Irán gana y redefine las ecuaciones... un último disparo y consolidación de la disuasión
El autor Ghadeer Wazneh asegura en su artículo que: La República Islámica demostró una clara capacidad de resistencia y respuesta, y confirmó que no permitirá que ningún ataque a su integridad territorial y soberanía quede impune.
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Irán gana y redefine las ecuaciones... un último disparo y consolidación de la disuasión.
Después del ataque iraní a la base aérea estadounidense Al Udeid en Catar y los mensajes que transmitió basados en el principio de "reciprocidad", el presidente estadounidense Donald Trump anunció un alto al fuego entre Irán e "Israel" al amanecer del martes 24 de junio, que entró en vigor a las 7:00 am. de ese mismo día.
La guerra, que "Israel" inició con ataques aéreos concentrados contra instalaciones militares y estratégicas iraníes, dirigidos contra líderes militares y científicos nucleares, fue decidida por el momento oportuno iraní, marcado por misiles balísticos y drones que pusieron a la ocupación en un callejón sin salida tras su claro fracaso en el logro de sus objetivos, a pesar de la intervención militar directa de Estados Unidos, representada por el ataque a tres instalaciones nucleares civiles iraníes.
El general de reserva israelí Yom Tov Samia reconoció en un contexto relacionado que Irán fue quien controló y determinó el momento del alto al fuego con "Israel".
La República Islámica demostró una clara capacidad de resistencia y respuesta, como lo demuestran las múltiples rondas de la Operación Promesa Veraz 3, confirmando que no permitirá que ningún ataque a su integridad territorial y soberanía quede impune. Los objetivos bélicos de la ocupación fracasaron
Datos políticos y de campo revelaron el fracaso de la agresión en lograr sus objetivos más importantes, en particular el derrocamiento del régimen iraní, la destrucción del programa nuclear iraní y la eliminación de su capacidad misilística.
El miembro del Likud en la Kneset, Amit Halevy, reconoció al respecto que «el régimen iraní llegó para quedarse, y aún posee misiles y la capacidad de disparar contra "Israel"».
El fracaso en el derrocamiento del régimen iraní
Si bien el derrocamiento del régimen iraní no figuraba entre los objetivos declarados al comienzo de la guerra, las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y de Trump lo indicaron posteriormente, acompañadas de amenazas explícitas contra el Líder de la Revolución y la República Islámica de Irán, Sayyed Ali Khamenei.
Tras los ataques estadounidenses a las instalaciones nucleares iraníes, el presidente estadounidense cuestionó la posibilidad de un cambio de régimen en Irán. Netanyahu declaró hace unos días que el derrocamiento del régimen en Irán "podría ser el resultado" y que "Israel" estaba creando las condiciones propicias para ello.
En aquel momento, Netanyahu creía que, al imponer la guerra a Irán y cooperar con algunas células internas, podría debilitar al régimen. Sin embargo, le sorprendió la unidad iraní y el apoyo popular a sus líderes.
Grupos populares y políticos de todo tipo, tanto opositores como partidarios del régimen, salieron a la calle para alzar la voz, uniéndose a la nación contra sus enemigos. La República Islámica no es simplemente un régimen; es un Estado con una larga historia de firmeza frente a las principales potencias coloniales.
El programa nuclear iraní es invencible
La destrucción del programa nuclear iraní fue uno de los principales objetivos de los ataques israelíes, seguidos por los ataques estadounidenses contra las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán.
A pesar de los ataques aéreos estadounidenses, en los que el Comando Central de EE. UU. desplegó 125 aeronaves militares y una serie de misiles anti búnkeres, estos no lograron plenamente sus objetivos.
Esmail Kowsari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, indicó al respecto que se habían tomado con antelación las medidas necesarias para proteger las instalaciones nucleares, negando lo que describió como afirmaciones sobre la destrucción del programa nuclear iraní.
Reconocido por las autoridades israelíes, el general de reserva israelí Yom Tov Samia afirmó:
«Un programa nuclear no puede destruirse únicamente con ataques aéreos. El material restante puede transferirse y enriquecerse en otro lugar. Esto hace que cualquier ataque, por potente que sea, sea insuficiente para poner fin al proyecto nuclear iraní».
Tov Samia también puso en duda la destrucción del programa nuclear iraní, afirmando:
«No hay certeza de que el programa nuclear iraní haya sido realmente destruido».
Las fortificaciones profundas, en particular en las instalaciones de Fordow e Isfahán, impidieron la penetración de las defensas internas. Los informes también indicaron que Teherán realizó evacuaciones preventivas horas antes de los ataques, lo que redujo las pérdidas.
