Robert Inlakesh sostiene que el intento de "Israel" de comprar influencia en línea marca una admisión de fracaso en la guerra global de la información, ya que la censura y la propaganda no logran revertir su creciente aislamiento.
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"La toma israelí de las redes sociales es una declaración de derrota.
El movimiento sionistaperdió casi todo el apoyo público en Occidente. Ahora cree que puede comprar su salida del problema. Esto no es solo una admisión de derrota, sino la peor estrategia imaginable.
En agosto, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reconoció públicamente que su régimen estaba perdiendo la guerra de la información, al tiempo que se comprometió a esforzarse por cambiar esta situación.
Como criminal de guerra buscado, con una orden de arresto de la Corte Penal Internacional, Netanyahu es la última persona que admitiría las verdaderas razones de esto, y culpa a los "bots" de la derrota en la guerra de la información.
Según todos los datos de encuestas autorizadas para los Estados Unidos, los israelíes perdieron el apoyo de los demócratas, independientes y jóvenes republicanos menores de 30 años. Si bien los votantes del Partido Demócrata los pedieron por completo, el principal foco de los esfuerzos de propaganda israelí se centra en los republicanos conservadores.
A principios de este año, el Ministerio de Asuntos Exteriores de "Israel" comenzó a trabajar en una campaña para financiar una organización sionista radical que llevaría a más de 550 activistas de derecha a la Palestina ocupada antes de fin de año.
Mientras tanto, Benjamin Netanyahu comenzaría su gira por los podcasts de derecha más populares, empezando por los Nelk Boys. Todas sus apariciones, además de una serie de apariciones en programas de medios corporativos, estuvieron llenas de preguntas fáciles. En el podcast de los Nelk Boys, la respuesta más dura se centró en si McDonald's o Burger King tenían mejores hamburguesas.
Finalmente, podcasters de derecha como Patrick Bet-David y otros intentaron presentar su forma de recibir al primer ministro israelí como provocativa y contracorriente. Esto resultó contraproducente, pues se descubrió que concedían entrevistas aún más discretas que las que Netanyahu recibe en CNN . De hecho, fue menos cuestionado en estos podcasts convencionales, bien financiados, que en Newsmax o Fox News .
Luego llegó el mes de septiembre, cuando Netanyahu se dirigiría a la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en una sala casi vacía, donde apareció extremadamente débil y aislado, quejándose y lamentándose por la pérdida de apoyo que había experimentado.
Tras su conferencia de prensa conjunta con el presidente estadounidense Donald Trump, para presentar un acuerdo de rendición que los dos líderes denominaron un "plan de paz", el primer ministro israelí se reunió con varias personas influyentes en las redes sociales.
La conferencia en redes sociales fue filmada, otro grave error de sus esfuerzos propagandísticos, ya que habló públicamente de la lucha por difundir propaganda entre el público estadounidense como un frente de guerra, publicitando abiertamente su estrategia de lavado de cerebro. También enfatizó que captar la atención de las audiencias de TikTok y X (anteriormente Twitter) era de vital importancia.
Un problema importante que enfrenta el primer ministro sionista es que intenta anunciar con antelación su engaño y cree que, a pesar de todo, será una estrategia ganadora. TikTok fue transferida por la fuerza por el gobierno estadounidense a un nuevo propietario, lo cual preocupa a los usuarios debido a la participación de donantes sionistas.
Sin embargo, TikTok lleva mucho tiempo que sensura contenido pro-Palestina, elimina cuentas y la prohibe encubiertamente. Yo mismo experimenté esto solo unos meses después del comenzar el genocidio de Gaza. En una ocasión, mi cuenta en cuestión de días recibía cientos de miles de visitas, como mínimo decenas de miles. Luego, de repente, las publicaciones alcanzaban como máximo unos cientos de visitas, y ni yo ni ninguna otra persona que estuviera bajo esta censura podíamos hacer nada.
