Combatientes extranjeros en Siria: desafíos internos y geopolítica global
Análisis sobre el impacto de combatientes extranjeros en Siria, su rol político y militar, y las tensiones entre actores regionales y potencias como EE. UU. y China.
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Combatientes extranjeros en Siria: desafíos internos y geopolítica global.
Decenas de miles de combatientes extranjeros llegaron a Siria para luchar contra el régimen de al-Assad. Algunos se marcharon, mientras que muchos permanecieron y participaron en la Operación Disuasión de la Agresión, que condujo a la caída del régimen.
Muchos de estos combatientes no mantenían buenas relaciones con Hay'at Tahrir al-Sham, pero quienes permanecieron en Siria se adhirieron a sus principios: combatir únicamente dentro del país y evitar conflictos con cualquier Estado extranjero.
Sus orientaciones ideológicas no son uniformes; algunos son extremistas, mientras que otros son mercenarios preocupados únicamente por el dinero y los placeres de la vida, lo que los llevó a luchar en Ucrania, Libia y otras regiones.
Su doctrina de combate no es uniforme, y el islam o el islam yihadista no puede considerarse un referente para su pensamiento, especialmente porque algunos de ellos fueron a luchar con la Ucrania cristiana contra Rusia.
Históricamente, Estados Unidos ha sabido explotar los movimientos islamistas para favorecer su política exterior. Este fue el caso de Al Qaeda, cuyo objetivo era agotar a la Unión Soviética en una guerra de 10 años en Afganistán (1979-1989). Los atentados del 11 de septiembre de 2001 marcaron un punto de inflexión en la política estadounidense hacia la llamada “Guerra contra el Terror”.
Ante el creciente poder de China, Occidente lanzó una campaña que denominó "persecución china de los musulmanes". Surgió así el término Yihad Verde, con el objetivo de incitar a la violencia contra China.
Pekín teme replicar la experiencia de Al Qaeda contra la Unión Soviética, especialmente porque hablar de una “Yihad Verde” contra China ya no es improbable.
La discusión sobre la incorporación de tres mil 500 combatientes uigures al Ministerio de Defensa es clave para Pekín, pues ha afectado sus relaciones con Turquía.
En la gestión oficial del asunto de los combatientes extranjeros.
El gobierno sirio otorgó rangos militares a combatientes extranjeros en reconocimiento a su papel en la lucha contra el régimen, lo que ha generado críticas tanto nacionales como internacionales.
Las actitudes populares no pueden determinarse con precisión, ya que no existen métodos fiables para medir la opinión pública. Muchos alegan representar al pueblo sirio, lo cual constituye un error sistemático.
Campañas en redes sociales buscan distorsionar la imagen de estos combatientes y alimentar el temor hacia ellos, especialmente en zonas de minorías religiosas.
Los sucesos en la costa, y las violaciones denunciadas, aumentaron la preocupación. Aunque el comité de investigación aún no presenta resultados, las sanciones impuestas por la Unión Europea a tres facciones locales parecen eximir de responsabilidad a los combatientes extranjeros.
Estados Unidos y las nuevas posturas
Estados Unidos expresó su rechazo a la permanencia de estos combatientes y solicitó su repatriación. El gobierno sirio lo consideró inviable y propuso una reunión bilateral.
La reunión entre Trump y Al-Sharaa habría resultado en la aceptación de Estados Unidos a la permanencia de los combatientes, siempre que no ocuparan puestos de mando.
La experiencia de los llamados "árabes afganos" aún pesa: combatientes que regresaron a sus países con ideología yihadista, causando atentados.
La incorporación a la 84.ª División implica una integración colectiva, lo que responde a exigencias de las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias) que buscan integrarse como facción.
Su ubicación futura es crucial, ya que su presencia en zonas costeras o minoritarias sería inaceptable por las diferencias culturales e ideológicas.
El dilema nacional
La negativa a reincorporar a soldados sirios desertores genera dudas sobre la inclusión de combatientes extranjeros en el Ministerio de Defensa. Esto hace necesario definir la doctrina del ejército nacional, su misión, y su alineación ideológica.
¿Veremos a las YPJ kurdas (seculares) combatiendo junto a uigures, chechenos o afganos islamistas?
El anuncio de que 100 facciones se han unido al ejército refleja los retos que enfrenta Siria en su intento de construir una fuerza unificada y funcional.
¿Combatientes por Siria o por un califato?
No todos tienen el mismo objetivo. Algunos aceptaron los términos de Hay'at Tahrir al-Sham: no dañar a ningún componente sirio, no combatir fuera del país y no interferir en la fe del pueblo.
La sociedad siria es cerrada y no está acostumbrada a la presencia extranjera. Aceptar a estos combatientes resulta complicado, especialmente tras los traumas de la guerra.
Los sirios primero deben aprender a aceptarse entre sí antes de aceptar al "otro".
Referentes históricos
La presencia de combatientes extranjeros no es nueva. Ocurrió en la Guerra de Secesión de EE.UU., en la Guerra Civil Española y en la Legión Extranjera Francesa.
Pero el contexto sirio es distinto. La proporción de combatientes es mucho mayor y la estructura social, más homogénea.
Lo esencial es actuar dentro del marco legal y constitucional. Ningún país otorga nacionalidad a alguien con antecedentes penales.
Impacto regional
Un modelo exitoso en Siria podría inspirar revoluciones en otros países árabes en tensión. Por eso, la administración busca unificar todas las facciones bajo el paraguas del Ministerio de Defensa, tarea difícil por las contradicciones ideológicas entre ellas.
Aunque el futuro de Siria concierne a los sirios, el destino de los combatientes extranjeros preocupa a toda la región.