Red El Mayadeen
El Diluvio de Al Aqsa reconfiguró el Medio Oriente, reveló la fragilidad de “Israel” y revitalizó la causa palestina en la arena internacional.
Desde el corazón del imperio, el presidente de Colombia, Gustavo Petro confrontó el genocidio israelí, interpeló a EE. UU., reafirmó su solidaridad con Palestina y respondió a las amenazas contra Venezuela.
La Asamblea General consagra un giro histórico: Palestina es reconocida como Estado por 148 países. Pero mientras se celebra este avance largamente postergado, Gaza sigue bajo fuego. El reconocimiento solo tendrá sentido si se convierte en acción concreta.
“Colapso”, “dictadura”, “crisis humanitaria”. Durante más de dos décadas, la imagen de Venezuela ha sido filtrada al mundo a través de titulares y pantallas de cine que responden menos a un retrato fiel de la realidad que a una narrativa cuidadosamente elaborada. Detrás de esa construcción simbólica se esconde un entramado de intereses vinculados a la política exterior de Estados Unidos.
El Sur Global desarrolla proyectos de inteligencia artificial soberana para reducir la dependencia tecnológica y promover un crecimiento inclusivo y sostenible.
La resistencia de líderes indígenas revela el alto costo de defender la tierra en América Latina.
La pugna por las tierras raras redefine el poder mundial. Potencias en disputa, tensiones militares, impactos ambientales y la puja del sur global por una gobernanza más justa.
Las negociaciones que iniciaron los presidentes de Rusia y Estados Unidos hace solo unos días pudieran verse ralentizadas por estas nuevas maniobras de Europa y Kiev queriendo imponer condiciones que se parecen mucho a la intervención de la OTAN en la supuesta protección de Ucrania. Un tema considerado la línea roja para Moscú.
Desde 1947 Cuba defendió a Palestina, y Fidel Castro convirtió esa causa en un principio innegociable de la política exterior revolucionaria.
El presidente colombiano declaró que su país dejará de ser socio global de la OTAN, en protesta por el respaldo occidental a la agresión de “Israel” contra Gaza. La medida reafirma una política exterior basada en la paz, la soberanía y el rechazo a las estructuras militares que perpetúan la guerra.
El lawfare avanza en América Latina como arma judicial contra líderes progresistas. Casos en Brasil, Argentina, Ecuador y más evidencian su impacto político.
La desaparición de una lengua implica la pérdida de saberes medicinales, relatos y modos únicos de mirar el mundo.