Si bien Washington calificó los daños como "graves", Irán afirmó que las instalaciones seguían operativas y que el programa nuclear "no se vio afectado fundamentalmente". Fracaso en la destrucción de los misiles y la capacidad militar iraníes
Con el apoyo de la inteligencia estadounidense, "Israel" atacó instalaciones militares iraníes en un intento de debilitar la capacidad de respuesta de Irán. Sin embargo, los misiles iraníes demostraron ser más diversos y capaces de lo que la ocupación previó.
Cientos de misiles y drones fueron lanzados por la República Islámica durante la Operación Promesa Verdadera 3, la mayoría de los cuales impactaron bases militares e instalaciones vitales y estratégicas de la ocupación.
A pesar de la magnitud del golpe que sufrió Irán al comienzo de la agresión, continuó desarrollando nuevos tipos de misiles balísticos e hipersónicos, y sus potentes y sistemáticos lanzamientos siguieron, una clara indicación del fracaso del intento de debilitar la capacidad militar de Irán.
Como resultado, la agresión no logró destruir el programa nuclear, neutralizar su fuerza de misiles ni socavar la seguridad interna.
La victoria iraní: Causas y factores
La resiliencia de Irán y su incapacidad para frustrar los objetivos de la agresión fueron el resultado de una combinación de factores estratégicos, militares y populares.
Paralizar al frente interno israelí
La respuesta iraní no fue convencional, sino excepcional. Cientos de misiles balísticos y drones atacaron el interior de "Israel", incluyendo instalaciones militares, infraestructura y centros de mando, lo que provocó caos interno en la ocupación y paralizó el movimiento en importantes ciudades como "Tel Aviv" y Beersheba.
La estrategia gradual: escalada sistemática
Irán adoptó un enfoque de escalada para su respuesta, comenzando con operaciones limitadas, similares a advertencias, y luego escalando gradualmente a ataques directos y dolorosos que se dirigieron a todos los territorios palestinos ocupados y desbordaron el sistema de defensa de la ocupación. Esta estrategia psicológico-militar confundió a los responsables israelíes, obligándolos a replegarse tácticamente para evitar una explosión más amplia.
El ataque a Al-Udeid y su mensaje sustancial
Al bombardear la mayor base militar estadounidense en Meddio Oriente, la base aérea de Al-Udeid en Qatar, Irán envió un mensaje claro: no hay límites cuando su seguridad se ve amenazada. El ataque fue calculado y deliberado, pero conmocionó a los centros de decisión occidentales.
Frustración de complots y operaciones de seguridad interna
Durante la agresión, los servicios de seguridad iraníes descubrieron varias células internas vinculadas a agencias de inteligencia extranjeras, lideradas por el Mossad, que pretendían llevar a cabo asesinatos, atentados y lanzamiento de drones dentro de Irán. Esta rápida represión y castigo a los implicados frustró los intentos de crear caos interno.
Congregación popular en torno al liderazgo
A pesar de los intentos de sembrar la discordia interna, Teherán y otras provincias fueron testigos de manifestaciones públicas de apoyo sin precedentes, incluso de todo el país, incluyendo a figuras de la oposición. Esta fue una clara demostración de unidad popular y de rechazo a la sumisión, así como de una postura política unificada en apoyo al liderazgo iraní. Amplia solidaridad internacional con el derecho de Irán a defenderse
Desde países árabes hasta China, Rusia, Latinoamérica y otros, los pueblos libres del mundo expresaron su solidaridad con Irán mediante manifestaciones en diversos países, afirmando su legítimo derecho a la defensa.
Irán dispara el último tiro
El alto al fuego entró en vigor, y quien disparó el tiro final fue Irán, que emergió de la guerra imponiendo nuevas reglas de combate y demostrando que la disuasión no es una teoría, sino una realidad sobre el terreno.
En este sentido, el Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní comentó que Irán había logrado una victoria y "obligado a los enemigos a solicitar un alto al fuego".
El periódico israelí Maariv también reconoció que "Irán emergió de la guerra fortalecido".
El exministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, por su parte, consideró que "el resultado de la guerra contra Irán fue discordante y amargo para 'Israel'".
Hoy, Irán es más fuerte política y militarmente, y aborda cualquier negociación futura desde una posición de fuerza, no de sumisión. Esto se ha logrado demostrando que su seguridad y soberanía son límites insalvables y que está preparado para responder a cualquier amenaza con firmeza y determinación.
La firmeza de Irán frente a la agresión no fue solo un logro nacional, sino una victoria de toda la nación contra el proyecto de hegemonía y arrogancia global, que tendrá importantes repercusiones para toda la región.