El 21 de junio se celebró la mayor protesta de solidaridad con Palestina en la historia de Alemania. Según los organizadores Abed Hassan , quien saltó a la fama en redes sociales como la "voz alemana de Gaza", y Amin Rjoob, un bloguero gastronómico a quien el periódico nacional de propaganda Bild y el Comisionado para el uso del antisemitismo en Armas de Hamburgo han tildado repetidamente de "odiador de judíos", 70 mil personas inundaron las calles de Berlín bajo la bandera de United4Gaza .

La presencia de esta largamente esperada masa crítica de personas de conciencia, especialmente en una ciudad donde la violencia administrativa y la brutalidad policial contra las manifestaciones contra el genocidio son particularmente crueles y rutinariamente provocan condenas de los organismos de control de los derechos humanos, está en marcado contraste con la posición cada vez más aislada de la clase política y mediática de Alemania de apoyo incondicional a la guerra genocida de "Israel" contra Gaza.

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Mientras los palestinos hambrientos son atraídos a trampas mortales disfrazadas de sitios de distribución de ayuda solo para ser asesinados allí por deporte en lo que se ha comparado con franquicias mediáticas distópicas como El juego del calamar o Los juegos del hambre , el gobierno alemán y sus taquígrafos en los medios nacionales permanecen imperturbables ante la ejecución por parte de "Israel" de "uno de los genocidios más crueles de la historia moderna", para citar a la Relatora Especial de la ONU, Francesca Albanese.

En cambio, Alemania está redoblando aún más su política de negación y distorsión y su ya brutal violencia estatal contra el activismo por la paz en un intento desesperado por mantener el control de una narrativa perdedora que tergiversa la barbarie colonial como autodefensa y sirve a los intereses de su complejo militar-industrial, mientras Berlín sigue siendo el segundo mayor exportador de maquinaria de matar al régimen israelí después de Estados Unidos.

Mantener el pánico moral

La fabricación de lo que la politóloga Donatella della Porta describe como una “dinámica de pánico moral” del antisemitismo ha demostrado ser una forma muy eficaz para que la Alemania posterior al 7 de octubre desvíe la atención pública de la realidad de la complicidad alemana en otro genocidio, al tiempo que transforma la lucha contra el odio a los judíos “en un instrumento de racialización y represión” contra la solidaridad con Palestina.

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La designación de la organización judía antisionista Jüdische Stimme, el grupo de derechos humanos Palästina Spricht y dos grupos locales de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) como “seguramente extremistas” por el notorio servicio de seguridad Verfassungsschutz de Alemania el mes pasado es el último paso en el sostenimiento de un pánico moral en el que los movimientos de justicia no violenta son construidos como amenazas de alto nivel al supuesto orden constitucional democrático de Alemania.

Apenas una semana después de la protesta masiva de United4Gaza en Berlín, al final de la cual la policía arrestó al coorganizador Rjoob, los socialdemócratas (SPD) cogobernantes aprobaron una moción para combatir el antisemitismo en el congreso federal de su partido, titulada "¡Nunca más es ahora! ¡Protejamos la vida judía!", en un guiño a la muy criticada resolución del Bundestag del año pasado, que incluía un nombre casi idéntico, la Moción I06 es otra pista falsa diseñada para distraer a la opinión pública del verdadero problema: el  genocidio israelí en Gaza y el correspondiente autoritarismo antipalestino del Estado alemán en connivencia al servicio de una entidad extranjera.

Utilizando una redacción sugestiva y estadísticas erróneas sobre crímenes de odio antijudíos, que equiparan erróneamente la oposición al colonialismo genocida de asentamiento de Israel con el odio a los judíos, la moción presenta la solidaridad con Palestina como inherentemente antisemita. En un párrafo de cinco líneas sobre el movimiento de protesta estudiantil contra el genocidio, se encuentra la palabra "antisemita" cuatro veces.

Doble rasero entre Gaza y Ucrania

Las organizaciones de noticias alemanas han ganado notoriedad por minimizar deliberadamente la comisión de un genocidio colonial por parte de "Israel" hasta el punto de negarlo rotundamente, mientras otorgan a los ataques rusos a Ucrania una indignación instintiva y de primera plana.

“Un sistema de propaganda retratará constantemente a las personas abusadas en estados enemigos como víctimas dignas , mientras que aquellas tratadas con igual o mayor severidad por su propio gobierno o clientes serán indignas ”, escriben Edward S. Herman y Noam Chomsky en su libro seminal de 1988 Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media.

Durante los últimos 21 meses, este doble rasero ha estado en el centro de la cobertura de los medios alemanes de la campaña de aniquilación de "Israel" en Gaza.

A pesar de unas 75 mil 200 muertes violentas estimadas en Gaza entre el 7 de octubre de 2003 y el 5 de enero de 2025, los palestinos todavía se ven obligados a "audicionar" para obtener empatía , como lamentó la escritora y psicóloga clínica palestino-estadounidense Hala Alyan en los primeros días del genocidio, mientras que los ucranianos aparentemente tienen derecho a ella por defecto de su victimización por parte de un "estado enemigo" y su privilegio blanco .

Acceda a un sitio web de noticias tradicional como tagesschau.de y las principales noticias de la página de inicio presentarán rutinariamente historias que amplifican la difícil situación de los ucranianos afectados por la guerra con Rusia.

Por otra parte, el sufrimiento humano cada vez peor en Gaza, donde "Israel" mató a 150 palestinos en un solo día el 1 de julio, se trata como una mera ocurrencia de último momento y "prácticamente ha desaparecido de los titulares", según el crítico de medios alemán Fabian Goldmann.

Aunque el 80 por ciento de los alemanes rechaza las acciones de "Israel" en Gaza, según una encuesta realizada en mayo por la emisora pública ZDF, la clase política y los medios de comunicación de Alemania, moralmente en bancarrota y con su escandalosa falta de conciencia histórica (a pesar de las incesantes protestas de lo contrario), siguen fabricando el consentimiento para una guerra genocida que tiene la implicación alemana escrita por todas partes.

"¿Nunca más es ahora?", dicen. No si eres palestino.