El 11 de enero, las autoridades de ocupación israelíes detuvieron a la estudiante de doctorado y activista palestina Somaya Falah por lo que denominaron "comunicación con un agente extranjero". Sin embargo, según su abogado y los grupos de defensa de los derechos palestinos, Somaya era un objetivo por motivos políticos.

Los grupos palestinos exigen la liberación de Somaya Falah, lanzando campañas en Internet para pedir su inmediata liberación del arresto domiciliario, que se prolongó durante siete días más de lo anunciado inicialmente. Somaya es estudiante de doctorado e investigadora en el Instituto de Tecnología Technion, y activista de Herak Haifa, un movimiento juvenil que trabaja por la causa palestina. Procede del pueblo de Arab al-Hib y, según su abogado, está siendo perseguida por cargos erróneos.

Según los medios de comunicación árabes de propiedad israelí, se acusó a Somaya de asistir a una conferencia en Madrid, sobre el derecho al retorno de los palestinos en la diáspora; "puede representar una amenaza para la seguridad de "Israel" y esto se justifica sobre la base de su comunicación en los medios sociales con el activista palestino Khaled Barakat" subrayaron los medios de comunicación israelíes. La conferencia que los medios de comunicación israelíes no identificaron correctamente fue en realidad una de las tres que tuvieron lugar al mismo tiempo; en Madrid, Beirut y Sao Paulo, que marcaron el inicio del movimiento palestino Sendero Revolucionario Alternativo (PARP). 

El abogado de Somaya, Raslan Mahajna, argumentó que se ha intentado perjudicar la carrera académica de su cliente por la comunicación con Khaled Barakat sobre el movimiento estudiantil palestino. Los grupos de derechos argumentan que las circunstancias específicas por las que Somaya Falah fue perseguida por las autoridades de ocupación están directamente relacionadas con su investigación medioambiental, mientras que el Fondo Nacional Judío (JNF) se esfuerza por desarraigar a las comunidades beduinas palestinas. Hasta ahora se le ha prohibido la entrada a la ciudad de Haifa durante 6 semanas, se le ha confiscado el ordenador y el teléfono, y las autoridades israelíes le han restringido el acceso a las redes sociales hasta marzo.

He hablado con Charlotte Kates, coordinadora internacional de la Red de Solidaridad con los Presos Palestinos Samidoun, que afirma que "este tipo de represión viola las obligaciones de "Israel" en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y otros instrumentos internacionales. Por supuesto, violar el derecho internacional es bastante normal para el régimen israelí. Pero es importante señalar que se trata de una violación fundamental del derecho a la libertad de expresión y de asociación". 

Kates también añadió lo siguiente sobre la acusación de que Somaya Falah se comunicaba con un "agente extranjero":

"Si "Israel" está etiquetando las discusiones mantenidas por los palestinos en la Palestina ocupada '48 - ciudadanos palestinos de "Israel" sobre la política, la cultura y la sociedad con sus compañeros palestinos en el exilio y la diáspora, o incluso en otros lugares de Palestina, como contactos con un "agente extranjero", es un comportamiento particularmente nefasto. Su objetivo es separar a los palestinos de su propia cultura y sociedad, al tiempo que califica a los palestinos autóctonos fuera de su país como "extranjeros". Esta es la ironía más amarga que existe. Sin embargo, esta aplicación de la ley, como se ha señalado, no es una cuestión de aplicación neutral de la justicia. Cuando los israelíes judíos van a visitar a sus familias en el extranjero o asisten a conferencias sionistas, no se preocupan de que se les acuse de tales contactos. Es un ejemplo más de racismo institucionalizado y sistemático. Además, esto no es fundamentalmente una cuestión legal".

Charlotte Kates añadió también que esta detención se inscribe en una tendencia más amplia de intimidación a los palestinos dentro del territorio de 1948:

"Se trata de un ataque sistemático contra los palestinos de la Palestina ocupada '48 que se ponen en contacto con otros palestinos en el extranjero, especialmente los de la diáspora. Hay otros casos recientes -mencionamos la detención de Muhannad Abu Ghosh en 2021 y antes de eso, de la detención de Ward y Majd Kayyal por acusaciones similares- que dieron lugar a la campaña Mutawassiloun, la campaña "seguiremos comunicando".

Se trataba de una campaña en la que los palestinos afirmaban que no se dejarían disuadir por este tipo de detenciones, interrogatorios y arrestos domiciliarios. Este comportamiento indignante, estas acciones y movimientos, junto con una sólida defensa legal, han detenido estos ataques en el pasado, y tenemos que intensificar esa actividad para poner fin a los intentos israelíes de aterrorizar e intimidar a toda la población palestina. Esto también se produce después de mayo de 2021, durante el cual miles de palestinos en la Palestina ocupada '48 fueron detenidos, interrogados o sometidos a arresto domiciliario, por lo que hay un nuevo intento de tratar de despojar a los palestinos de su identidad... También se basa en un largo legado de palestinos acusados, reprimidos y procesados por supuestas conexiones y vínculos con la OLP en los años 60 y 70. El proyecto sionista siempre ha intentado eliminar a los palestinos y separarlos unos de otros, y el caso de Somaya es la última iteración del mismo proyecto".

Esta detención y el intento de manchar la reputación de Somaya Falah también se produce cuando el Movimiento PARP (también conocido como Masar Badil) estaba anunciando una conferencia en Bruselas destinada exclusivamente a estudiantes, y prevista para noviembre de 2022. Al parecer, según informan los medios de comunicación israelíes, las autoridades de ocupación también están tratando de impedir que Somaya pronuncie un discurso frente a los estudiantes palestinos de la diáspora en esta conferencia. Por ello, los grupos de derechos palestinos subrayan que ha habido un intento de perseguir a Somaya por sus esfuerzos para comunicarse con los palestinos de la diáspora e impedir los lazos de solidaridad entre la comunidad de la diáspora y los de la Palestina ocupada.

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