De Gaza 2005 a Gaza 2025: ¿Por qué Netanyahu tendrá que repetir la retirada de Sharon?
Sayed Shabl, autor del artículo señala que, cuando Sharon se retiró de Gaza en 2005, lo hizo por pragmatismo tras comprender que la ocupación directa no servía a los intereses a largo plazo de "Israel" y que el costo superaba las ganancias. ¿Y qué hay de Netanyahu?
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De Gaza 2005 a Gaza 2025: ¿Por qué Netanyahu tendrá que repetir la retirada de Sharon?
En los últimos días, Benjamín Netanyahu anunció su plan de ocupar toda la Franja de Gaza, una medida descrita como la más audaz y controvertida desde el inicio de la agresión israelí hace casi 22 meses.
El plan, aprobado por el Consejo de Seguridad de "Israel", busca, según Netanyahu, "recuperar a los prisioneros, vivos o muertos, y liberar a los residentes de Gaza del dominio de Hamas" mediante el control militar temporal de toda la Franja, seguido de una posterior entrega a una autoridad civil o a una "fuerza árabe" no identificada.
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Sin embargo, la comparación inequívoca entre este plan y lo que hizo el ex primer ministro Ariel Sharon en 2005 cuando decidió retirarse completamente de Gaza. Sharon, uno de los líderes militares más prominentes en la historia de "Israel" se vio obligado a reconocer que el control directo de la Franja era costoso política, humana y económicamente. Comprendió que la ocupación desde junio de 1967 no le había proporcionado ningún beneficio estratégico a largo plazo. Hoy, veinte años después, Netanyahu parece ir en la dirección opuesta, pero su resultado final podría ser similar, o quizás incluso más amargo.
¿Por qué se retiró Sharon hace veinte años?
Cuando Ariel Sharon decidió retirarse de Gaza en 2005, no fue una mera decisión táctica fugaz, sino el resultado de un análisis exhaustivo de los hechos sobre el terreno y las presiones de la realidad. Sharon comprendió entonces que:
- El coste humano: La presencia del ejército israelí en Gaza estaba segando vidas en operaciones de resistencia casi diarias.
- El coste económico: Proteger los asentamientos aislados dentro de Gaza requería gastos masivos y enormes recursos.
- El aislamiento internacional: La ocupación directa estaba aumentando el aislamiento internacional de "Israel" y alimentando las críticas en foros internacionales.
- La falta de viabilidad estratégica: Controlar Gaza no proporcionó a "Israel" recursos de seguridad adicionales; más bien, incrementó las amenazas mediante una resistencia más organizada.
Sharon comprendió así que una "retirada unilateral" podría aliviar la carga de "Tel Aviv", preservar la imagen de su "ejército" a nivel nacional y permitir que los esfuerzos se centraran en Cisjordania y el proyecto de asentamientos. También podría utilizar la retirada como parte de su plan para interrumpir el "proceso de paz" con la Autoridad Palestina.
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Estos cálculos eran realistas en su momento, y los acontecimientos posteriores demostraron su validez al reducir la fricción directa, especialmente considerando que el gobierno se centraba entonces en la "justificación demográfica", enfatizando la dificultad de mantener el control de la seguridad en una Franja de Gaza con aproximadamente 1,4 millones de palestinos.
El Plan 2025 de Netanyahu: Una repetición a la inversa
En contraste, Netanyahu ahora propone un plan que contradice completamente la experiencia de Sharon, hasta el punto de chocar con un amplio sector de líderes militares y de seguridad, incluido el jefe de Estado Mayor, Eyal Zamir, quien considera una incursión en Gaza como una "trampa estratégica". Controlar la Franja, con una población que supera los dos millones de habitantes, es difícil, y el uso de las exhaustas fuerzas militares israelíes también lo es. Además, la decisión pondría en peligro la vida de aproximadamente 24 prisioneros israelíes.
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El plan, aprobado por el gabinete israelí tras 10 horas de acalorados debates la mañana del viernes pasado, supuestamente incluye lo siguiente:
- Evacuación masiva de aproximadamente un millón de palestinos al sur de la Franja de Gaza.
