Slogan
Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de El Cairo
Hoy es posible asediar a "Israel" y aislarlo políticamente, utilizando métodos similares a los utilizados antes para expulsar al régimen de apartheid en Sudáfrica.
El proyecto sionista entró en una fase completamente nueva que ya no permite concesiones ni soluciones de compromiso, de lo contrario, todos los sacrificios realizados habrán sido en vano.
La administración de Joe Biden utilizan las negociaciones como herramienta para darle a Netanyahu el tiempo que necesita para eliminar a Hamas. Aquí radica el gran dilema: ¿Cómo puede un partido negociar seriamente con un oponente que declara día tras noche que busca eliminarlo?
La administración de Joe Biden no parece interesada en una escalada del conflicto en Medio Oriente, sin embargo, no ha tomado ninguna medida práctica para castigar a Netanyahu por los crímenes que cometió o incluso para disuadirlo de cometer otros crímenes.
El conflicto con el enemigo sionista ha entrado en una nueva fase que requiere unidad y firmeza de todas las fuerzas de la Resistencia. No es nada improbable que esta fase sea el verdadero comienzo hacia la inevitable batalla de liberación que se avecina.
Dado que “Israel” intentará obtener mediante negociaciones lo que no pudo obtener mediante la lucha, las organizaciones de la resistencia deberían rechazar cualquier acuerdo que devuelva la situación a antes del 7 de octubre o cierre el camino al establecimiento de un Estado palestino.
La Casa Blanca insiste en responsabilizar a Hamás por las tambaleantes negociaciones y el fracaso en alcanzar un acuerdo que conduzca a un alto al fuego, aunque es consciente de que sólo el gobierno de Benjamín Netanyahu debe ser considerado responsable.
Sin subestimar la importancia del papel desempeñado por todos los partidos del eje de resistencia a la hora de proporcionar apoyo y asistencia militar al movimiento Hamas, se puede decir que el papel del Hizbullah libanés en particular fue decisivo a la hora de determinar el rumbo que tomó el conflicto.
La actual ronda de conflicto no es un acontecimiento pasajero en la historia de la nación que pueda contenerse o eludirse. Más bien, es un acontecimiento que marca un importante punto de inflexión en la marcha y el camino de un conflicto que tiene más de un siglo.
Aunque todos los organismos pertinentes del sistema de las Naciones Unidas han celebrado decenas de reuniones y emitido numerosas resoluciones, declaraciones e informes durante los últimos seis meses, no han podido detener una guerra que mata y hiere a casi mil palestinos cada día.