Lejos de Ucrania
Lo que estamos presenciando hoy en términos de interacciones fuera de Ucrania y en áreas que parecen no estar relacionadas con la operación militar rusa son precursores de esta chispa y resultados naturales de la magnitud del evento de hecho y su diferencia cualitativa, conceptual y futura de todo lo ocurrido.
Todas las guerras comienzan atrayendo una gran atención por parte de la gente y un seguimiento vigoroso de las noticias durante varios días, luego esta atención o el interés disminuye poco a poco y las personas vuelven a su vida cotidiana sin dedicar tanto tiempo a la trayectoria de los acontecimientos de una guerra, sea cercana o lejana.
Esto se aplica también a la operación militar rusa en Ucrania, que ha entrado en su segundo mes, y el sufrimiento y la muerte siguen siendo un problema para aquellas personas que, realmente, viven en las arenas de los sucesos.
Pero en el caso de la operación militar rusa es diferente porque es solo una chispa que se esperaba que de una forma u otra para ayudar al mundo a salir de la situación oscilante que hemos vivido durante años entre un hegemónico polo occidental con pasado colonial, que ha saqueado las riquezas a muchos país para sostener su economía e impuso sanciones en contra de los pueblos que están desarrollándose, los que han construido, ladrillo a ladrillo, su economía e instituciones para intentar ocupar una posición internacional acorde con el desarrollo de sus potencialidades, pero cada vez chocan con la determinación de Occidente que siempre pretende apoderarse de las llaves del mundo.
Por lo tanto, las interacciones que estamos presenciando hoy, lejos de Ucrania y en ámbitos que parecen no estar relacionadas con la operación militar rusa, son el comienzo de esta chispa y resultados lógicos de la magnitud del acontecimiento y su particularidad cualitativa, conceptual y futuramente de todos las operaciones militares y conflictos anteriores desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, porque con la leyes, iniciativas, relaciones e intersecciones que se están pasando y desarrollando se pretende acabar con la inestabilidad que se produjo en el mundo en las últimas décadas, especialmente desde la guerra a Iraq y pasar por alto el derecho internacional, las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad e implementar lo que Occidente quiere sin que nadie sea capaz de enfrentar esto.
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Realmente el liberalismo occidental, con su absurda determinación de dominar al universo, ha socavado en gran medida los cimientos sobre los que se construyó el mundo después de la Segunda Guerra Mundial y exacerbó la capacidad de los países Occidente y la OTAN para imponer sus medidas coercitivas contra los países que ellos consideran, hasta que estas sanciones afectaron a los pueblos de estos países con su comida diaria. Occidente pudo castigar al pueblo iraquí, sirio, yemení, libio, ruso, chino, iraní y a cualquier pueblo o estado que no cumpla con sus visiones y políticas, sin tomar en cuenta la historia de estos pueblos, su cultura, naturaleza y sus legítimas aspiraciones futuras.
La visita que realizó canciller ruso, Serguei Lavrov, a Pekín la semana pasada y las declaraciones conceptuales emitidas por él, son una continuación de decretos promulgados por su presidente Putin después del comienzo la operación militar en Ucrania y una afirmación de que este proceso es la chispa y que la esencia de los acontecimientos radican en los resultados de esta operación; ya que cuando Putin decidió vender petróleo y gas rusos en rublos a países hostiles, estableció un precedente para liberar al mundo de uno de las bases de la hegemonía occidental después de la Segunda Guerra Mundial, que es limitar la venta de petróleo en dólar estadounidense, algo que convirtió al dólar en la moneda más poderosa del mundo.
Los acuerdos previos y posteriores de Rusia y China incluyeron el intercambio comercial en yuanes y rublos, y no hay duda de que muchos otros países seguirán el ejemplo de Rusia y China en el futuro cercano y mediano. Además, el hecho de que China no condenara la operación militar rusa y su continua cooperación con Rusia constituiría un desafío a las sanciones impuestas por la ley de la jungla a Rusia y a la mayoría de los pueblos de nuestra región sin ninguna base legal o lógica.
En este contexto, Rusia dice que está construyendo un "nuevo orden mundial democrático" junto con China. El ministro de Exteriores de Rusia también elogió a China como parte de un "sistema global justo" que está formándose, y agregó: "Rusia y China están liderando el camino hacia un orden mundial más justo".
Es necesario detenerse aquí en las palabras “formándose” y “lideran”; ya que este mundo está en proceso de formación y aún no se ha completado o formado, pero Rusia y China están abriendo camino hacia él y sentando las bases y el modelo para todos aquellos que buscan deshacerse de la ley de la selva, la hegemonía occidental y la democracia liberal que trabajó arduamente para abolir la privacidad de los pueblos y las culturas y privó a la humanidad de la herencia de los pueblos indígenas que nadie puede estimar la magnitud de la pérdida humana, social, cultural y artística causada por la destrucción brutal de esta herencia.
Rusia y China no serían los únicos países en seguir este camino, sino todos los países del mundo, grandes y pequeños, mirarán hacia adelante y trabajarán en este rumbo y se sacudirán las cargas de las guerras y la sanciones provocadas por el régimen unipolar y la globalización liberal que apuntan a lo mejor que ha producido la humanidad; experiencias, costumbres, tradiciones y conocimientos en todos los ámbitos de la vida por no ajustarse a los fines puramente materiales que se ha trazado el capitalismo.
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En esta batalla difícil e interesante al mismo tiempo, cada país y cada individuo tiene una parte de la responsabilidad de esta nueva formación y tiene que contribuir a purificar nuestro mundo de todo lo que ha sido insertado y extraño que no encaja con la naturaleza pura del hombre y su deseo innato de ser él mismo distinto a su hermano, pero amándolo, conviviendo con él y feliz con las diferencias que son fuente de riqueza, felicidad y curiosidad positiva para todos. Esto se aplica a todos los aspectos de nuestra vida.
Celebremos todos nosotros la positividad que heredamos de nuestros padres y abuelos, los buenos principios sobre los que fuimos criados y la alta moral que buscan todas las religiones monoteístas, lejos de las ideas anormales que nos exportan, y volvamos a evaluar nuestros caminos en armonía con nuestra civilización y cultura con nuestra comprensión del otro y nuestro anhelo de trabajar junto con los demás en la construcción de este planeta sobre los principios de la justicia y la dignidad y el respeto mutuo.
Lejos del curso de la operación militar en Ucrania, hay un hermoso comienzo de un mundo mejor que aquel que nos intentaron imponer por la fuerza de las armas, el terrorismo y el dinero. Para el surgimiento de este mundo Rusia lanzó el primer grito, y afortunadamente China la apoyó, y a todos los pueblos les interesa trabajar duro para desempeñar un papel en la formación de este mundo que salvará a las generaciones futuras de las cargas de las guerras y las sanciones que causaron indescriptibles sufrimientos humanos a las generación de hoy sin que cometieran más pecado que su legítima ambición de ser dueños de sus propios destinos.