Red El Mayadeen
La persistente agresión israelí en la frontera sur de Líbano, la intensa presión de EE. UU. para condicionar cualquier apoyo al desarme de Hizbullah, las divisiones políticas internas y una severa crisis económica crean una tormenta perfecta en la región de Medio Oriente.
No se trata solo de una retórica injerencista. Trump ha vinculado el concepto de narcotráfico con terrorismo para blindar sus intenciones y justificar cualquier operación militar en estos tres países.
En la ciudad brasileña de Belém, la COP30 revela las fracturas estructurales de la política climática: poder corporativo, militarismo, crisis alimentaria y migración climática.
El plan de paz de Trump para Gaza es, en apariencia, un documento técnico; en el fondo, es una declaración de poder. Promete prosperidad, pero evita compromisos legales claros. Propone reconstrucción, pero no garantiza derechos. Y habla de futuro, pero deja la posibilidad de un estado palestino suspendido en el aire.
La agresión israelí buscó destruir el patrimonio cultural de Gaza, incluidos archivos históricos, bibliotecas, mezquitas y centros educativos.
El Diluvio de Al Aqsa reconfiguró el Medio Oriente, reveló la fragilidad de “Israel” y revitalizó la causa palestina en la arena internacional.
Desde el corazón del imperio, el presidente de Colombia, Gustavo Petro confrontó el genocidio israelí, interpeló a EE. UU., reafirmó su solidaridad con Palestina y respondió a las amenazas contra Venezuela.
La Asamblea General consagra un giro histórico: Palestina es reconocida como Estado por 148 países. Pero mientras se celebra este avance largamente postergado, Gaza sigue bajo fuego. El reconocimiento solo tendrá sentido si se convierte en acción concreta.
“Colapso”, “dictadura”, “crisis humanitaria”. Durante más de dos décadas, la imagen de Venezuela ha sido filtrada al mundo a través de titulares y pantallas de cine que responden menos a un retrato fiel de la realidad que a una narrativa cuidadosamente elaborada. Detrás de esa construcción simbólica se esconde un entramado de intereses vinculados a la política exterior de Estados Unidos.
El Sur Global desarrolla proyectos de inteligencia artificial soberana para reducir la dependencia tecnológica y promover un crecimiento inclusivo y sostenible.
La resistencia de líderes indígenas revela el alto costo de defender la tierra en América Latina.
La pugna por las tierras raras redefine el poder mundial. Potencias en disputa, tensiones militares, impactos ambientales y la puja del sur global por una gobernanza más justa.
Rafael Hojas
Diana Valido Cernuda
Amaya Rubio Ortega
Yailé Balloqui Bonzón
Gisela Soto Navarro
Susana Antón