Borrar la existencia palestina en Cisjordania
Mohammad Alqeeq sostiene que las crecientes violaciones de "Israel" en Cisjordania, junto con el genocidio en Gaza, tienen como objetivo borrar la soberanía palestina mediante la expansión de los asentamientos, proyectos de anexión como el E1 y una limpieza étnica sistémica.
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Borrar la existencia palestina en Cisjordania.
Las recientes violaciones israelíes, incluidas las más recientes en la aldea de Al-Mughayer, cerca de Ramala, y en Masafer Yatta, al sur de Al-Khalil, junto con las operaciones militares en Nablus, Yenín, Ramala y Tulkarem, demuestran un esfuerzo sistemático por socavar la soberanía palestina. Estas acciones atentan no solo contra la seguridad personal y económica, sino también contra los medios de vida y el acceso a los alimentos de los palestinos.
La política de "Israel" persigue múltiples objetivos:
- Distorsionar la narrativa, no solo a través de los medios de comunicación, sino también en la práctica, expulsando a las comunidades beduinas y reemplazándolas por colonos. Estos colonos se introducen mediante asentamientos de estilo pastoral que imitan las tradiciones y costumbres beduinas, dando una apariencia de continuidad, lo cual refleja una política de limpieza étnica que ataca normas de vida enteras.
- Esta fórmula de asentamiento sirve como un amortiguador geográfico inicial, una línea defensiva que conecta los asentamientos y al mismo tiempo limita la expansión territorial palestina.
Estas medidas complementan otras políticas israelíes contra los palestinos, como el endurecimiento de las restricciones a la vida cotidiana mediante la instalación de puertas de hierro y barreras militares en las entradas de las ciudades, la paralización del comercio y la inversión y la retención de los fondos de liquidación y de los ingresos fiscales.
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Todo esto tiene como objetivo obligar a los palestinos a abandonar sus tierras y hacinarlos en enclaves aislados para allanar el camino para el estado colono.
"Israel" justifica sus políticas planteando inquietudes sobre el reconocimiento por parte de la Unión Europea de un Estado palestino soberano. Justifica el genocidio del 7 de octubre en Gaza y sus medidas de judaización en Al-Quds como "desarrollo". En realidad, estas medidas buscan establecer un Estado de colonos como núcleo de un nuevo proyecto en Medio Oriente.
El futuro con E1
"Israel" está acelerando su política sistemática de aplastar la seguridad personal y existencial de los palestinos.
Además del genocidio en Gaza, ha intensificado los ataques de los colonos y el ejército en Cisjordania para ejercer más presión interna, dañando la dignidad palestina y liquidando su causa.
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Todas estas acciones apuntan a un plan más amplio: imponer la “soberanía israelí” sobre Cisjordania implementando la anexión como parte del “Acuerdo del Siglo” antes de la reunión de la Asamblea de la ONU del 28 de septiembre próximo.
E1 es el peligroso proyecto que "Israel" ha buscado implementar durante mucho tiempo, pero que anteriormente se vio obligado a congelarlo bajo la presión de administraciones estadounidenses anteriores.
El proyecto está diseñado para anexar el asentamiento de "Ma'ale Adumim" a Al-Quds, dividiendo así el sur de Cisjordania del centro. Esto cortaría la continuidad territorial de cualquier Estado palestino, al tiempo que vincularía directamente los asentamientos de Cisjordania con Al-Quds.
Lanzado en 1999, el E1 tiene como objetivo:
- aislar al-Quds,
- fortalecer la soberanía israelí sobre ella,
- eliminar las aspiraciones palestinas de un estado independiente,
- confiscar áreas orientales de Cisjordania para reforzar el control sobre la frontera jordana
- y expulsar a las comunidades beduinas para apoderarse de áreas de pastoreo.
"Israel" comenzó a implementar el proyecto hace años construyendo una estación de policía y obligando a las comunidades beduinas a abandonar el lugar.
Aunque "Israel" afirma haber acelerado el E1 en respuesta a las promesas de la Unión Europea de reconocer a Palestina, en realidad ha creado constantemente crisis para justificar sus planes. Incluso los Acuerdos de Oslo fueron explotados para impulsar el objetivo histórico de expansión de "Israel", respaldado por Estados Unidos mediante la reubicación de su embajada en Al-Quds y la promoción del llamado "Acuerdo del Siglo".
Intransigencia sistemática
El gobierno israelí ha vinculado la situación de Cisjordania con la de Gaza para convencer a la comunidad internacional de las supuestas amenazas a la soberanía y la existencia palestinas. Este enfoque garantiza el rechazo constante de las ofertas para detener el genocidio, lo que favorece los planes a largo plazo de "Tel Aviv"
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En lugar de poner fin a la guerra y estabilizar la región, Netanyahu ha ignorado los llamamientos de las familias de los cautivos israelíes en Gaza y de la comunidad internacional para detener la hambruna y el genocidio. Prioriza la implementación de su visión del "Gran Israel".
Así, ha rechazado todas las propuestas de alto al fuego, presentándose como el único líder que expande el territorio israelí. Incluso rechazó a los mediadores al iniciar la segunda fase de la guerra en Gaza.
La pregunta clave ahora es cómo responderán los mediadores: ejerciendo más presión sobre los palestinos para que cumplan con los términos israelíes o exponiendo a "Israel" como una entidad criminal de guerra y deteniendo negociaciones inútiles que distraen del sufrimiento del pueblo.
Como mínimo, los mediadores deberían obligar a "Israel" a respetar los acuerdos que violó en marzo y a permitir la entrada de ayuda humanitaria. Desde mi punto de vista, la mejor respuesta es desmantelar la fachada de la "mediación" genocida, desenmascarar a "Israel" y exigir una intervención internacional inmediata para acabar con el monopolio estadounidense sobre el asunto.
Precio inevitable
La situación es extremadamente grave y la comunidad internacional debe actuar con genuina voluntad y claridad moral.
De lo contrario, el genocidio en Gaza y la limpieza étnica en Cisjordania se expandirán inevitablemente a Siria y Líbano, de acuerdo con la visión de Netanyahu.
Busca replicar los resultados de la guerra de 1967, pero las transformaciones globales actuales lo imposibilitan. Según muchos líderes israelíes, las decisiones de Netanyahu acelerarán la caída de "Israel", mientras la sombra de la llamada "maldición de la octava década" se cierne sobre él.