En julio, TikTok contrató a Erica Mindel, exsoldado israelí y extrabajadora de la Liga Antidifamación (ADL), como su nueva zar de la censura contra el discurso de odio. Meta también ha sido otra plataforma de redes sociales donde se reveló la censura activa de palestinos.
Personalmente, he sido censurado con la eliminación de mis páginas deInstagram y YouTube. Incluso, mi cuenta de Gmail fue eliminada por completo recientemente. Mis reiteradas solicitudes ni siquiera fueron respondidas, y en YouTube no he tenido ninguna queja por incumplimiento de las normas de la comunidad; todo esto sucede desde el 7 de octubre de 2023.
A pesar de todo esto, con la clara influencia israelí en todas estas importantes plataformas de redes sociales, los israelíes no han comprendido que el dinero no puede revertir lo que el mundo ha presenciado. Pueden seguir con el cierre de cuentas y con el baneo en la sombra a periodistas, comentaristas e incluso a ciudadanos comunes por lo que publican, pero quienes lo hacen no lo olvidarán de repente.
Además, pagar a los influencers siete mil dólares por cada publicación pro israelí que hagan, como reveló recientemente Wikileaks que hacen los sionistas, no superará el clamor público comprometido en oposición al genocidio.
El fracaso de "Israel" para convencer al mundo de sus mentiras se debe a la arrogancia de los sionistas. Creen erróneamente que pueden sobornar a todos e intimidarlos, igual que hacen con nuestros políticos occidentales. La diferencia radica en que estos políticos son propagandistas profesionales que se ganan la vida mintiendo para llegar al poder, aceptando dinero de cualquiera que siga pagándoles mientras permanezcan en el poder.
Sin embargo, incluso confiar en estos políticos cobardes es una muestra de falta de visión. A pesar de sus declaraciones públicas de amor por el proyecto sionista, son el tipo de personas que, cuando llegue el momento de cambiar de postura para beneficiar sus carreras, acabarán fingiendo que nunca apoyaron las guerras de agresión israelíes.
O, alternativamente, estos políticos avaros y sin recursos serán destituidos, como parece estar sucediendo ya. Tomemos como ejemplo el ascenso de Zohran Mamdani, quien ganó las primarias para la alcaldía de Nueva York en gran parte gracias a sus posturas pro palestinas. Muchos de estos políticos demócratas se están alzando ahora para desafiar a la oposición respaldada por el AIPAC.
Todas estas décadas y los miles de millones de dólares gastados por el lobby sionista en propaganda, centros de estudios y compra de políticos se desmoronan rápidamente, gracias a la exposición de la maquinaria asesina israelí. Aunque los republicanos de mayor edad en Estados Unidos aún sean pro israelíes, cambian lentamente, razón por la cual los propagandistas pro israelíes intentan desesperadamente fomentar el odio antimusulmán y vincular el apoyo al sionismo con la actual guerra cultural sobre la política identitaria entre derecha e izquierda.
Ninguna de estas tácticas funcionará, dejando a la base de partidarios pro israelíes en Occidente en manos de antimusulmanes radicales, obsesionados con una religión que la mitad ni siquiera sabe deletrear. Personas como Tommy Robinson en el Reino Unido pueden liderar una multitud de miles, pero el apoyo a este tipo de personalidades no es amplio.
Así pues, los israelíes se quedan con un grupo de radicales antiinmigrantes y antimusulmanes, junto con los de derechas más veterano. El que alberga el mismo odio que antaño se habría dirigido hacia los judíos europeos, solo que en este momento histórico optaron por dirigir ese odio hacia los musulmanes.
Independientemente de lo que hagan y de cuánto dinero intenten invertir en el lavado de cerebro del público occidental, ya han sido desenmascarados. Con el tiempo, perderán aún más apoyo, y en el futuro, incluso algunos de sus aliados más fieles testificarán en su contra.