Slogan
Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de El Cairo
Las opciones disponibles para el pueblo palestino parecen limitadas con la aplicación del plan propuesto por el mandatario de Estados Unidos.
Tres décadas completas separan 1993, año de la firma de los Acuerdos de Oslo, y 2023, año del estallido de la operación "Diluvio de Al-Aqsa". Este período es lo suficientemente largo como para poner a prueba la viabilidad y eficacia de las políticas empleadas para gestionar el conflicto.
Las facciones palestinas no se han rendido y continúan la lucha con una ferocidad que alcanza niveles asombrosos. Además, mantienen secuestrados a un número considerable de rehenes, la mayoría militares, y el pueblo palestino resiste todos los intentos de desplazamiento.
¿Anticipaba Irán la posibilidad de que la entidad sionista lanzara una guerra integral contra él? Creo que a muchos observadores les pareció improbable.
Como Hamas temía y teme la traición de Netanyahu, era natural exigir garantías para vincular de manera orgánica las tres etapas del acuerdo y la necesidad de trabajar para que las negociaciones complementarias sean exitosas antes de comenzar a implementar la segunda etapa del acuerdo.
Hoy es posible asediar a "Israel" y aislarlo políticamente, utilizando métodos similares a los utilizados antes para expulsar al régimen de apartheid en Sudáfrica.
El proyecto sionista entró en una fase completamente nueva que ya no permite concesiones ni soluciones de compromiso, de lo contrario, todos los sacrificios realizados habrán sido en vano.
La administración de Joe Biden utilizan las negociaciones como herramienta para darle a Netanyahu el tiempo que necesita para eliminar a Hamas. Aquí radica el gran dilema: ¿Cómo puede un partido negociar seriamente con un oponente que declara día tras noche que busca eliminarlo?
La administración de Joe Biden no parece interesada en una escalada del conflicto en Medio Oriente, sin embargo, no ha tomado ninguna medida práctica para castigar a Netanyahu por los crímenes que cometió o incluso para disuadirlo de cometer otros crímenes.
El conflicto con el enemigo sionista ha entrado en una nueva fase que requiere unidad y firmeza de todas las fuerzas de la Resistencia. No es nada improbable que esta fase sea el verdadero comienzo hacia la inevitable batalla de liberación que se avecina.