- Dividir la Franja de Gaza mediante el establecimiento de "corredores de seguridad" como el Corredor Morag para cortar la contigüidad territorial entre sus regiones.
- Depender de una administración árabe civil, una idea rechazada por la mayoría de los socios árabes.
- Intensificar las operaciones militares urbanas, que son las más costosas y peligrosas para los soldados israelíes.
A pesar del anuncio de las líneas generales del plan de Netanyahu, los comentaristas enfatizaron que el plan parece más una declaración de intenciones políticas que una estrategia militar viable a largo plazo. Esto es especialmente cierto dada la atención que presta gran parte de la opinión pública israelí a la postura de la cúpula del ejército, que ha expresado su rechazo o reservas sobre el plan. Además, el sistema de seguridad israelí ha advertido sobre la posibilidad de que se repita la situación de Faluya y Mosul en Gaza, refiriéndose a los combates callejeros con combatientes de facciones palestinas.
Los informes de que se llamará a filas a aproximadamente 250 mil soldados para implementar el plan han suscitado una gran preocupación en la sociedad israelí, ante el temor de las repercusiones de una escalada bélica en la disponibilidad de mano de obra en el mercado local.
Diferencias sobre el terreno entre 2005 y 2025
Una comparación cuidadosa entre el entorno de campo en 2005 y el de 2025 revela que las condiciones actuales son mucho más complejas y peligrosas para cualquier fuerza de ocupación. El campo actual ya no es simplemente un área geográfica que puede controlarse mediante la fuerza militar convencional; se ha convertido en un denso entorno urbano, donde la infraestructura civil se cruza con los focos de resistencia. Estos factores se pueden identificar en los siguientes puntos:
- La resistencia armada en Gaza hoy en día es más experimentada y táctica, con una vasta red de túneles y una sofisticada experiencia en combate urbano.
- La densidad de población aumentó, lo que dificulta las operaciones y aumenta las bajas civiles, lo que exacerba las presiones internas.
- El apoyo popular a la resistencia entre los palestinos se fortalecerá en el próximo período. Incluso si el entusiasmo popular disminuye temporalmente debido a la duración de la guerra y al gran número de mártires, cualquier ocupación israelí total de la Franja de Gaza hará que los palestinos regresen rápidamente a apoyar la resistencia.
- El propio ejército israelí se enfrenta a una fatiga significativa tras meses de operaciones, así como a una escasez de personal en la reserva.
Estos datos significan que lo que era difícil para Sharon hace dos décadas se ha vuelto casi imposible hoy.
Obstáculos Políticos y Diplomáticos
Netanyahu no opera en un vacío político. Internamente, existe una marcada división entre los líderes del ejército y el gobierno. Además, la oposición política considera el plan como un simple intento de Netanyahu de ganarse el apoyo de la extrema derecha y rescatar su carrera política, en medio de sus juicios en curso por cargos relacionados con la corrupción financiera.
Asimismo, aunque la admiración por la derecha sionista ha aumentado en algunos círculos populares israelíes debido a los logros durante los enfrentamientos con la resistencia en Líbano y Siria, en particular, este impulso no durará mucho, dadas las crecientes pérdidas humanas y materiales, la duración de la guerra y el creciente rechazo internacional.
Además, el enfrentamiento con Irán del pasado junio decepcionó a la sociedad israelí en general, después de que los misiles balísticos iraníes obligaran a millones de israelíes a pasar decenas de horas en refugios antiaéreos, lo que provocó que un gran número de ellos huyera fuera de "Israel".
A nivel internacional, las Naciones Unidas, la Liga Árabe y muchos países europeos rechazaron el plan, considerándolo una peligrosa escalada que conduciría a una catástrofe humanitaria. Incluso aliados occidentales comenzaron a insinuar que la continuación de las operaciones podría sumir a "Israel" en un mayor aislamiento internacional y posiblemente conllevar restricciones al apoyo militar.
