná. Y lo hicieron de común acuerdo con Estados Unidos e “Israel”.
No solo son colaboracionistas, sino que también se han convertido, con su accionar permanente, en enemigos abiertos del Eje de la Resistencia.
Ni que hablar del papel que desempeñó y desempeña la ANP y sus fuerzas de seguridad (las mismas que coordinan con “Israel” sobre esos temas específicos), apostaron a intentar aniquilar a la Resistencia en el campo de refugiados de Yenín, "limpiando" el terreno para que luego las tropas israelíes detruyeran por completo ese enclave de lucha, asesinando a varios de sus combatientes.
Otros, ya habían sido arrestados por la seguridad de la ANP. Idéntico papel tuvo dicha entidad para apurarse en desarmar a los palestinos de los campamentos en Líbano, cumpliendo así con el pedido de una parte del gobierno libanés patrocinado por EE. UU. e “Israel”. Los mismos que exigen que Hizbullah y Amal se desarmen.
Ahora, con la excusa de que concluida "la guerra" (parece no enterarse la Liga que no es guerra sino genocidio), ellos van a tratar de evitar "el desplazamiento forzado y la anexión de Cisjordania", hablan de intervención con tropas árabes.
Lo que no dicen, pero está subyacente es que lo harán sobre el cementerio de palestinos asesinados, como auguran Netanyahu y su ministro militar Israel Katz. O sea, cuando ya sea tarde para salvar vidas palestinas, esos países de la OTAN árabe se harían presentes, siempre y cuando sus amos sionistas y occidentales los autoricen, para coparticipar de un territorio por el que jamás movieron un dedo para defenderlo.
Desgraciadamente para estos jerarcas árabes, la Resistencia palestina no está dispuesta a que se salgan con la suya y se aprestan a defender a Palestina y su pueblo como lo vienen haciendo desde 1948.
Además, por si los traidores aún no se han dado cuenta, en las calles de Palestina ocupada y en las de todo el mundo donde se moviliza la solidaridad con ese pueblo, se proclama: "Desde el río hasta el mar, Palestina será libre". Y eso claro está, va en contra de los intereses de quienes están instalados en el poder desde hace décadas.