El problema del "día siguiente"
Más allá del debate sobre la capacidad de Netanyahu para ocupar con éxito la Franja de Gaza y controlar todo su territorio, la pregunta fundamental sigue sin respuesta: ¿Qué sigue? La posibilidad de formar una administración árabe es prácticamente inexistente, dada la negativa explícita de la mayoría de los Estados árabes a implementar los acuerdos israelíes. Esto es especialmente cierto dado que la opinión pública en las calles árabes y palestinas rechaza cualquier forma de cooperación con la ocupación, considerándola una flagrante traición a la causa palestina.
En cuanto a la administración israelí directa de la Franja de Gaza, significaría entrar en un atolladero de continuo agotamiento militar, de seguridad y económico, y volver a la situación de la que el propio Ariel Sharon intentó escapar. La ocupación directa agotó los recursos del ejército y provocó continuas pérdidas humanas, además de los exorbitantes costos financieros de protección, administración y servicios.
En cuanto a la opción de una administración internacional, si bien en teoría puede parecer un compromiso, en realidad requiere un consenso, algo casi imposible dadas las profundas divisiones y los intereses contrapuestos de las principales potencias. Sin mencionar que el propio "Israel" se niega a ceder el control efectivo a ningún organismo internacional por temor a que esto restrinja su libertad de acción militar y de seguridad.
La ausencia de una respuesta clara y definitiva a la pregunta del "día después" hace que cualquier éxito militar, por significativo que parezca inicialmente, sea frágil y efímero, y se vea rápidamente erosionado por la presión del terreno y las realidades políticas.
Experiencias previas confirman este resultado; desde el sur de Líbano en 2000, cuando "Israel" se vio obligado a retirarse bajo la presión de la resistencia libanesa, hasta Gaza en 2005, cuando se retiró de la Franja para evitar un mayor debilitamiento.
La dimensión humana... y la tragedia de Gaza
La dimensión humana y sus repercusiones no pueden ignorarse. Las imágenes de destrucción y víctimas civiles en Gaza alimentarán la opinión pública mundial contra el gobierno de Netanyahu. La evacuación de un millón de personas, la escasez de alimentos y medicinas, y las oleadas de desplazamientos masivos convertirán la ocupación en una carga moral y política insoportable, incluso para los partidarios de la extrema derecha en Israel.
Con el tiempo, esta realidad se transformará en un caldo de cultivo para el espíritu de resistencia entre los palestinos, no solo como reacción a los crímenes israelíes, sino también porque se verán ante la falta de opciones: morir bajo los bombardeos, morir de hambre o morir durante el desplazamiento. Esto impulsará a nuevos segmentos de la sociedad a tomar las armas, o al menos a apoyar la resistencia financiera y moralmente. En este clima, cualquier presencia militar israelí en la Franja de Gaza se verá asediada por una guerra diaria, lo que impondrá al ejército un coste que excede su capacidad de soportar.
Un fracaso inevitable... y la historia se repetirá de la peor manera.
El control de Gaza, incluso si se logra sobre el terreno, no proporcionará seguridad a "Israel". Más bien, abrirá un frente de batalla continuo y multiplicará las amenazas. Mientras tanto, cualquier presencia militar en un entorno urbano densamente poblado implicará combates callejeros que agotarán al ejército, agotarán sus recursos y agotarán la economía. A medida que persistan las imágenes de destrucción, la ocupación se convertirá en una carga agobiante y la presión pública internacional se intensificará hasta convertirse en sanciones o presiones económicas difíciles de soportar para cualquier gobierno.
La historia lo demuestra. Cuando Sharon se retiró de Gaza en 2005, lo hizo por pragmatismo, consciente de que la ocupación directa no beneficia a los intereses a largo plazo de "Israel" y de que los costos superan las ganancias. Sin embargo, hoy Netanyahu ignora todas estas lecciones y se embarca en una aventura en un entorno más complejo y hostil, impulsado más por consideraciones internas que por una visión estratégica realista.
Pero la lógica de la geografía, la demografía y la política internacional sigue siendo más fuerte que cualquier propaganda temporal. La ocupación de Gaza es insostenible, y cualquier presencia militar tarde o temprano conducirá a una retirada, quizás bajo una presión más intensa que la que enfrentó Sharon antes. Netanyahu finalmente se verá obligado a abandonar Gaza, no como una opción de negociación, sino como una necesidad ineludible.